«Tengo 41 años. He jugado más de 1.500 partidos durante 24 años. El tenis me ha tratado más generosamente de lo que hubiera podido soñar y ahora debo reconocer que es el momento de acabar mi carrera competitiva». El reciente anuncio de la retirada de Roger Federer trae a nuestra memoria «El tenis como experiencia religiosa» (Random House), colección de ensayos en los que David Foster Wallace reflexiona sobre la belleza, complejidad y exigencia de su deporte favorito y -además- pone de manifiesto su amor al tenista suizo, a quien le dedica casi la mitad del libro. En los siguientes párrafos, extraídos todos del capítulo «Federer, en cuerpo y en lo otro», Foster Wallace explica las causas -casi místicas- del ascenso y consagración de Federer desde sus inicios hasta el inolvidable torneo de Wimbledon de 2006.