Poco después de la caída del telón de acero, cuando por fin su obra narrativa lograba traspasar las fronteras, Imre Kertész empezó a expresar en artículos y discursos las implicaciones éticas y culturales del Holocausto. Este libro recoge por primera vez estas reflexiones sobre la Europa más bárbara vividas en su propia piel.
«Cuando pienso en el efecto traumático de Auschwitz, pienso, paradójicamente, más en el futuro que en el pasado. Cuando vivo Auschwitz como un trauma -un trauma que no solo ha cambiado mi vida sino también, radicalmente, la vida en general-, llego a las cuestiones fundamentales de la vitalidad y la creatividad del hombre actual. Lo que se manifestó a través de la "solución final" y del "universo concentracionario" no se puede malinterpretar, y la única posibilidad de sobrevivir y de conservar las fuerzas creativas pasa por reconocer este punto cero. ¿Por qué no puede ser fructífera esta lucidez?»
Imre Kertész
La crítica ha dicho:
«Kertész fue un hombre que usó la palabra con la más noble de las intenciones: ayudarnos a seguir siendo humanos.»
Fernando Aramburu, El Mundo
«Uno de los más grandes escritores de la segunda mitad del siglo XX.»
César Antonio Molina, El País
«Kertész se considera un escritor judío, por tanto, universal; europeo, por tanto, apátrida. [...] Unas páginas magistrales, de las que solo podemos aprender.»
César Antonio Molina, ABC
«Con una de las trayectorias intelectuales más sólidas del siglo XX.»
Francisco Recio, La Opinión de Málaga
«Leyendo a Kertész, muy (auto)exigente y hondo, cunde la emoción de compartir la lucidez de un testigo excepcional del siglo XX.»
Iñigo Urrutia, El Diario Vasco
«Examina con la gélida lucidez habitual una realidad que cambia. Tanto en su país, Hungría, al que cada vez encuentra más violento, incomprensible y grosero, como en una Europa que, tras la caída del muro de Berlín, asiste a la guerra de los Balcanes con una mezcla de asombro y frivolidad.»
Pablo Martínez Zarracina, El Correo
«Con un talento excepcional, Kertész configuró una literatura de reparación.»
Fulgencio Argüelles, El Comercio
«Su relato excede aquellas alambradas, a lo que suma un irreductible aliento ético y el poderoso estilo de su escritura. Un mundo en el que adentrarse.»
La Voz de Galicia
«Me temo que los admiradores de Kertész lo somos en función de nuestra entrega absoluta, como la suya, en último extremo por encima de la vida, a la literatura, la misma literatura que lo sostuvo, a pesar de los pesares, frente a las adversidades políticas, la mísera naturaleza del hombre, la culpa de cada cual y la vergüenza propia, la suya, la de todos.»
Fermín Herrero, Epicuro