Índice
Portadilla
Índice
Dedicatorias
Septiembre de 2008
Palabras para una ciudad
¿Perdón para Darwin?
George Bush, o la edad de la mentira
Berlusconi & Cía.
Al cementerio de Pulianas
Aznar, el oráculo
Biografías
Divorcios y bibliotecas
Pura apariencia
La prueba del algodón
Claro como el agua
Esperanzas y utopías
Octubre de 2008
¿Dónde está la izquierda?
Enemigos en casa
Sobre Fernando Pessoa
El otro lado
Volviendo al tema
Dios y Ratzinger
Eduardo Lourenço
Jorge Amado
Carlos Fuentes
Federico Mayor Zaragoza
Dios como problema
Crimen (financiero) contra la humanidad
Constituciones y realidades
Chico Buarque de Holanda
¿Tienen alma los verdugos?
José Luis Sampedro
Cuando sea mayor quiero ser como Rita
Fernando Meirelles & Cía.
¿Nuevo capitalismo?
La pregunta
Noviembre de 2008
Mentira, verdad
La guerra que no llegó a ser
Guantánamo
106 años
Palabras
Rosa Parks
Receta para matar a un hombre
Viejos y jóvenes
Dogmas
RCP
86 años
Vivo, vivísimo
Inundación
Todos los nombres
A Brasil
Ganado
Dos noticias
La página infinita de la red
Día vivido
Educación sexual
Librería Cultura
Diciembre de 2008
Diferencias
Salomón de regreso a Belém
A quien interese
Saviano
Calle Santa Fe
Homenaje
Baltasar Garzón (1)
Baltasar Garzón (2)
Borges
El golpe final
Palabras
Editores
Gaza
Un año después
Natal
Cena
Cuñados
Libro
Israel
Enero de 2009
Balance
Sarkozy, el irresponsable
«No nos abandones»
De las piedras de David a los tanques de Goliat
Con Gaza
Imaginemos
Ángel González
Presidentes
Lapidaciones y otros horrores
La otra crisis
Obama
¿De dónde?
Israel y sus derivados
¿Qué?
¿Clinton?
Rodham
Gervasio Sánchez
Testigo
Febrero de 2009
Pan
Davos
Banqueros
Adolf Eichmann
Sampaio
Vaticanadas
Sigifredo
Ateos
Decimos
Plumas chinas
Malos tratos
La muerte a la puerta de casa
¿Qué hacer con los italianos?
Susi
Paco
Carta a Antonio Machado
Izquierda
Justicias
Perro de agua
Marzo de 2009
Gonçalo M. Tavares
Elecciones
Reparar
Reparar otra vez
8 de marzo
Douro-Duero
Sentido común
Besar los nombres
La democracia en un taxi
Presidenta
Sobre el autor
Créditos
Este libro está dedicado a los colaboradores de la Fundación, especialmente a Sérgio Letria y a Javier Muñoz. Ellos son los que todas las noches, en Lisboa y Lanzarote, esperan, y a veces hasta tarde, las breves prosas que les envío y que, grano a grano, han acabado formando un volumen que nunca pude imaginar que llegara a ser tan extenso. Ellos son los artífices de este blog.
Este libro no necesita ser dedicado a Pilar porque ya le pertenecía desde el día en que me dijo: «Tienes un trabajo, escribe un blog».