Edna O´Brien (Tuamgraney, Irlanda, 1930) nació en una pequeña localidad rural, en una atmósfera nacionalcatólica. Su entorno estaba marcado por un padre alcohólico y una madre integrista. En 1960 publicó Las chicas de campo, la primera parte de la trilogía que hoy reseñamos. Además de esta trilogía, entre sus obras nos encontramos una obra dramática sobre Virgina Woolf y las biografías de Joyce y Lord Byron.La obra de la que hoy os hablo es la trilogía Las chicas de campo; en ella nos encontramos con Kate y Baba, dos jovencitas que han crecido en el campo irlandés, en una zona que nos evoca al lugar en donde la propia escritora dio sus propios pasos.En la primera parte nos encontramos con los primeros pasos de Kate, una jovencita que vive con su madre en una casa pintoresca pero destartalada. La madre de Kate debió de ser hermosa en otro tiempo, pero ahora no es más que una sombra de sí misma, hundida por las preocupaciones. Kate la recuerda llorando continuamente, preocupada por si su marido, un alcohólico que cuando regresa a casa la golpea, regresa para terminar con ella.Kate vive atemorizada, todo lo contrario que Baba, compañera del colegio con la que mantiene una extraña relación. Baba vive en una de las casas más lujosas del pueblo, tiene una bici nueva y aunque es la peor estudiante de toda la clase, es la preferida de la profesora. Kate, que es quien le hace los deberes, recibe una beca para irse a estudiar a un internado, al que también irá Baba, pero entonces, el mismo día en el que recibe esta buena noticia, su vida cambia para siempre.Al llegar a casa Kate ve que su madre no está, sea ido a ver a su hermana le dicen, quédate con la familia de Baba
Pero nunca más volverá a ver a su madre.Ya en el internado, pasan varios años. Aunque a Kate no le va mal, Baba lo detesta y decide urdir un plan para marcharse de ahí, tras lo cual, con apenas dieciséis años, marchan a Dublín, en donde comenzaran a vivir verdaderamente su vida, una vida marcada por la inconsciencia de la juventud y las malas decisiones. Lo que Baba no sabes que por fin estoy aprendiendo a ser yo misma Qué os voy a decir de esta novela que no os haya dicho ya por Instagram o Twitter
Y es que me ha encantado. Es cierto que cuando la empecé me daba un poco de miedo que se me hiciese pesada o que me costase, porque la veía muy intensa, pero al final, una vez que te metes dentro de ella, todo fluye con naturalidad.La primera parte Las chicas de campo, nos cuenta, más o menos, la adolescencia des estas muchachas, desde que tienen catorce años y viven en la aparente seguridad de su pueblo hasta que se marchan a Dublín, en donde conocerán la libertad y los peligros de la vida.Al principio esta primera parte se me hizo muy pesada, porque la historia la cuenta Kate, una jovencilla muy inocente y a veces un poco lenta de entenderás a quien le cuesta arrancar. Esta primera Kate es un poco insoportable, no os voy a engañar, a pesar de que la vida que tiene no es ideal, sino todo lo contrario, es bastante ingenua y crédula, además de ser una mosquita muerta, si me permitís ser tal coloquial. Pero supongo que el hastío que me provocaba Kate quedaba eclipsado por el odio que me hizo sentir Baba al principio (y eso que luego me acaba gustando). Baba es una niña malcriada e insoportable que se dedica a hacer la vida imposible a Kate, la trata como si fuera un trapo y se burla de ella constantemente. Las cosas empiezan a cambiar cuando Kate debe pasar el verano con ella y luego cuando van al internado, en donde no habrá nadie más en quien confiar, aunque su relación se afianza de verdad durante su estancia en Dublín.Aquí vemos a dos jovencitas preocupadas por su aspecto, dos jóvenes que solo quiere ir de fiesta y divertirse, quizá encontrar unos hombres con los que poder casarse. Son despreocupadas y se complementan perfectamente: Baba representa la locura, mientras que Kate es la sensatez.Aquí vemos que la relación de las dos jóvenes ha ido mejorando, son inseparables, viven juntas y no pueden hacer nada por separado. Reconozco que en ciertos momentos hasta pensé que la novela iba a girar en torno a un romance entre las dos que, sin embargo, solo fueron imaginaciones mías, aunque reconozco que me hubiese resultado muy interesante.Además de Baba y Kate en esta primera parte tienen cierta importancia otros personajes. El primero es el padre de Kate, un alcohólico que tras quedarse al cuidado de la niña parece recobrar la compostura. Kate