Tierra sonámbula

Mia Couto

Fragmento

Nota sobre la traducción

Nota sobre la traducción

Al parecer la presente edición de Tierra sonámbula es el primer libro escrito por un mozambiqueño que se traduce al español. Sea como sea, lo cierto es que, siendo una novela, que además posee una riqueza y una densidad lingüística importantes, se hace necesaria una puntualización somera sobre las características de la «lengua» en que está escrita.

Mozambique forma parte de los llamados PALOP (Países Africanos de Lengua Oficial Portuguesa). En un amplísimo territorio, extremadamente alargado, su población, que no alcanza los quince millones de habitantes, habla ni más ni menos que treinta y tres lenguas y dialectos, no todos comprensibles entre sí ni, al parecer, emparentados y, en su práctica totalidad, ágrafos. Sobre esa base la lengua portuguesa es el vehículo de entendimiento entre todos ellos, a la vez que el idioma de la «cultura». Las comillas subrayan el hecho de que se trata de un país mayoritariamente analfabeto además de uno de los más pobres del planeta.

La pluralidad de sustratos sobre los que se implanta el portugués en Mozambique hace que las variantes de construcción gramatical, semántica y aun de pronunciación sean vastísimas y, en algunos casos, se manifiesten como una lengua casi inventada, sin llegar nunca a ser un dialecto incomprensible. O sea, el portugués sí es el elemento de cohesión de un país que, de otra manera, no podría convivir y ni siquiera ser gobernado.

Mia Couto, para subrayar estas singularidades, escribe en itálicas absolutamente todos los diálogos del libro (de sus libros), lo cual le permite no sólo acentuar dichas características, sino también jugar libremente con la mayor variante de matices que la oralidad mozambiqueña le ofrece. Obviamente traducir, a cualquier lengua, la totalidad de las mismas es imposible. Así que el traductor se ve obligado en infinidad de ocasiones a sacrificar el matiz original, teniendo que utilizar un portugués tipo del cual partir hacia la propia lengua e, incluso, una perífrasis. En esta traducción de Tierra sonámbula es el criterio que se ha seguido cuando no se encontraba otra solución. No obstante, el traductor agradece los esfuerzos que los mozambiqueños, o portugueses que en su momento radicaron en aquel país, le han prestado. Hay que añadir la absoluta carencia de diccionarios, vocabularios, instrumentos que ayuden en esta tarea.

En la obra de Couto se añaden las singularidades estilísticas que éste utiliza de manera continua en portugués culto, ya no como reflejo de las hablas de Mozambique, sino como elementos artísticos y expresivos, sean experimentales, plásticos, lúdicos o hasta de investigación.

Aprovechando la oportunidad de la presencia de Mia Couto en Lisboa los primeros días del mes de julio pasado, con motivo del lanzamiento de su nuevo libro, Contos do Nascer da Terra, el traductor se reunió con él en esa ciudad, a fin de «limpiar» entrambos un tercer borrador del texto español. Por mala fortuna, el tiempo que pudieron dedicar a este trabajo fue insuficiente (entre otros motivos, dado el apretado calendario de lanzamiento editorial del nuevo título al que Couto se veía sometido antes de partir a París y volver a Maputo). A la vez, el autor, en ciertos casos, se reconocía «no capacitado» (es un decir) para desarrollar algunos matices de su propio texto (quizá tras ello pueda entreverse el fenómeno, del que tanto se ha hablado, de la mezcla de opacidad y desinterés que se produce en ciertos escritores tras la publicación de un libro, dejándoles ya sólo energías para lo que tienen entre manos o en un futuro inmediato). El traductor se vio así obligado (con autorización del autor, en vistas del resto del trabajo) a tener que «inventar»[1], «hallar», soluciones posibles. No por ello se pretendió, en ningún momento, imitar o remedar el estilo de Mia Couto, sino apenas desenterrar y desentrañar algún sentido que se asimilase al original. O sea, hacer de simple compañero, atendiendo tan sólo a sus pisadas e intentando colocar el pie lo más cerca de las mismas, a sabiendas de que no se puede lograr en la mayor parte de las ocasiones. Cuando esto sucedía —por cierto, muchas menos veces de lo que estas palabras podrían hacer creer y, generalmente, en casos de neologismos aislados— optaba por un español tipo que reflejase un portugués tipo, en su totalidad basados en raíces latinas. En ciertos tramos este caminar casi a ciegas ha resultado incómodo al carecer de esa indicación del autor. Por eso, más aún que en otras ocasiones, este trabajo pide que no se le acuse a la ligera con el conocido apelativo de «traidor» ya que, justamente, su labor, en ciertos momentos muy ardua, ha sido exactamente la contraria.

EDUARDO NAVAL

Madrid, 31 de agosto de 1997

Nota sobre la traducción

Se decía de aquella tierra que era sonámbula. Porque, mientras los hombres dormían, la tierra se movía espacios y tiempos fuera. Cuando despertaban, los habitantes miraban el nuevo rostro del paisaje y sabían que, aquella noche, habían sido visitados por la fantasía del sueño?

(Creencia de los habitantes de Matimatí)

¿Qué es lo que hace caminar al camino? Es el sueño. Mientras la gente sueñe, el camino permanecerá vivo. Es para eso para lo que sirven los caminos, para hacernos parientes del futuro?

(Dicho de Tuahir)

Hay tres clases de hombres?

los vivos, los muertos y los que caminan sobre el mar?

PLATÓN

Primer capítulo: el camino muerto

Primer capítulo:

EL CAMINO MUERTO

En aquel lugar la guerra había matado la carretera. Por los caminos sólo las hienas se arrastraban, hocicando entre cenizas y polvo. El paisaje se había mestizado con tristezas nunca vistas, con colores que se pegaban a la boca. E

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