Harán de mí un criminal

Javier Marías

Fragmento



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Portadilla

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Al rico desastre

Amar al malo

Sisadores y sádicos

Ni mérito ni misterio

McDocencia

Savater o ¿cómo que todo?

Flechas y garfios

Captain Sadwing

La risa mayor

Inmortalidad o pillaje

Fastidiosos y muy embarazados

Tremendamente ofendida

Una herencia muy antigua

Abalorio

La estación infrahumana

Paridas o paridos

El ansioso y el ambicioso

Frías, acomodadas, cobardes

Cuando no es triste la muerte

Eso no me lo nieguen

Hijos de jetas

Los que sólo desaparecen

Estamos rodeados, Pérez-Rafferty

Vinieron los grandes vientos

Lo que se pone rancio

El patriotismo y la rabia

Novela y espías en Soria

Tiburones sin dientes

Su caucásico servidor

En el infierno te verás

La felicidad de fastidiar

Majaras y majaderos con monederos

Ustedes

Misterios de la imbecilidad

Diálogos para perder el juicio

Un sentimiento olvidado

A la vejez el vaina

Que salgan ya Tintín y Bond

Honrados deudores y míseros robaperas

Quién es el idiota

¿Es usted el Santo Fantasma?

Ni más ni menos que animales

Entre el dolor y la nada

Acusica Barrabás

Por la felicidad de los lectores

La traición a Henry Adams

El concepto más funesto

Harán de mí un criminal

El mejor de los amigos

El mal del bien parecido

Del aire y de tinta y papel

Lo despreciable que mancha

Parásitos de tu propia sangre

Incontinentes de solemnidad

Bausanes

Una incansable enfermedad

Rajo, luego existo

Manda bolas el mando

Ni como bultos ni como idiotas

El amargo valor de algunos muertos

De nociones erróneas y groseras costumbres

Píseme el cogote, jefe

Las tolerancias necias

Las jetas nuestras de cada día

Lo peor todavía

My Fair Arzallus

Con los quevedos puestos

Pues ya no me caso

Un maravilloso manual de fingimiento

Los nuevos Picapiedra

Querido Corso de Flandes

Presueño de una noche de verano

Hacia la ley del más grosero

Qué diablos se hace con nuestro dinero

Todos somos mamarrachos

La carta del hombre delgado

Imprenta o fuego

Cuando una sociedad está putrefacta

Genios a merced de mindundis

Paisaje con puta y mastuerzo

Desodorante Al Qaeda

En Marbella ni huella

Negocio de lo normal como anomalía

Sean ustedes peleles

El estrabismo de los semidioses

O Hércules o Fernando VII

La ausencia de sesos

El insulto definitivo español

Las civilizadoras

Y las incivilizadas

Las estafas cotidianas

Así que confié en la Renfe

Ignorante e idiota y desequilibrado

Guía para descartar lecturas

Enfermos de inmoralidad

La casa en semiorden

Una explicación y un adiós

Postdata

Un inédito censurado: Creed en nosotros a cambio

Notas

Sobre el autor

Créditos

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El presente volumen reúne los artículos publicados en el suplemento dominical El Semanal entre el 18 de febrero de 2001 y el 15 de diciembre de 2002. Se corresponden con noventa y seis domingos, o casi dos años de tarea.

Si son casi dos y no dos completos, es por lo que comentaré un poco más tarde. Mis primeros seis años de colaboración con ese suplemento fueron apareciendo, recopilados en forma de libro, en tres volúmenes anteriores, titulados respectivamente Mano de sombra (1997), Seré amado cuando falte (1999) y A veces un caballero (2001), publicados todos ellos por Alfaguara.

Se hace sin duda necesaria una breve explicación para los posibles lectores de Harán de mí un criminal. Durante los casi ocho años en que irrumpí en los desayunos dominicales de los lectores de El Semanal, mi vecino de página (él ocupaba la anterior) fue Arturo Pérez-Reverte, quien ya estaba allí cuando yo aterricé y ahí continúa tras mi despegue. A lo largo de todo este tiempo, él y yo desarrollamos una curiosa amistad —cómo llamarla: supongo que periodística o quizá columnística; o tal vez alusiva—, y con frecuencia no

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