Ensueños

Conrad Roset
David Aceituno

Fragmento

Ensuenos
Mi nombre es Alicia.
He viajado a los lugares más recónditos,
allí donde se escondían sueños de otras épocas.
He visitado un palacio dentro del zapato
de cristal en el que Cenicienta pudo bailar
toda la noche. Y he atravesado un bosque
hechizado adonde muchos sueños van a parar.
He hablado con una equilibrista y un niño pirata,
con tímidas princesas que le contaban
sus secretos a una almohada.
He conocido a una reina que no sabía soñar.
Aquí hay sueños de todos los colores:
sueños alegres como una fiesta entre semana
y sueños tristes que te harán suspirar;
recuerdos, deseos, ensoñaciones,
sueños más raros que la vida y
pesadillas de las que despertarás.
Sueños de dos remando en la Luna
y ventanas por las que los sueños
entran y se van.
Muestrario de botones
para abrochar el sueño
a la vigilia y sacar de
quicio a la niña que no
soportaba los botones.
Regalo de Barbanegra
Modo de empleo: Acercar
la caracola fosilizada al
oído para escuchar el
antiguo canto de las sirenas.
Ensuenos
Ensuenos
z1
z2
Ensuenos
La noche que
Wendy
se quedo dormida
recordando a
Peter Pan...
… soñó que estaba en un desierto.
«Cuánto me gustaría que empezara a llover»,
pensó contemplando aquel cielo de mármol.
Entonces soñó que llovía, que de la arena
¡FLOP!brotaba una flor, que cada flor tenía siete
pétalos y cada pétalo gastaba un color.

-¡Yo soy Lunes! –decía un pétalo.
-¡Mi nombre es Jueves! –aseguraba otro.
-¡Puedes llamarme Hoy! –coreaba un tercero.

Wendy arrancó una de las flores y sopló los pétalos
como si fueran las velas de un pastel de cumpleaños.
«¡Quiero que este cielo se llene de color!»,
y su segundo deseo también se cumplió:
los pétalos se desprendieron alegres
como si empezaran un largo viaje.
Cada uno emprendía su camino cielo arriba,
cada uno describía en el cielo su acrobacia
y ya no eran pétalos sino cometas,
estrellas de todos los colores, globos.
¡Cómo se mecían bajo los dictados del aire!
«Ojalá que esto no acabe nunca»,
se dijo Wendy.

-¡Tres deseos son demasiados! –gritó el despertador.
I
Ensuenos
Ensuenos
Ensuenos
Si las plumas se han vuelto
azuladas, es porque los sueños
de la Princesa Tímida a
veces son tristes.
¿Quién dijo que las
almohadas mágicas no existen?
Para distinguir las almohadas mágicas de las no mágicas
basta con apoyar la oreja y esperar unos segundos.
Si escuchas la voz del ahí durmiente, significa que esa almohada
es la confidente de sus sueños…

Cuando la Princesa Tímida tiene alguna preocupación piensa:
«Lo consultaré con la almohada».
Sé de dónde viene su alegría, conozco de sobra su rubor,
sus lágrimas no me son ajenas.

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