Los ángeles no existen, sé que estoy soñando. Hablo solo, como de costumbre. Y sin embargo la orden fatal ha sido dada. Entre nubes negras, demasiado bellos, vienen ba
¡No! ¡No es posible! ¡No pueden pagar justos
Impecables ángeles del castigo, si en este encuentran cincuenta justos no lo destruyen, ¿verdad? Tamlo destruyen si encuentran treinta justos, diez
¿Y si hay siete justos? ¿Cinco justos? ¿Tres justos?
¿Un solo justo? ¡Cabrones, no están aquí para destruir! ¡Esaquí para encontrar ese justo! ¿Por qué nos destruyen
buscarlo? ¡Ángeles asesinos! Evítenme este gigantesco
ronquido de bestia en celo. Mis orejas sangran. ¡Y en la osdel exceso de luz, con dolor de útero, debo
vez la espantosa explosión! ¡No! ¡Tengo que
tengo que chillar, encontrar la puerta, volver
¿He despertado? Otra vez el silencio marmóreo
de ese océano sin olas... Otra vez esta playa desplomada, escamino de tierra que termina frente al muro cortado
pico de la Cordillera. Otra vez la vieja viga horizontal atravesada por rayas blancas y negras indicando que en esas inmensas rocas comienza o termina el país. Mi caseta de madera podrida se yergue junto al límite inútil. Y allí adentro, ojos abiertos, trato de escapar de la pesadilla...
despierto. El viento hace desfilar frente a mis zapatos
suelas un río de latas de conserva vacías. Ésta es mi paz, este es mi mundo. El televisor, brillante, sin una partícula de
polvo, no paro de limpiarlo, es lo único que limpio, nunca
cesado de funcionar. Y en la pantalla, al mismo
yo, mi General, hermoso hombre de mil años,
no, con los bigotes engominados y el mentón de ébano, deja de roncar, abre los ojos, bosteza, me mira, me habla:
¡CUANDO YO DUERMO EL PAÍS DUERME!
ME DESPIERTO, EL PAÍS SE DESPIERTA!
ES OBEDECER MI LEY! ¡NINGÚN CIUDADANO DEBE REA
ACTOS VOLUNTARIOS! ¡POR LA FELICIDAD
DE TODOS SÓLO YO SÉ HACIA DÓNDE
POR QUÉ VAMOS! ¡NO DESEO QUEMARLOS, SINO ENSEÑARLES A TENER MIEDO AL FUEGO! ¡APRENDAN A RESPETAR EL ARCA, LA TRAMPA, LA FORMA, EL CUBO,
DENSO, LO CONCRETO, LA BOCA DEL DRAGÓN QUE SE
EN FORMA DE BOSTEZO! ¡MUERA EL
VIVA EL HIPOPÓTAMO! ¡ABAJO EL HALCÓN,
BA EL SABLE ENVAINADO! ¡NO A LOS JINETES DEL APOCALIPSIS, SÍ A LA JERUSALÉN CELESTE POR CUADRADA!
Perdón, mi General, si usted lo permite –en estas dades no hay panaderos ni vacas– abriré una lata para chupar una miserable pinza de cangrejo mientras usted, Autori
Máxima, se deleita untando la privilegiada
en esa leche que no puede ser sino la de una santa virgen...
¿qué es este ruido de pasos? ¿Qué son esas tres
junto a la muralla de rocas? ¿De dónde vienen
personajes? ¡Cómo se atreven a avanzar hacia mi
impermeables negros, sus antiparras oscuras
sombreros alones no me asustan! ¡Alto ahí! ¡Cuidado
ametralladora! ¡Arriba las manos! ¡No se muevan
acribillo! ¡Silencio, desgraciados! ¡Desde ahora mismo
¡Todos los derechos les son eliminados! ¡Yo pregunto
contesto! ¡Los interrogatorios hacen perder tiempo
el tiempo es vida! ¿Quiénes son ustedes? ¿Adónde van? ¿De
vienen? ¿Del Norte, del Sur, de la Cordillera o
Mar? No pueden venir del Norte, del extranjero: detrás de
esta viga blanquinegra está todo el extranjero, un muro de
rocas que llega hasta el cielo. No pueden venir del Mar, es
de ácido y en él, con el vientre comido, todas las barcas se
hunden. Y si vienen del Sur, del interior del país, ¿por qué
hasta aquí, el fin de un callejón sin salida? ¡No!
no van, no hay dónde ir. Ni tampoco vienen, un
no puede ser la meta de nadie. ¡Ustedes han
Como en mi sueño... El mismo durante años...
