Enfermeras invisibles

Irene Bofill
Vanessa Ibáñez
Olga Navarro

Fragmento

cap-2

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Angélique Marguerite Le Boursier du Coudray nació en Clermont-Ferrand (Francia), aunque se desconoce exactamente en qué fecha. Según algunas fuentes fue en 1712; según otras, en 1714. Salvo que procedía de una familia de reputados médicos franceses, poco más se sabe en relación con su infancia y su juventud. A pesar de que la escritora y profesora de historia Nina Rattner Gelbart ha investigado su biografía en un libro titulado The King’s Midwife. A History and Mystery of Madame du Coudray (1998), su vida está rodeada de incógnitas.

Tras terminar su formación como matrona, trabajó en el hospital más antiguo de la ciudad de París, el Hôtel-Dieu, donde más tarde llegaría a ejercer el cargo de jefa de parteras durante un tiempo.

Por aquel entonces, ayudar a las mujeres a dar a luz se estaba convirtiendo en «cosa de hombres». Los médicos empezaban a invadir un trabajo que había sido ejercido por las matronas desde tiempos ancestrales y a desprestigiar su tarea. Las competencias de las parteras se tambaleaban ante un colectivo médico que cuestionaba su formación y labor. La decidida y valerosa Angélique no se quedó de brazos cruzados ante esta injusta situación y se atrevió a interponer varias quejas formales en la facultad de Medicina de la Universidad de París. Sus quejas no solo fueron aceptadas, sino que le valieron para ser invitada por la institución como maestra.

AUDAZ PRECURSORA DE LA PEDAGOGÍA OBSTÉTRICA, ESCRIBIÓ UN LIBRO SOBRE OBSTETRICIA

Madame du Coudray escribió para sus alumnas el manual Abrégé de l’art des accouchements («Compendio del arte de partear») que fue publicado en 1759. La segunda edición del manual, publicada diez años después, fue ilustrada con veintiséis grabados a buril suavemente coloreados. Angélique ilustraba sus clases con estas láminas, usándolas como innovador material docente complementario.

INGENIOSA INVENTORA DE LA MACHINE («LA MÁQUINA»). PIONERA DE LO QUE HOY EN DÍA CONOCEMOS COMO «SIMULACIÓN CLÍNICA»

Eran los últimos tiempos del Antiguo Régimen francés y la mortalidad de los recién nacidos llegó a alcanzar cifras muy elevadas. El rey Luis XV, preocupado por la falta de soldados para el ejército en el futuro, encargó a Angélique la formación obstétrica y ginecológica de miles de mujeres para minimizar los riesgos en los partos. Luis XV emitió una real cédula autorizando a Angélique du Coudray a impartir su curso en todo el reino. Entre 1760 y 1783, Angélique viajó por diversas ciudades y las zonas rurales más recónditas de Francia para enseñar el arte de partear. Médicos y cirujanos también quisieron aprovechar sus clases y asistieron a ellas.

La mayor parte de sus alumnas eran matronas con escasa instrucción, que atendían partos en zonas rurales con pocos recursos. Ante estas limitaciones, Angélique du Coudray tuvo que reinventarse como docente e innovar en sus clases para conseguir los máximos resultados posibles en los pocos meses que duraba su enseñanza.

En aquella época, la formación práctica con seres humanos no era algo habitual. Para hacer más visuales y tangibles sus clases teóricas, esta enfermera invisible inventó un maniquí llamado la machine («la máquina»), con el que se ejercitaban las alumnas. Este maniquí reproducía a tamaño real la pelvis, el útero, los ligamentos, la vagina y el recto de la mujer, además de un modelo de niño de tamaño natural, una placenta y un cordón umbilical. Estaba compuesto de trapos, cartones, algodón y madera, y permitía el movimiento siguiendo el proceso del parto, lo cual lo hacía realmente efectivo para transmitir los conocimientos. El maniquí estaba preparado para mostrar las técnicas del parto con un recién nacido, pero también en otras situaciones, como con un feto sietemesino o gemelos.

Angélique du Coudray falleció el 17 de abril de 1794, durante el Terror francés y siendo matrona del rey, un año después de que Luis XVI y su esposa María Antonieta fueran ejecutados. Para muchos su muerte sigue siendo un misterio. Algunos historiadores sostienen que Du Coudray fue ejecutada en secreto, y otros afirman que murió de vejez a los ochenta y dos años.

REDENTORA DE LA POBLACIÓN FRANCESA

Angélique du Coudray fue la enfermera matrona que sentó las bases científicas de la obstetricia moderna. En sus clases, esta perspicaz enfermera invisible aplicaba una metodología docente revolucionaria e innovadora y hacía hincapié en la educación para la salud, enseñando medidas que promovían la higiene y prevenían los riesgos durante el parto y puerperio. Consiguió reducir en gran medida las tasas de mortalidad neonatal de la época y salvar miles de vidas. Hasta entonces, los embarazos gemelares eran considerados de alto riesgo, por lo que la labor de Du Coudray fue determinante en el nacimiento de gemelos.

CURIOSIDAD: ¿Qué es la simulación clínica?

La simulación es la representación artificial de un proceso del mundo real con la suficiente autenticidad para conseguir un objetivo específico, favorecer el aprendizaje simulando en lo posible un escenario clínico, y permitir la valoración de la formación de una determinada acción.

Se trata de una herramienta pedagógica muy útil para estudiantes de ciencias de la salud y su uso favorece la adquisición de competencias técnicas y conocimientos. Con ella, los estudiantes inexpertos adquieren gradualmente habilidades y destrezas clínicas sin exponer a riesgos la salud de los pacientes.

El instrumento de esta metodología docente es el simulador, y para cada objetivo docente existe un modelo de simulador apropiado. Los primeros simuladores obstétricos, llamados phantoms, comenzaron a utilizarse en París en el año 1700 y consistían en un simple cesto de mimbre cubierto con cuero o seda de color negro que contenía en su interior una pelvis humana y el cadáver de un feto. Se trataba de modelos de aprendizaje muy primitivos.

Fue la matrona Angélique du Coudray la que abrió el camino a los actuales y sofisticados simuladores de partos. Su invento la machine fue el primer maniquí obstétrico para practicar simulacros de los partos, aprobado por la Academia Francesa de Cirujanos en 1758. El único ejemplar de la machine que se conserva se exhibe en el Museo Flaubert y de Historia de la Medicina de Rouen (Francia).

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