Nuestra pandilla

Philip Roth

Fragmento

NOTA DEL TRADUCTOR

NOTA DEL TRADUCTOR

Las grandes sátiras, con los años, pierden en el detalle y ganan en aplicación universal. ¿De quién se burlaba Quevedo? ¿A quiénes atacaban Juvenal o Marcial? ¿A qué hechos o situaciones concretas se refería Swift? No nos importa: la ferocidad del texto parece dirigirse contra tipos humanos que van repitiéndose a lo largo de los siglos en múltiples situaciones, y la aprehendemos con tanta fuerza como si estuviésemos al corriente del último cotilleo contemporáneo del autor.

Nuestra pandilla es una serie de textos satíricos que Philip Roth fue publicando parcialmente en la New York Review of Books y que acabaron apareciendo en forma de libro en 1971. Los tiempos de Richard Nixon. Ha pasado más de un cuarto de siglo desde entonces. Muchas de las personas y los hechos de que el autor se burla con su humor más feroz siguen muy vivos en la memoria colectiva de los norteamericanos y todavía no se han borrado por completo de la memoria colectiva occidental. Pero, claro, esta sátira se escribió para unos lectores que en su momento conocían muy bien a Richard Nixon y su «pandilla» y que entendían perfectamente lo que Roth sugería con cada nombre falso, cada latiguillo verbal, cada gesto parodiado, cada situación caricaturizada.

En la traducción al español hemos optado por confiar en el valor literario de la sátira, renunciando a distraer al lector con la explicación de cada referencia. En realidad, qué importa quién fuera en concreto el secretario de Enjuagues de la Casa Blanca: su propio cargo lo hace universal.

A Mildred Martin, de la Bucknell University,

Robert Maurer, ahora en el Antioch College,

y a Napier Wilt, de la Universidad de Chicago,

tres profesores a los que estoy especialmente agradecido

por las enseñanzas y el ánimo que me dieron.

…Y acudieron a mi memoria frecuentes Conversaciones con mi Maestro sobre la Naturaleza de la Madurez, en otras Partes del Mundo; lo cual dio ocasión a que tratáramos de la Mentira y de la falsa Representación, con gran Dificultad por su parte para comprender lo que yo le decía; a pesar de su muy penetrante Discernimiento en todas las materias. Porque argüía lo siguiente: Que el Uso de la Palabra tenía por objeto que nos comprendiésemos los unos a los otros y para recibir información de los Hechos; luego si alguien expresaba lo que no era, dicho fin quedaba sin cumplir; porque no podía afirmarse con propiedad que yo lo comprendiera; y estoy tan lejos de recibir Información, que me deja peor que en la Ignorancia; porque se me conduce a creer que una cosa es Negra siendo Blanca, y Corta siendo Larga. Y hasta ahí alcanzaba su noción de la Facultad de Mentir, que tan perfectamente comprenden y tan universalmente practican las Criaturas humanas.

JONATHAN SWIFT,

Viaje al país de los Houyhnhnms, 1726

… deberíamos reconocer que el actual caos político guarda relación con la decadencia del lenguaje y que podríamos conseguir alguna mejora si empezáramos por lo verbal… El lenguaje político –y, con variantes, ello es cierto de todos los partidos políticos, desde el Conservador al Anarquista– está pensado para que las mentiras suenen a verdades y el crimen parezca respetable, y para conferir apariencia de solidez el aire puro.

GEORGE ORWELL,

«Politics and the English Language», 1946

POR MIS CONVICCIONES PERSONALES Y RELIGIOSAS CONSIDERO QUE EL ABORTO ES UNA FORMA INACEPTABLE DE CONTROL DE LA POBLACIÓN. ADEMÁS, EL PLANTEAMIENTO NO RESTRICTIVO DEL ABORTO O EL ABORTO POR ENCARGO ME RESULTAN IMPOSIBLES DE CONCILIAR CON MI FE EN EL CARÁCTER SAGRADO DE LA VIDA HUMANA, INCLUIDA LA VIDA DE LOS NONATOS, PUES QUÉ DUDA CABE DE QUE LOS NONATOS TAMBIÉN TIENEN SUS DERECHOS, QUE LA LEY RECONOCE, QUE ESTÁN RECONOCIDOS INCLUSO EN PRINCIPIOS EXPUESTOS POR LAS NACIONES UNIDAS.

RICHARD NIXON

SAN CLEMENTE, 3 DE ABRIL DE 1971

1. TRICKY RECONFORTA A UN ATRIBULADO CIUDADANO

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TRICKY RECONFORTA A UN

ATRIBULADO CIUDADANO

CIUDADANO: Señor presidente, quiero felicitarle a usted por haber proclamado el 3 de abril el carácter sagrado de la vida humana, incluida la del nonato. Hacía falta mucho valor para ello, sobre todo a la luz de los resultados electorales de noviembre.

TRICKY: Muchísimas gracias. Podría haber optado por lo más popular, qué duda cabe, proclamándome en contra del carácter sagrado de la vida humana. Pero francamente, prefiero ser presidente de una sola legislatura, haciendo lo que considero correcto, a ser presidente de dos legislaturas, adoptando una actitud tan fácil. A fin de cuentas, he de atender a mi conciencia tanto como al electorado.

CIUDADANO: Su conciencia, señor presidente, nos tiene a todos maravillados.

TRICKY: Muchas gracias.

CIUDADANO: Me gustaría saber si puedo hacerle una pregunta que guarda relación con el teniente Calley y su condena por la muerte de veintidós civiles vietnamitas en My Lai.

TRICKY: Ciertamente. Supongo que saca usted esto a colación como un ejemplo más de mi negativa a tomar las medidas que más popularidad podrían granjearme.

CIUDADANO: ¿Cómo es eso, señor presidente?

TRICKY: Bueno, visto el clamor público que se alzó contra esta condena, lo que mejor habría acogido la gente, con mucho, habría sido que yo, comandante en jefe, hubiera condenado a esos veintidós civiles desarmados por conspiración para matar al teniente Calley. Pero si echa un vistazo a los periódicos, podrá comprobar usted que me negué a hacer tal cosa, que opté por limitarme a reconsiderar la cues

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