ángeles... Venían a destruir el país... Si encontraban un solo justo no exterminaban a los millones de impíos... ¡Cómo
¡Debían investigar antes de actuar! ¡Pero no dieron el trabajo! ¡No buscaron la preciosa aguja en el pajar! ¡Se comportaron como asesinos! ¡Lo desintegraron todo! ¡Hicieron pagar al justo como al impío! ¡Ese ronquido en celo! ¡Esa atroz explosión! ¡Mi pobre camino de tierra! ¡Ángeles de mierda! ¡Ojo por ojo: en el sueño ustedes me hacen reventar, en la vigilia yo los reviento! ¡Ten
¡Que sus cuerpos quizás fríos como el de los peces
mis balas ardientes! ¿Qué? No caen... No se
en la agonía... No hay agujeros humeantes en impermeables... ¡Pero si tienen el vientre lleno de plomo!
Ni una herida, ni una gota de sangre, yo tenía razón: ustevienen de ninguna parte, salen de mi mente,
de sueño. Las balas reales no matan a las alucina–Ni las balas falsas matan a los seres reales.
–¿Balas falsas? ¡Silencio, he dicho! Si mi ametralladora
fallado, este fiel revólver puede hacer que las tapas
sesos salten como sapos tratando de atrapar la
vuelta! ¡Preséntenme sus muñecas, aquí tengo
de esposas! ¿Qué? ¡No puede ser! ¡Los tres pares prendo. ¡No se muevan, debo consultar con mi
General, qué es esto? ¿Por qué no me responde?
me mira desde la pantalla con los ojos fijos y la
firmemente cerrada? ¿Ahora, cuando más las necesito, me
escatima sus palabras? ¿Soy yo el que ve alucinaciones o el
ejército me ha enviado un material inservible? ¿Por
¿Acaso no merezco algo mejor? ¿Se me pasan las sobras, el
podrido, las balas rancias porque soy el
guardián de una frontera que puede guardarse sola?
eso? ¿Debo considerar que mi puesto no tiene
cado? ¿Me pusieron aquí porque yo mismo, al igual que esviga, no valgo nada, no sirvo para nada? ¿Me han
denado a la soledad por desprecio? Aquí me abandonaron
cuando era un niño. Sólo conozco este trozo de
un lugar siniestro que ni las gaviotas quieren usar como cagadero. Años de soledad alimentándome de pinzas de cangrejo, sumergido para siempre en un invierno de doce meses. Y sin embargo yo, fiel al deber, al pie de su imagen mi
General, no he abandonado el puesto. He dormido
no continuamente. Unos minutos por aquí, otros
siempre atento, obsesionado, esperando un
por fin cumplir con mi deber. ¡Y cuando el
llega, no me dan medios para dominarlo! Estos siglos de vigilancia, de espera, no han servido para nada... ¡No por su
mi General! La distracción es la peste de los
dinados. Nadie se concentra en su tarea más de un
El sueño los asalta y entonces se deslizan las balas
potentes y las esposas oxidadas. Este revólver, mi
es la primera arma que me dieron. Con él llegué aquí. Me
ha servido de hermano. Sus balas son perfectas. De eso estoy seguro. En aquellos tiempos éramos jóvenes, realizábala acción por el placer de la acción y no por
algo. Y la única acción que nos interesaba era la de obedecerle ciegamente, mi General. Vea usted, yo, su más humilde servidor, no he cambiado: apoyo el cañón del querido reen la nuca de cada uno de estos oscuros no caen, sonríen, parecen invulnerables! Mi
he dejado caer el revólver de mi infancia y el
le ha dado una costra milenaria. Contengo
me siento como perro abandonado. Por primera
vez en todos estos años, apago el televisor...
