Mirabella 8 - Mirabella es una estrella

Harriet Muncaster

Fragmento

MirabellaEstrella-1

Era una mañana luminosa y brillante.

El sol entraba por las ventanitas góticas de la Escuela de magia de la señorita Mala Rueca.

Había murmullos nerviosos por toda la clase mientras la esperábamos sentadas en nuestros pupitres.

¡Era muy raro que llegara tarde!

—He oído que hoy va a haber una sorpresa —dijo Carlota, mi mejor amiga, que estaba a mi lado—. Hazel escuchó la conversación de la señorita Mala Rueca con la señorita Flor de Rana ayer. ¡Dijo que estaban hablando de dar una sorpresa a toda la clase!

—¡Oh! —exclamé—. Espero que sea verdad. Me pregunto qué puede ser. ¡Mejor que seamos superbuenas, o la señorita Mala Rueca no nos dejará participar!

—Sí —asintió Carlota—. Parece que últimamente los problemas nos persiguen… ¡Quizá hoy no deberíamos hablar tú y yo!

Justo entonces oímos el sonido de unas botas puntiagudas que llegaban por el pasillo. La puerta se abrió y la señorita Mala Rueca entró con paso firme.

—Buenos días, brujas —dijo con los labios apretados.

—Buenos días, señorita Mala Rueca —respondimos todas a la vez.

—Efectivamente, es un buen día —dijo la señorita Mala Rueca—, porque hoy la señorita Flor de Rana y yo… ¡vamos a daros una noticia!

Miró hacia atrás y puso mala cara.

—¿Dónde está la señorita Flor de Rana? —dijo—. Estoy segura de que iba detrás de mí hace un momento.

Entonces, como si fuera a propósito, la señorita Flor de Rana entró de golpe en el aula, con su pelo violeta rizándose a su espalda.

Tenía las mejillas coloradas, y parecía entusiasmada y casi sin aliento.

—¡Lo siento! —dijo—. ¡Me equivoqué y entré en otra clase!

La señorita Flor de Rana da la asignatura de Educación Física y es todo lo contrario a la señorita Mala Rueca. ¡A nosotras nos encanta!

—¡Hola, mis dulces brujitas! —nos dijo con una gran sonrisa.

Vi que la señorita Mala Rueca ponía los ojos en blanco antes de lanzarnos a Carlota y a mí una mirada de reproche. Ella no cree que seamos unas dulces brujitas.

—¡Hola, señorita Flor de Rana! —dijimos todas a la vez con ilusión.

—Bueno, ¡menuda sorpresa tengo para vosotras hoy! —continuó—. ¡Hay una invitada muy especial que va a venir a vernos esta tarde!

—¿Quién? —grité con voz aguda, incapaz de contenerme.

A la señorita Flor de Rana le brillaron los ojos.

—¡Cris Gold! —anunció.

—¡¿CRIS GOLD?! —chilló Hazel, saltando de su silla—. ¡ME ENCANTA! ¡Hasta tengo un póster de ella en mi habitación!

—Siéntate, Hazel —soltó molesta la señorita Mala Rueca.

—Sí —continuó la señorita Flor de Rana—. ¡Va a venir a visitarnos Cris Gold! ¡La bruja más famosa que ha salido de nuestro colegio!

—Famosa entre los seres humanos —la interrumpió la señorita Mala Rueca— por jugar a un juego de SERES HUMANOS.

—Bah… —dijo la señorita Flor de Rana, sacudiendo los brazos para quitarle importancia—. ¿Qué más da eso? ¡Es una antigua alumna de esta escuela! ¡Y ahora se ha convertido en una gran estrella del fútbol!

Hazel levantó rápido la mano.

Me volví hacia ella, y también lo hizo Violeta, mi dragoncita, que estaba sentada a mis pies.

—¡Señorita Flor de Rana! —dijo Hazel—. Señorita Flor de Rana, ¡lo sé TODO sobre Cris Gold! Y sobre el fútbol de los seres humanos. Es diferente al brújbol

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