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Dedicatoria
Somos casi oscuridad
El muchacho, el mar y el paraíso perdido
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El infierno es no saber si estamos vivos o muertos
El muchacho, Lugar y la trinidad profana
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Créditos
Esta novela está dedicada a las hermanas
Bergljót K. Þráinsdóttir (1938-1969)
y Jóhanna Þráinsdóttir (1940-2005)
Somos casi oscuridad
Las montañas se alzan imponentes sobre la vida, la muerte, y también sobre las casas apiñadas en la lengua de tierra. Vivimos en el fondo de una hoya: pasa el día, cae la tarde; se llena lentamente de oscuridad y luego aparecen las estrellas por encima de nuestras cabezas, con su eterno parpadeo, como si transmitieran un mensaje urgente. Pero ¿qué mensaje, quién lo envía? ¿Qué quieren de nosotros? O mejor dicho: ¿qué queremos nosotros de ellas?
Apenas quedan vestigios que nos recuerden esa luz. Cada vez estamos más cerca de la oscuridad; de hecho, sólo somos casi oscuridad, sólo nos quedan recuerdos y también esperanza, aunque ésta se ha debilitado y sigue desvaneciéndose; pronto parecerá una estrella en extinción, un peñasco sombrío. Sin embargo, algo sabemos de la vida y de la muerte, y queremos contártelo: hemos recorrido este largo ca