–Señor, quisiéramos aprovechar este silencio para... –¡Silencio ustedes! ¡Si no me ayudan, me ayudaré
¡Ánimo! Debajo de mi banco guardo cepillos,
peles, pequeños disfraces de Pierrot, un oso de peluche y esde sacrificios. Confío en su filo sagrado... ¡Oh,
hoja de acero se hace polvo y una brisa se la lleva convertida en nube gris! ¿Entonces, estoy soñando?
despierto. Las balas eran de salva y el aire
corroe los metales.
–¿Ustedes son ángeles?
–No. Somos estudiantes.
–¿Qué estudian? ¿De dónde vienen?
está el problema, hemos perdido la memoria.
tamos tratando de saber quiénes somos, de dónde venimos
y adónde vamos. Por eso le decimos que somos estudiantes.
me vengan con cuentos. ¿Hace cuánto tiempo
dieron cuenta de que habían perdido la memoria?
unos minutos, mientras usted dormía. Bruscanos encontramos junto a la Cordillera, vestidos
impermeables negros, sombreros alones y antiparras.
este idioma sin saber de dónde vienen nuestras
A veces no entendemos lo que estamos diciendo
si nuestra boca vertiera frases de un lenguaje –Puedo creerles como puedo no creerles. Hay algo que
asesinos vulgares no son. Me podrían haber eliminado
mientras dormía. Asesinos complejos sí pueden serlo. Una
especie de gatos celestes jugando con un ratón humano.
equivocado o tiene razón? No lo sabemos.
olvidado nuestras intenciones. No podemos decirle
tenemos o no poder. Por el instante somos inofensivos.
a las que les hicieron perder su substancia? Cuando les disparé ni siquiera se sobresaltaron.
–Hemos olvidado también el miedo.
–Esta situación es desesperante. Nadie sabe nada. Todo
es ambiguo. ¿Están mintiendo, son ángeles, están jugando
conmigo por pura crueldad o quieren extraer de
información que yo mismo desconozco? ¿Qué buscan?
–Sólo nos buscamos a nosotros mismos.
–Si en realidad necesitan ayuda, el único que sabe
en este país es mi General. Pregúntenle a él.
–¿Dónde lo podemos encontrar?
–¡Ahí! ¡En el televisor!
–Es una imagen, no puede respondernos en particular.
–No se crean. Mi General es como un libro sagrado. Dilo que diga, siempre sus palabras sirven de
Depende de uno interpretarlas. Enciendo...
AL CONTRARIO DE LAS DE CAUCHO, LAS NATURALES, DE CARNE HUMANA, CONTIENEN DENSA OSCURIDAD ATAÚDES, CUCHILLOS DE NEGRA, PARASOLES, MURALLAS, JARDINES
AGUAS ESTANCADAS, COLMILLOS, FETOS
AVANZADO ESTADO DE DESCOMPOSICIÓN, PADRES LÚBRICOS, TARÁNTULAS CON CABEZAS DE MADRE,
SES MUTILADOS, PEDAZOS DE LUNA ROJA...
–Perdone que apaguemos su televisor. No mos ese lenguaje: no nos sirve para nada.
–Mi General habla diferente para cada
Enciendan ustedes el aparato y el mensaje concordará con el nivel que tienen.
–Haremos como usted dice...
NO CONOZCO LA MUERTE NI LA DUDA. NO ESPÍRITU NI EL PENSAMIENTO NI EL OJO FRÍO QUE MI- DESDE EL CENTRO. NO TENGO OBLIGACIONES
NA ATRACCIÓN NI DESEOS NI NECESIDAD DE LIBERAR¡SOY CONCIENCIA Y FELICIDAD PURA! ¡SOY EL –¡Apago! ¡Qué angustia! Nunca lo oí hablar así. Ustedes no pertenecen a este mundo. Son lo que creo que son.
–Usted no es lo que cree ser.
