La destrucción de la democracia en España

Paul Preston

Fragmento

cap-1

Testimonio de gratitud

Mientras preparaba la primera edición de este libro, viví en España durante más de tres años e hice muchas visitas cortas posteriores. No es de sorprender que, dada la cordialidad de los españoles en general, contrajera una serie de deudas de gratitud por las que una vez más quisiera expresar mi agradecimiento.

Muchas horas de conversación con dos participantes en los acontecimientos que aquí se describen me ayudaron a comprender la brutalidad cotidiana de la vida rural española en los años treinta. Miguel González Inestal fue uno de los mayores expertos del movimiento libertario en cuestiones agrarias. Ignacio Arenillas de Chaves, marqués de Gracia Real, fue un terrateniente monárquico de Salamanca que intervino activamente en Acción Popular y en la Comunión Tradicionalista. Tras la Guerra Civil, su experiencia como abogado defensor en el proceso de Julián Besteiro junto con la negativa de Franco a restaurar la monarquía le inclinaron a adoptar una posición crítica sobre el papel de la derecha durante los años treinta. Ambos fueron más generosos en tiempo y en información de lo que un joven y desconocido historiador extranjero podía haber esperado.

Dos amigos, y a la vez estudiosos de estas materias, me ayudaron a no ver España con la mirada de un inglés. Durante muchos años, Jerónimo Gonzalo me ha prodigado ideas, hospitalidad y amistad. Joaquín Romero Maura ha profundizado mi sentido de la historia española y me ha enseñado mucho sobre la investigación en general. Sin querer implicarles como cómplices de los defectos de este libro, quiero reiterarles mi agradecimiento por su contribución a él.

Norman Cooper, Frances Lannon y Martin Blinkhorn se tomaron un trabajo considerable leyendo y comentando el texto de la primera edición. Christopher Seton-Watson supervisó con inagotable paciencia la tesis doctoral en la que se basa este libro. Hugh Thomas me mostró una gran amabilidad con libros y con asesoramiento cuando comencé mi investigación. El fallecido Herbert R. Southworth durante muchos años puso a mi disposición con gran generosidad los incomparables recursos de su biblioteca y de sus conocimientos de la derecha española. También me he servido de las sugerencias y las críticas de los siguientes amigos y colegas: el fallecido Edward A. Bayne, Juan José Castillo, Elías Díaz, Juan Pablo Fusi, Juan García Durán, Gabriel Jackson, Joe Harrison, Alistair Hennessy, el fallecido James Joll, Victor Kiernan, Edward Malefakis, José Ramón Montero Gibert, Eduardo Sevilla Guzmán y Ángel Viñas.

Desde la publicación de la primera edición he sacado un gran provecho del contacto con muchos de los historiadores españoles que están trabajando en este periodo, especialmente José Manuel Macarro Vera en Sevilla, Salvador Forner en Alicante, Francisco Moreno Gómez en Córdoba y Julio Aróstegui en Madrid. También tengo una gran deuda intelectual con Santos Juliá, responsable de algunos de los más importantes avances de la historia de la izquierda durante la Segunda República. He tenido la mayor satisfacción y he sacado buen provecho de la continua colaboración con mis amigos Julián Casanova de Zaragoza, Enrique Moradiellos de Oviedo e Ismael Saz de Valencia, primero durante el tiempo que permanecieron como investigadores en Londres y después en España. Entre el grupo creciente de especialistas británicos sobre España que han influido en mi pensamiento a través de sus trabajos y que me han animado a continuar con el mío, querría mostrar mi agradecimiento a Helen Graham, Sheelagh Ellwood, Paul Heywood, Adrian Shubert y Nigel Townson.

Si no hubiera sido por el amable empuje del profesor Robert F. Lesley cuando yo acababa de ser nombrado agregado del Queen Mary College, puede que este estudio no hubiera visto nunca la luz. Sin embargo, lo hizo con la mejor intención y ni él ni ninguno de los citados anteriormente son responsables de los juicios o de los errores contenidos aquí.

cap-2

Glosario de siglas

ACNP: Asociación Católica Nacional de Propagandistas, organización de élite de prominentes católicos de derechas, con influencia en la prensa, la judicatura y los círculos profesionales, vinculada a Acción Católica.

ASM: Agrupación Socialista Madrileña, sección del PSOE en Madrid, un baluarte de la izquierda socialista.

BOC: Bloc Obrer i Camperol, de tendencia trotskista, liderado por Joaquín Maurín, que se unió al POUM en 1935.

CEDA: Confederación Española de Derechas Autónomas, agrupación política de la derecha legalista.

CMI: Círculo Monárquico Independiente, organización monárquica cuya aparición en mayo de 1931 desencadenó la quema de iglesias en el país.

CNCA: Confederación Nacional Católico-Agraria, organización del campesinado minifundista católico en el norte y centro de España, que constituyó la base de la CEDA.

CNT: Confederación Nacional del Trabajo, anarcosindicalista.

DRV: Derecha Regional Valenciana, liderada por Luis Lucia Lucia, sección valenciana de la CEDA.

FAI: Federación Anarquista Ibérica, vanguardia insurreccional del movimiento anarquista.

FJS: Federación de Juventudes Socialistas, movimiento de juventudes del PSOE, que se fusionó con las juventudes comunistas en abril de 1936 para formar las JSU.

FNTT: Federación Nacional de Trabajadores de la Tierra, sindicato de trabajadores de la tierra de la UGT.

JAP: Juventud de Acción Popular, milicias uniformadas de las juventudes de la CEDA.

JSU: Juventudes Socialistas Unificadas, colectivo de las juventudes socialistas y comunistas.

PCE: Partido Comunista de España.

POUM: Partido Obrero de Unificación Marxista, grupo de disidentes comunistas del BOC y de la Izquierda Comunista, que unieron sus fuerzas a finales de 1935 para crear una alternativa revolucionaria al PSOE y el PCE.

PSOE: Partido Socialista Obrero Español.

SOMA: Sindicato de los Obreros Mineros de Asturias, afiliado a la UGT.

UGT: Unión General de Trabajadores, organización sindical del movimiento socialista.

cap-3

Prólogo

La salida de España de Alfonso XIII estuvo acompañada por una explosión de alegría popular y una expectación excesiva de que el nuevo régimen pudiera remediar las injusticias y deficiencias políticas tanto de la monarquía como de la dictadura del general Primo de Rivera. La victoriosa coalición republicana socialista se proponía emprender una serie de reformas sociales y construir una España moderna, libre de las influencias reaccionarias de la Iglesia católica y de las Fuerzas Armadas. La debilidad central de la República estribaba precisamente en el hecho de que se planteara un abanico tan amplio de reformas en un momento de grave crisis económica. Por ta

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