Bizancio

Judith Herrin

Fragmento

1

La ciudad de Constantino

Constantino decidió hacer de la ciudad un hogar digno de un emperador ... La rodeó de una muralla... aislando el istmo entero de mar a mar. Construyó un palacio apenas inferior al de Roma. Decoró el Hipódromo de la forma más bella, incorporando en su interior el templo de los Dioscuros.1

Zósimo, Nueva historia, c. 501

Bizancio-Constantinopla-Estambul constituye uno de los parajes naturales más extraordinarios. Como Nueva York, Sidney y Hong Kong, es una gran metrópolis con un puerto de aguas profundas que lleva el mar al corazón de la ciudad. La proximidad del agua, el juego de la luz del sol en las olas y las vistas en dirección al horizonte crean una luz de una cualidad muy especial. Lo que atrajo a Constantino cuando buscaba una nueva capital para el Imperio romano a comienzos del siglo iv de nuestra era fue una situación desde la que podía controlar las rutas marítimas y terrestres entre Asia y Europa. Encontró un lugar adecuado con un puerto resguardado en el Cuerno de Oro, que podía cerrarse con una cadena para impedir la entrada de barcos enemigos y proteger a los propios de las peligrosas corrientes del Bósforo. Se creía que el faro conocido como la Torre de la Doncella marcaba el lugar donde, según cuenta el mito de Leandro de Grecia, este se lanzó a nado hacia su amada Hero (una confusión entre el Bósforo y los Dardanelos). Hoy sirve de guía a los petroleros rusos. Sin embargo, hasta hace poco todavía podía alquilarse los fundamentos de bizancio un pequeño bote de remos en el que a uno le llevaban a través del estrecho, disfrutando de un magnífico panorama de Constantinopla. Y aunque actualmente hay dos puentes que unen Asia y Europa, y la moderna Estambul cuenta con una población de doce millones de habitantes, sigue habiendo transbordadores que cruzan el Bósforo, ofreciendo a los pasajeros vasos de té negro y semits, unos aros de masa horneada recubiertos de sésamo. Los días soleados, uno de los grandes placeres de la vida en Estambul consiste en sentarse en la cubierta y contemplar la magnífica vista de la ciudad de Constantino.

Nacido en Naissus (hoy Niš), en los Balcanes, Constantino era hijo del emperador Constancio Cloro, uno de los cuatro gobernantes instituidos por Diocleciano (284-305) en un intento de proporcionar un elemento de estabilidad del que el vasto mundo romano estaba extremadamente necesitado. La tetrarquía, o «gobierno de cuatro», dividía de hecho el imperio en dos mitades, gobernadas por dos emperadores que actuaban de común acuerdo, junto con otros dos gobernantes de rango inferior que asumirían plenos poderes si los primeros morían. Sin embargo fracasó debido a las ambiciones de los hijos de los emperadores a los que no se otorgaba ningún papel. Constantino manifestó ese mismo problema tras la muerte de su padre en York en 306, cuando fue proclamado emperador por sus tropas. Pese a ello, no fue reconocido por Licinio, el emperador de Oriente, y unos años después habría tres jefes militares distintos, cada uno de los cuales reclamaba para sí el título imperial en Occidente. Avanzando hacia el sur desde Inglaterra, Constantino combatió y derrotó a los demás, y luego, en 312, se enfrentó a Majencio en el puente Milvio, en las afueras de Roma. Tras esta decisiva victoria, Constantino entró triunfante en la Ciudad Eterna, donde fue aclamado por el Senado, aunque se negó a dar las gracias a los dioses por su éxito ante el Altar de la Victoria como se esperaba que hiciera. Más tarde diría que había tenido una visión de la cruz en el cielo, que él interpretó como una señal del Dios de los cristianos, que le prometió la victoria. Se había convertido en emperador de Occidente por medio de la conquista militar, y ahora tenía que negociar con Licinio, el emperador de Oriente.