–¡Basta de dudas! ¡Ni mis manos ni mis pies se
Reciban la verdad primitiva y por lo tanto pura mis puñetazos y patadas. Por favor, cesen de esquivar todos golpes con esa agilidad delicada, demasiado certera. ofrecerme resistencia es precipitarme en la desespera
Acelero el ritmo de mis agresiones. ¡Maldición!
puedo tocar a nadie. Castigo solamente al aire. Ni siquiera
recibo la confirmación de la existencia de mi cuerpo por el
de un ataque sólido. Me ahogo. Sí, me siento
abandonado. Vuelvo a mi caseta de madera muerta.
Debo meditar, debo luchar conmigo mismo. Cuando se es
obediente de alma, todo es una lección de obediencia. Mis
eran falsas, mi cuchillo frágil, mi alimento podrido,
mi tarea inútil, mi frontera ilusoria. Sin embargo, mi General sabe lo que hace... ¡Mi General siempre sabe lo que hasé por qué me puso aquí pero si estoy es por
No sé para qué le sirvo pero si no me ha eliminado le sirvo
algo. Ese algo no me incumbe; él lo sabe y basta.
sólo sirvo para obedecer. Nadie ni nada podrá cambiarme.
aunque no reciba órdenes. Aunque nadie
vea, me oiga, me sospeche, obedezco. Aquí me quedo, aquí
Si mi General se digna utilizarme, bien. Si muero bien. Obedeceré hasta el último suspiro.
guna decisión surgirá de mí. Unos van, otros vienen, yo soy piedra del camino. Una piedra para mi General. Si me arroja, iré hacia la dirección que me imprima. Si me derecibiré resignado sobre mis hombros el polvo
¡Ángeles del Juicio, ya me hicieron perder
tiempo! Si quieren acabar con el país yo no se nunca mi obediencia. ¡Basta de ilusiones, basta de sueños,
ustedes no existen! Enciendo el televisor. Vuelvo al
mi General...
QUIERO SERLO TODO PARA USTEDES. QUIERO PAN, LA LECHE, EL TECHO PROTECTOR Y EL
RESPIRAN. QUIERO SER SU CUNA, SU CAMA
ATAÚD. TAMBIÉN LA MESA Y EL ROPERO. QUIERO
EL DESEO Y EL OBJETO DE SUS DESEOS. QUIERO SER EL
CORAZÓN, EL AMOR, EL AMANTE Y EL AMADO.
–Nos vamos... Si fuéramos tres ángeles buscando lo justo para no destruir el mundo, usted sería...
–¡Sus voces no existen! ¡Esos lotos blancos que sacan de
sus impermeables y depositan frente a mis zapatos sin sueson una ilusión! ¡Como es una ilusión verlos
por el camino de tierra, inclinados bajo la lluvia parda que
cae del cielo sin nubes!
QUIERO SER LA PIEDRA, QUIERO SER EL QUIERO SER EL ALA Y EL VUELO Y LA CAÍDA,
LA PUNTA NEGRA DE TODOS LOS
QUIERO QUE MIS BALAS PERDIDAS PEGUEN
EN TU PECHO, CARIÑO SANTO, SIEMPRE EN TU PECHO...
–¡Sí, mi General, siempre en mi pecho! ¡Qué chorrea de mi boca, el viento sopla, el océano lluvia cae, su voz adorada se diluye en la tormenta, General! ¡Hay un solo sonido, una sola música, los ángeles no existen, sé que otra vez estoy soñando!
–Ustedes tres son detectives, ¿verdad?
–¿Por qué cree que lo somos?
–Bueno, no es porque la ropa que llevan es fina, de ciudad, ya que siendo de provincia muy bien podrían haberla
sustraído a cualquier viajero, ustedes saben que estos parapeligrosos y llenos de bandoleros; ni tampoco
creería por sus distinguidas maneras de caminar ni por las
lisas o por los rostros que bajo los anteojos negros
revelan descender de extranjeros (en ese caso pensaría que
son espías); sin embargo, en este camino y a estas horas, saliendo del pueblo y sabiendo como yo sé que la próxima alestá a cien kilómetros, tienen que traer alguna
sión... Andan investigando.
–¿Qué podríamos investigar en este camino desierto? –Ahí está el misterio. Los detectives tienen sie