apenas se dirige a él y cuando le habla es siempre con desprecio, no tiene ningún gesto amable con él, ya que lo acusa de todos los problemas que ha tenido en la vida (y razón no le falta). Poco a poco parece desintoxicarse, aunque cada vez que se le plantea un problema, regresa a la bebida. A pesar de lo poco que aparece, no es un personaje que nos provoque lástima, sino todo lo contrario. Personalmente me parece un personaje cobarde, mezquino e interesado que rompe todo lo que toca.También nos encontramos con la familia de Baba, quien cuida de Kate y le da todo lo que su propia familia no puede darle. A pesar de que su relación con Baba es bastante extraña, el padre de la joven trata a Kate con ternura e incluso en cierta ocasión insinúa que le hubiese gustado que Kate fuera su hija; Martha es una mujer frívola, con cierta tendencia al alcoholismo que no se involucra nada en la educación de su hija y, por último, aparece el hermano de Baba, un chiquillo sin mucha importancia en la historia.En esta primera parte aparece también el señor Gentleman, un hombre ya entrado en años que parece mantener un idilio con Kate. La relación de estos dos personajes es bastante extraña y perturbadora, es más, no suelo escandalizarme con lo que narran las novelas, pero en esta ocasión sí que me pasó, incluso sentí cierta repulsa.En la segunda parte, La chica de ojos verdes, nos encontramos a Baba un poco fuera de escena. En esta parte se narra la tormentosa relación de Kate con Eugene, un director de documentales de vida frívola que no le dará más que dolores de cabeza. Baba trata de hacer que se olvide de él, porque es una relación condenada al fracaso desde el principio.Aquí nos encontramos con que Baba ha madurado en cierto aspecto, tampoco mucho, no nos engañemos, pero sí lo suficiente como para ser que la ingenua Kate está siendo, una vez más, engañada.En esta segunda parte poco más hay que añadir, vemos a Kate totalmente enamorada de Eugene, soportando cosas que ninguna mujer debería soportar, con el cerebro completamente lavado por un hombre que usa a las mujeres en su propio beneficio.En la terceras parte, Chicas felizmente casadas, se produce un cambio que no sé deciros si me gustó o no, creo que entorpeció un poco la lectura, aunque le dio también un aire nuevo, y es que Kate deja de ser la narradora para pasar a Baba. Está interesante que, por una vez, la joven Baba, que ya no es tan joven, nos dé su punto de vista y la podamos conocer, porque hasta el momento solo la habíamos visto a través de los ojos de Kate, que la tenía entre idealizada y estigmatizada.A través de las palabras de Baba nos enteramos que, tras muchas idas y venidas Eugene y Kate por fin se casaron y tuvieron un precioso retoño. Los primeros años de matrimonio fueron preciosos pero, poco a poco, la relación se estropeó hasta tal punto que Eugene le quitó a Cash, su hijo, haciendo creer a todos que Kate estaba loca (y razón no le falta). Baba apenas tiene tiempo para estos problemas, pues ella ha decidido casarse con un hombre rico que, sin embargo, no la satisface, por lo que debe buscar fuera de casa lo que este no le da. Baba ahora nos recuerda en cierta manera a su madre, pero Kate también nos recuerda a la suya. Es cierto que ya no están en la campiña irlandesa, sino en una ciudad que, poco a poco, está creciendo, pero sus vidas se están repitiendo en cierta medida.En esta ocasión nos encontramos con Frank, el marido de Baba, un hombre corto de miras y duro de mollera a quien solo le interesa el dinero y agradar a los demás, que exhibe a su mujer como si fuera un trofeo, pero a Baba esto no parece importarle, porque por fin puede llevar la vida de lujos que siempre ha deseado.En fin, el libro me ha gustado mucho más de lo que esperaba, como ya os he dicho, y aunque al principio me ha costado mucho entrar en la historia, al final he terminado por devorarlo. Debido a que Kate es bastante simple, la historia también lo es. El lenguaje es bastante ágil y nada afectado, prescinde de toda las florituras y minuciosidad que suelen ser características de las novelas de este tipo y me parece que es un soplo de aire fresco al género. Es cierto que los personajes pueden estar un poco tipificados y que la historia es, en ciertos aspectos, muy predecible (por eso una relación entre Kate y Baba me hubiese parecido novedosa), pero, sin ninguna duda, es una novela que se puede disfrutar.4/5
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