INTRODUCCIÓN
AL SER UNA NIÑA QUE CRECIÓ CON SEVERAS ALERGIAS alimentarias, empecé a desconfiar de la comida en general desde muy chica. Siempre que comía algo que no debía, me salían ronchas en los labios y en los párpados, y eczema en los codos y detrás de las rodillas. Pasé más tiempo en baños de avena para calmarlo que en el parque. No fue sino hasta la universidad cuando me encontré un día en el hospital con 16 mg de prednisona, que una buena amiga me presentó a un pionero de medicina integral, a quien ella creía capaz de ayudarme. Él me recordó el poder que tienen la medicina holística y los alimentos naturales, con los cuales había crecido, pero dejé de consumir. Me sugirió eliminar todo el azúcar y los alimentos procesados de mi dieta, y comer solo alimentos enteros. ¡Mi eczema desapareció! La comida solucionó algo que ni siquiera los más potentes esteroides pudieron arreglar y ahí fue cuando reconocí la correlación directa entre mi alimentación, mis problemas de piel y mi salud en general.
Con la meta de minimizar mis reacciones alérgicas, mis primeros experimentos en la cocina fueron muy básicos y los resultados fueron bastante insípidos. Era necesario tener cuidado, pero lo que realmente quería era disfrutar mi comida. Siempre que iba a restaurantes me encantaba el sabor de los platillos, pero odiaba lo que le hacían a mi cuerpo. Yo quería que mi comida preparada en casa fuera igual de deliciosa, pero sin los incómodos efectos secundarios, así que empecé a experimentar con ingredientes naturales para amplificar el sabor de los alimentos que ya empezaban a dejar un efecto positivo y considerable en mi salud. Mi viaje personal desató mi pasión por preparar comida que fuera al mismo tiempo tremendamente saludable e increíblemente agradable. Lo mismo que salvó mi vida se convirtió en el trabajo de mi vida.
Es fácil olvidar lo que la comida es en realidad y lo que puede hacer por nosotros. La conveniencia y la rapidez se han vuelto necesarias a tal grado en este mundo acelerado, que pasar las noches cocinando cenas familiares puede parecer extraño y poco realista. Pero cocinar platillos reales, naturales y con ingredientes enteros puede ser saludable, delicioso y requerir poco esfuerzo. Puede ser una parte vibrante, emocionante, reconfortante, energizante, calmante, promotora de la salud, incluso espiritual, de tu vida aquí y ahora. Para mí la cocina es mi farmacia, mi salón de clase y el centro de mi vida familiar. Es donde todos hacemos nuestra tarea, donde celebramos juntos, donde nos encontramos. Diseñé mi cocina con este propósito y paso casi todo mi tiempo en casa en ese espacio, cocinando, experimentando, compartiendo, escuchando, riendo.
No me malinterpretes: soy una mujer de negocios, una madre, una ávida jinete, una científica y una doctora. Estoy tan ocupada como tú. No quiero que me imagines esclavizada frente a la estufa todo el día, mi frente empolvada con harina cernida. Pero eso no quiere decir que no suela tener múltiples ollas de cocción lenta y cacerolas burbujeando en mi cocina al mismo tiempo, o que en ocasiones no me sienta inspirada a preparar múltiples comidas al mismo tiempo para apilar contenedores etiquetados en el congelador. Para mí, preparar y consumir alimentos enteros es cuestión de vida o muerte. Primero tuve que hacer las paces con esta realidad. Luego me enamoré por completo de todo el proceso de encontrar los alimentos más naturales y más frescos, prepararlos, cocinarlos y congelar entonces mi propia “comida rápida” para que siempre tuviera algo nutritivo y delicioso que comer. Hay muchos días en que no tengo tiempo de hacer nada más que sacar algo del congelador y recalentarlo.
La cocina en mi hogar es un espacio para deleitarse con la comida, no para temerle. Cocinar se ha vuelto un placer, no una tarea. Escribí este recetario para compartir ese placer, así como el poder y la influencia que puede tener tu cocina en tu salud. Preparar la comida no debería ser intimidante. Debería ser fácil. Los alimentos no deberían ser una fuente de miedo, sino una fuente de amor y una forma de cuidarte y nutrirte a ti mismo y a la gente que amas. Puede saber deliciosa y ser al mismo tiempo la herramienta más poderosa en tu haber para defender tu propia salud. Puede apoyar tu pérdida de peso, al igual que tu esfuerzo por mejorar tu estado de salud y de ánimo. Pero no encontrarás esa clase de poder medicinal en un paquete de comida procesada en una fábrica que metes al microondas y luego llamas “comida”. La comida real sale de la tierra, y en su forma más saludable casi siempre requiere un poco de preparación. No tiene que tomarte horas. Preparar tu propia comida es una forma de cuidarte y mantener tu metabolismo encendido, o despertarlo si es que redujo su velocidad.
¿Qué pasa con tu metabolismo?
