Índice
Portadilla
Índice
Nota a la presente edición
Introducción
El deporte según Gay
Tiros cortos en distintas secciones
Un diálogo sobre baloncesto con Angelo Musi
El vestuario
Una tarde en el campo de fútbol
El bateador .200
El tipo más solitario del boxeo
N.Y.U. gana a pesar del frío gélido
Judy es muchas cosas, sobre todo sincera
Un giro maravilloso para Gerry
Retrato de un joven púgil
El herrador del Garden trabaja deprisa
El último de los boxeadores sin guantes aún rebosa energía a los noventa y tres años
La troupe de luchadores enanos no trabaja por calderilla
El rey de las halteras: más músculo que cerebro
Un dentista que saca pasta del boxeo
Un cronometrador tan imperturbable como un reloj
Los diamantes son el mejor amigo de un muchacho
De viaje, a ninguna parte, con los Yankees
El relato que hay detrás de la señal para lanzarle un tiro intimidador a Cliff Johnson
Raza, reporteros y responsabilidad
El hijo del púgil
El perdedor
Retrato del campeón ascético
Patterson, indiferente al principio, demuestra que también sabe ladrar
Los asesores de Liston ensalzan su alegría, benevolencia y tosquedad
Patterson también tiene cuatro amigos, pero tendrá que pelear solo
El campeón habla del sueño, la lluvia y observa a su séquito cerca del campamento
«Un buen golpe» sorprende a Floyd
El excampeón disfrazado
El perdedor
Historias con nombres auténticos
El caddie: un relato no edificante
Un hombre receloso en el rincón del campeón
El doctor Birdwhistell y los deportistas
Joe Louis: el rey en la mediana edad
El silencio del héroe
El arquitecto de los campos de golf
Eric y Beth Heiden: un vínculo de sangre sobre patines
Un chut fallado
El más grande
Ali en La Habana
Prórroga
El canto de cisne de Gay Talese
El mánager de la crisis: tiempos difíciles para Joe Girardi y los Yankees
Notas
Sobre el autor
Gay Talese en digital
Créditos
Nota a la presente edición
Gay Talese ha querido incorporar a esta edición el artículo «El mánager de la crisis: tiempos difíciles para Joe Girardi y los Yankees», publicado en el New Yorker, el 24 de septiembre de 2012, que no estaba incluido en la edición americana. Respecto a esta nueva inclusión, el propio autor explica:
¿Qué representa la incorporación de este texto? Muestra mi permanente fascinación por los deportes como símbolo de la necesidad humana de éxito, y mi respeto por los deportistas, pues asumen riesgos que a menudo no alcanzan sus expectativas, y acaban quedando como «perdedores». Detrás de cada triunfo hay también la decisión del deportista de asumir riesgos, y su responsabilidad caso de sufrir algún revés o humillación. Todo deportista que ha escuchado los vítores en un estadio ha sufrido también los abucheos y la furia que expresan la decepción y desaprobación de los espectadores. Joe Girardi representa el deportista medio: no gozó de ningún talento espectacular, como Ali o DiMaggio. Como jugador, nunca fue una estrella y siempre lo dio todo (como Floyd Patterson, el púgil), y, al igual que Patterson, su talento a menudo no estuvo a la altura de sus aspiraciones. Y sin embargo, como todos los deportistas y como toda la gente que triunfa, Girardi tenía «fe» en sí mismo, y también era un hombre de fe. Girardi es profundamente religioso. También lo era Ali. Girardi también poseía el talento y la inteligencia suficientes como para considerar, cuando acabó su carrera como deportista, que en años posteriores podría hacer uso de sus conocimientos para convertirse en manager. Por lo que este artículo, «El mánager de la crisis», es un digno añadido a esta recopilación que ahora se publica. Demuestra que a veces, en la vida de un deportista, existe un futuro cuando se acaba su carrera en los estadios. En su condición de manager, Girardi ha llegado a lo más alto, mientras que como jugador nunca se le consideró una «estrella».
Gay Talese, 25 de septiembre de 2012
Por otra parte, en este libro se incluyen algunos artículos ya publicados en Retratos y encuentros (Alfaguara, 2010), que esta vez aparecen en una nueva versión traducida por Damià Alou. Son los textos «El perdedor», «Joe Louis: el rey en la mediana edad», «El silencio del héroe», y «Ali en La Habana».
Introducción
(por Gay Talese)
El jockey llegó a la puerta del comedor; al cabo de un momento se hizo a un lado y permaneció inmóvil, con la espald