Introducción
¿Qué es el método Z?
Es mejor cojear por el camino que avanzar
a grandes pasos fuera de él.
San Agustín (354-430 d.C.)
Ya sabes el qué, ahora toca el cómo
Si tienes este libro entre tus manos es porque quieres cambiar tu alimentación. Puede que comas mejor o peor, pero algo hay que no estás haciendo todo lo bien que sabes que podrías. Seguramente, también sabrás ya que cambiar hábitos no es fácil. La alimentación, más allá de lo que ponemos en el plato, afecta a muchas esferas de nuestra vida: desde cómo nos identificamos como personas, hasta nuestra vida social y nuestro día a día.
Si no comes bien todavía, no es por falta de información. Vivimos en la era de la información. La alimentación y, en general, la salud, son un tema recurrente en casi todos los medios.
Pero no es lo mismo saber qué debemos comer que cómo debemos comer. De la teoría a la práctica, este es el paso que muchas veces falla. La clave está en cómo lograr el cambio.
Este libro NO es…
• Un remedio universal para todo el mundo. Cada cual tiene unas condiciones, un ritmo de vida diferente, una edad, sexo, actividad física, etc. Para un plan de alimentación totalmente personalizado, tendrías que acudir a un profesional de la alimentación. Aquí tienes lo más parecido que encontrarás en un libro, eso sí, a una consulta adaptada.
• Un remedio rápido. Los hábitos alimentarios tardan en asentarse, como es normal. Y aquí vamos a mejorar de forma progresiva y realista. Por eso funciona.
• Un libro que necesite de fuerza de voluntad. Olvídate de eso: todo lo que nos rodea influye en cómo comemos, y a menudo no depende de nosotros. Aquí vamos a adaptarnos al entorno, a nuestra vida real, y no al revés.
Esto SÍ es el método Z
Una guía. Un mapa para conseguir, de una vez por todas, cambiar tu alimentación, pero de una manera sencilla, tranquila, pausada y disfrutando del cambio. Un diario, incluso, al que acudir para aprender cómo poner en práctica lo que ya sabes.
A la hora de escribir este libro, me he basado en mi experiencia con pacientes: personas que han cambiado su forma de alimentarse y que me han retado con sus barreras y problemas diarios.
Algo que aprendí, y que ahora comparto contigo, es que cambiar nuestra alimentación puede ser un viaje más o menos largo, pero no es cosa de un día, ni de dos. Y como todos los grandes viajes, se hacen por etapas, es decir, parando y asentando cada cambio que vamos incluyendo en nuestros hábitos.
Dividir el gran objetivo en objetivos pequeños siempre es buena idea. Pequeñas metas que te acabarán llevando al final del camino. Ir haciendo cambios progresivos hasta que, casi sin darte cuenta, tu forma de convivir con la comida haya cambiado. Este libro, más que para leerlo, es para vivirlo.
No se trata de dejar de comer m