¿Qué es este “metabolismo” del que has estado escuchando tanto, y qué tiene que ver con tu pérdida de peso y tus metas de salud? Básicamente, tu metabolismo es el proceso por el cual tu cuerpo convierte la comida en combustible o sustancia (como músculos, huesos, piel y sangre). Un metabolismo veloz estimula el cuerpo hacia la restauración, no la degeneración. Para perder peso en particular, un metabolismo acelerado implica que tu cuerpo es eficiente en la conversión de comida y grasa en combustible. Un metabolismo acelerado te puede ayudar a derretir la grasa, aplanar tu abdomen, reducir tus muslos y desaparecer la temblorina de los brazos, mientras tu cuerpo se conecta con las reservas de energía que has estado acumulando (en la forma de grasa) tal vez durante años. Encima de todo, un metabolismo acelerado puede apoyar otros procesos de tu cuerpo con más eficiencia, facilitar tu digestión, agudizar tu mente, mejorar tu estado de ánimo y darte la energía necesaria para lograr todas las cosas que quieres hacer en el día. ¿Y cómo lograrlo? ¡Con comida! La comida puede hipernutrir las secuencias metabólicas que regulan todo, desde la inflamación y la digestión hasta la pérdida de peso. Dado que todos los procesos bioquímicos que suceden en tu interior dependen de micronutrientes, una gran variedad de alimentos enteros probablemente tocará todas esas bases, hará que todos los sistemas trabajen de manera eficiente y conserven tu metabolismo encendido en la forma que debe.
Cocinar para un metabolismo acelerado
Tengo una amiga muy querida, Kelly, a quien le pedí que siguiera conmigo la Dieta del metabolismo acelerado (de mi primer libro); es mi amiga, después de todo. En sus propias palabras, no tenía “habilidades culinarias”. Bueno, bajó más de nueve kilos, se enamoró de la comida y ahora puede improvisar menús increíbles. Incluso se reúne con grupos pequeños, les da una introducción al estilo de vida del metabolismo acelerado, mostrándoles cómo preparar chili y hot cakes, y apilar guisos en sus congeladores. Un día me vio y me dijo que su mamá tenía problemas de salud. Pero no quería que siguiera un programa alimentario. Solo quería encontrar una forma en que pudiera crear un efecto positivo en su mamá a través de la comida. Ahí se me ocurrió la idea de este recetario. Quería crear algo básico, pero poderoso, que requiriera casi nada de experiencia ni introducción, no solo para quienes ya están familiarizados con mis planes y quieren más opciones de recetas, sino para aquellas personas que no están interesadas en seguir una dieta en particular y quieren transformar su salud nada más comiendo mejor. Mi deseo era tener algo que Kelly le pudiera dar a su mamá y, confiada, decir: “Esto te va a cambiar la vida”. Es así de simple: no necesitas seguir un “plan” para cambiar tu salud. Todo lo que necesitas hacer es entrar a la cocina y aprender a usar ingredientes reales, enteros, para transformar tu cuerpo, subir la velocidad de tu metabolismo y hacer que todos tus sistemas funcionen mejor. En verdad es así de sencillo. Las recetas en este libro están diseñadas para crear un efecto en tu vida cualquier día, todos los días, en cualquiera y todas las comidas, sin tener que poseer habilidades culinarias complejas ni sentirte intimidado en la cocina.
Cada una de las recetas en este libro solo contiene alimentos de la lista maestra para el metabolismo, una lista de aquellos ingredientes que encienden tu metabolismo en lugar de desacelerarlo. Come principalmente a partir de esta lista y estarás alimentando el fuego de tu metabolismo e inundando tu cuerpo con los micronutrientes que necesita, incluso si no te adhieres a ningún plan de alimentación en particular.
En el capítulo 1 encontrarás información y algunas reglas importantes del metabolismo acelerado sobre cómo, cuándo y por qué comer. En el capítulo 2, por primera vez en cualquiera de mis libros, te llevaré a mi cocina y te mostraré algunas de las ideas que he implementado en mi propio hogar. Te ayudaré a organizar tu cocina, abastecer tu alacena y manejar la lista de alimentos. Puedes usar la lista para maximizar tu experiencia con las recetas con opciones casi infinitas al intercambiar ingredientes y personalizar las recetas a tu gusto y tus necesidades. Recibirás indicaciones para sustituir alimentos que no te gusten o no puedas consumir con otros que te funcionen mejor, además de datos sobre el tamaño de las porciones y los platillos. Te ayudaré a planear tu semana y cocinar un mes por adelantado. Y para cualquiera que esté siguiendo alguno de los planes de mis otros libros, incluí claves, consejos y pistas para adaptar estas recetas a lo que ya estés haciendo para tu metabolismo. Ya sea que te encuentres en la fase 2 de la Dieta del metabolismo acelerado, en la primera parte de la Revolución del metabolismo, adentrado en la quema-H, preparándote para la alfombra roja (o tus siguientes vacaciones en la playa) con mi desintoxicación de cinco días o no conoces en lo absoluto mis programas, verás tus necesidades cubiertas en estas páginas. La lista maestra de alimentos para el metabolismo acelerado será una referencia confiable para avivar tu fuego interno e inundar tu cuerpo con los micronutrientes que requiere para ayudarte a sentirte (y verte) mejor que nunca.
También quería crear un recetario que pudieras regalarles a tus amigos, familiares, médicos, a los maestros de tus hijos o a tus colegas de trabajo, y ofrecer una introducción sencilla al estilo de vida del metabolismo acelerado, ¡con la esperanza de que quizá te preparen algo saludable la próxima vez que te inviten a comer (guiño, guiño y alguna indirecta)! ¡A