1 TEAM MARINA
—¡Venga, vamos! —grito—. Me flipa esta canción, seguro que ahora nos salen todos los pasos a la primera. Aunque ya no sea a la primera, sino a la... ¿decimotercera? ¡Pero lo importante es que salga!
Andrea sube el VOLUMEN de la música y empieza a grabarnos con el móvil.
¡Este es mi momento favorito de las coreografías! Cuando la música se oye por todo el gimnasio y Andrea, Lucas y yo bailamos supercoordinados. Si nos viese Cardi B, ¡nos contrataría SEGURO para uno de sus videoclips!
Bueno, al menos, al principio...
Paso adelante, hacia la izquierda, hacia la izquierda, nos arrodillamos esperando el estribillo, y entonces salto hacia la DERECHA y ¡PUF! Bye, bye coordinación... Andrea y yo nos chocamos hombro con hombro y caemos al suelo a los pies de Lucas, que nos mira enfadado porque él lo estaba haciendo perfectamente. Digamos que esta parte ya no le gustaría tanto a Cardi...
—¡MENUDO DESASTRE! Este fallo no se puede repetir —dice Lucas.
Tiene razón: estamos ensayando EL NÚMERO que nos hará vencedoras contra la clase de 6.° B en el campeonato de baile del colegio. Pero, bueno, ¡un fallo lo puede tener cualquiera! Aunque ya llevemos unos cuantos...
—anuncia Andrea poniendo voz de locutora de radio—. El trío Jaque-Mate, favoritos para la competición, se caen como si fueran patos encima de un patinete descontrolado.
—Jaque-Mate... Nunca debimos dejar que Andrea escogiera nuestro nombre artístico —se lamenta Lucas—. ¡El ajedrez no tiene nada que ver con el baile!
—¡Jaque-Mate tiene su gancho! —se defiende Andrea.
—Si conseguís repetir la caída al final de la canción, será un número inolvidable —dice Lucas partiéndose de risa hasta que empieza a ahogarse y toser, tanto que casi se le cae el móvil cuando iba a empezar a grabarnos tiradas en el suelo.
—Lucas, te tienes merecido ese ataque de tos por meterte con nosotras —dice Andrea sentada aún en el suelo—. Es el KARMA.
—¡Ay! Me parece que me he roto la cosi —digo tocándome el culo por si me falta algún hueso.
—¿La qué? ¿Qué cosi dices? ¿No querrás decir el coxis? —me pregunta Andrea mientras Lucas me ayuda a levantarme.
—Pues eso: el coxis.
—Pensaba que me aplastabas, menos mal que estoy entera —contesta Andrea.
—Eres una exagerada, ¡ni que yo fuera un hipopótamo con sobrepeso! —le digo sonriendo.
—Como bailarinas no sé, pero si subimos este vídeo a YouTube seguro que os hacéis más virales que un vídeo de gatitos jugando con slime —dice Lucas, y nos guiña el ojo mientras apaga la música.
En ese momento escuchamos una risa que no es nuestra:
Miramos al fondo de la sala y, detrás de la puerta de cristal, vemos a Juancar llorando de risa (bueno, la verdad es que desde aquí no puedo verle las lágrimas, pero se ríe muymucho demasiado). ¿Sabéis qué es un niño malo? Pues él es peor: él es TERRIBLE. Terrible y TERRORÍFICO. Hace solo un mes que ha llegado nuevo al colegio y CADA día decide quién será su próxima víctima para meterse con ella.
Y lo que es casi tan terrorífico como él es su tamaño. Se supone que tiene nuestra edad, pero me gustaría ver su DNI... ¡parece MUCHO mayor! Es tan alto como los de dieciséis años.
¿Qué le darán de comer? ¿Niños de su a