Sutil, moderno, en apariencia leve, César Aira es la gran influencia en la literatura argentina de las últimas décadas: al menos dos generaciones de escritores trabajan bajo su influjo, su obra despierta devoción en lectores y críticos que siguen su prolífica publicación. Sin embargo, Aira pareciera reírse y escapar de todo eso. Habla poco y no explica demasiado. Por eso, esta entrevista con Alan Pauls es de colección. Poco antes de ganar el premio Formentor y a punto de publicar «La ola que lee» (sus artículos y reseñas inéditas en libro), Aira habla de su universo, su iniciación literaria en un pueblo de provincia, el tono infantiloide como cáscara perfecta, sus fetiches, su reivindicación impenitente del surrealismo, sus años como traductor de «best sellers», los finales «decepcionantes» de sus libros, su idea de escribir «bien» o «mal», su auténtica ambición, y la literatura como ese lugar en el que se encontró condenado a vivir y protegerse de todo lo malo que sucede en la vida.