Los dos gobernantes se reunieron en Milán en 313 y consolidala ciudad de constantino ron su administración conjunta por medio de una serie de alianzas matrimoniales que unieron al imperio. También decidieron promulgar un Edicto de Tolerancia, que proclamaba que podían practicarse libremente todas las religiones, incluido el cristianismo, con tal de que los fieles del dios que fuera rezaran por el bienestar del Imperio romano y del emperador. Desde entonces los cristianos han rezado por el bienestar de sus monarcas. Fueran cuales fuesen realmente las creencias personales de Constantino (véase más adelante), lo cierto es que en 313 había dado un gran paso de cara a convertir el cristianismo en la religión oficial del imperio, y constantemente favoreció a los cristianos. La intensa rivalidad entre los dos soberanos solo se resolvería once años después, cuando Constantino derrotó a Licinio en Crisópolis, en el lado asiático del Bósforo. Hizo prisionero a su rival, lo exilió a Tesalónica y luego lo mandó asesinar a traición. De este modo, en 324 Constantino se convirtió en emperador de Oriente, más extenso, rico y poblado, además de Occidente. Había cabalgado y combatido por todo lo largo y ancho del mundo romano, que gobernaría durante otros trece años más, hasta su muerte en 337.

Tras su victoria sobre Licinio, Constantino decidió que el imperio necesitaba una capital en Oriente, más cerca de su rival más serio, Persia, que regularmente amenazaba con la invasión. La antigua ciudad de Troya se consideró como candidata. Pero en lugar de ello, Constantino eligió la colonia fundada por los griegos de Megara, supuestamente en el siglo vii a. C., en la orilla europea del Bósforo. A partir de ese mítico origen había surgido Bizancio, que ahora controlaba el paso de barcos por las traicioneras aguas que unen el mar Negro con el de Mármara, que a su vez desemboca en el Egeo en los Dardanelos.

Bizancio se construyó en una elevación y contaba con un puerto bien resguardado en el Cuerno de Oro. Dado que el mar la rodeaba por tres lados —por el norte (el Cuerno de Oro), el este (el Bósforo) y el sur (el mar de Mármara)—, la única fortificación requerida para cercar la ciudad era una muralla en la parte oeste. Además, Bizancio dominaba las rutas del lucrativo transporte marítimo de ámbar, pieles, metales y madera del norte, aceite, cereales, papilos fundamentos de bizancio ro y lino del Mediterráneo, y especies importadas de Extremo Oriente, así como del comercio terrestre entre Occidente y Asia. A finales del siglo iii, el emperador Septimio Severo había reforzado las murallas, que siempre representaban un punto débil, y había añadido nuevos monumentos.

Constantino transformó Bizancio en una nueva capital con su propio nombre, del mismo modo que Adriano había fundado Adrianópolis y Alejandro Magno había fundado Alejandría. En una serie de ceremonias tradicionales realizadas en 324, se trazó una línea que señalaba el emplazamiento de las nuevas murallas terrestres, que ahora cuadruplicaban la extensión de la ciudad y maximizaban el potencial de su emplazamiento, rodeando un área de aproximadamente ocho kilómetros cuadrados, según lo describe Zósimo. Se construyeron puertas en la muralla occidental y a orillas del mar de Mármara y del Cuerno de Oro. Tras seis años de intensiva construcción, la ciudad de Constantino, Constantinopla, se inauguró el 11 de mayo de 330 con una serie de ceremonias que recordaban al orgullo cívico y los festivales urbanos de los antiguos. En el Hipódromo se realizaron carreras de caballos y de carros, el deporte favorito de todos los romanos; los nuevos baños de Zeuxippos se abrieron para el uso público, y se distribuyeron alimentos, ropa y dinero entre los habitantes de la ciudad. Los privilegiados que vivían en la nueva capital adoptaron el nombre de bizantinos para indicar su afinidad con la antigua colonia de Bizancio, así como para distinguirse co

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