Índice
Portadilla
Índice
Nota previa
Al rico desastre
Amar al malo
Sisadores y sádicos
Ni mérito ni misterio
McDocencia
Savater o ¿cómo que todo?
Flechas y garfios
Captain Sadwing
La risa mayor
Inmortalidad o pillaje
Fastidiosos y muy embarazados
Tremendamente ofendida
Una herencia muy antigua
Abalorio
La estación infrahumana
Paridas o paridos
El ansioso y el ambicioso
Frías, acomodadas, cobardes
Cuando no es triste la muerte
Eso no me lo nieguen
Hijos de jetas
Los que sólo desaparecen
Estamos rodeados, Pérez-Rafferty
Vinieron los grandes vientos
Lo que se pone rancio
El patriotismo y la rabia
Novela y espías en Soria
Tiburones sin dientes
Su caucásico servidor
En el infierno te verás
La felicidad de fastidiar
Majaras y majaderos con monederos
Ustedes
Misterios de la imbecilidad
Diálogos para perder el juicio
Un sentimiento olvidado
A la vejez el vaina
Que salgan ya Tintín y Bond
Honrados deudores y míseros robaperas
Quién es el idiota
¿Es usted el Santo Fantasma?
Ni más ni menos que animales
Entre el dolor y la nada
Acusica Barrabás
Por la felicidad de los lectores
La traición a Henry Adams
El concepto más funesto
Harán de mí un criminal
El mejor de los amigos
El mal del bien parecido
Del aire y de tinta y papel
Lo despreciable que mancha
Parásitos de tu propia sangre
Incontinentes de solemnidad
Bausanes
Una incansable enfermedad
Rajo, luego existo
Manda bolas el mando
Ni como bultos ni como idiotas
El amargo valor de algunos muertos
De nociones erróneas y groseras costumbres
Píseme el cogote, jefe
Las tolerancias necias
Las jetas nuestras de cada día
Lo peor todavía
My Fair Arzallus
Con los quevedos puestos
Pues ya no me caso
Un maravilloso manual de fingimiento
Los nuevos Picapiedra
Querido Corso de Flandes
Presueño de una noche de verano
Hacia la ley del más grosero
Qué diablos se hace con nuestro dinero
Todos somos mamarrachos
La carta del hombre delgado
Imprenta o fuego
Cuando una sociedad está putrefacta
Genios a merced de mindundis
Paisaje con puta y mastuerzo
Desodorante Al Qaeda
En Marbella ni huella
Negocio de lo normal como anomalía
Sean ustedes peleles
El estrabismo de los semidioses
O Hércules o Fernando VII
La ausencia de sesos
El insulto definitivo español
Las civilizadoras
Y las incivilizadas
Las estafas cotidianas
Así que confié en la Renfe
Ignorante e idiota y desequilibrado
Guía para descartar lecturas
Enfermos de inmoralidad
La casa en semiorden
Una explicación y un adiós
Postdata
Un inédito censurado: Creed en nosotros a cambio
Notas
Sobre el autor
Créditos
Nota previa
El presente volumen reúne los artículos publicados en el suplemento dominical El Semanal entre el 18 de febrero de 2001 y el 15 de diciembre de 2002. Se corresponden con noventa y seis domingos, o casi dos años de tarea.
Si son casi dos y no dos completos, es por lo que comentaré un poco más tarde. Mis primeros seis años de colaboración con ese suplemento fueron apareciendo, recopilados en forma de libro, en tres volúmenes anteriores, titulados respectivamente Mano de sombra (1997), Seré amado cuando falte (1999) y A veces un caballero (2001), publicados todos ellos por Alfaguara.
Se hace sin duda necesaria una breve explicación para los posibles lectores de Harán de mí un criminal. Durante los casi ocho años en que irrumpí en los desayunos dominicales de los lectores de El Semanal, mi vecino de página (él ocupaba la anterior) fue Arturo Pérez-Reverte, quien ya estaba allí cuando yo aterricé y ahí continúa tras mi despegue. A lo largo de todo este tiempo, él y yo desarrollamos una curiosa amistad —cómo llamarla: supongo que periodística o quizá columnística; o tal vez alusiva—, y con frecuencia no