«Todo el mundo tiene un recuerdo oscuro, una medusa tenebrosa que, en perfecta simetría, mancha el futuro de su existencia.»
Sábado, domingo narra una historia y la vuelve a contar años después. En la primera, un adolescente relata un suceso escabroso del verano anterior. Junto con su amigo Chino, salen un sábado y ligan con una camarera. La noche parece ir bien, hasta que todo se tuerce y acaba en desastre: es un funesto sábado que nuestro narrador se niega a recordar. Pero después de cada sábado, viene un domingo.
Veinticinco años después, ese adolescente, que ahora es un hombre con muchas malas decisiones a cuestas, acompaña a su hija a la fiesta de Halloween en el Colegio Internacional de las afueras de Madrid. Allí comparte charla con una mujer desconocida que se oculta tras la máscara de un disfraz. La conversación, intrascendente en apariencia, pronto lo conduce a aquella noche. No hay más remedio que aceptar que finalmente es domingo, el día que nos obliga a enfrentarnos a nuestro pasado.
Sábado, domingo es una novela sobre la culpa, sobre las deudas que se asumen como propias en la vida y sobre la huida que se impone cuando aceptar la realidad parece no ser posible.
La crítica ha dicho sobre Sábado, domingo:
«Creemos que el autor estaría de acuerdo si dijéramos que Sábado, domingo es una novela entretenida, a ratos divertida, a ratos triste. Tiene un misterio, contiene el peso de una duda que puede esconder una culpa. Estilísticamente, mantiene el tono, la mirada e incluso algunos de los tics propios de este escritor que con novelas como Lo peor de todo y Héroes se convirtió en icono de la generación de los 90. Ofrece prosa sencilla, desprovista de alharacas, con vocación de estilo personal. Como sus mejores obras, Sábado, domingo resulta una lectura con un extraño encanto.»
Enrique Bueres, GQ
«Me ha entusiasmado y hasta diría un tanto extemporáneamente que me ha hecho feliz. [...] Una escritura muy elegante que lleva todavía un poco más lejos la exigencia del Loriga de madurez, y además lo hace bajo una apariencia "menor" del todo engañosa y saludable.»
Nadal Suau, El Español
«Sin más dramatismo que el esencial, sin más escritura que la necesaria para contarnos una historia que se acerca bastante a una bella balada. Triste y desesperanzada. Y ello lo logra Ray Loriga con la fuerza de su instinto narrativo, el mismo que lo alienta desde sus primeras novelas.»
J. Ernesto Ayala-Dip, Babelia – El País
«El tono predominante en la novela es más bien el de la comedia, aunque de modo tenue, y por supuesto elegante, de cine clásico, como si Loriga hubiese tenido un ojo puesto en Nicholas Ray y el otro en Billy Wilder. [...] Es una joya, [...] entre las mejores de su obra. Es normal que Loriga fascine, despierte curiosidad, cierta mitomanía.»
Juan Marqués, El Mundo
«La lectura es gustosa, fácil y fluida, como si un amigo te estuviera hablando directamente. [...] Tiene garra Loriga para contar cosas del día a día, del pensamiento interior, verbalizado o no, de cada uno y para mantener el interés de una trama. Sábado, domingo es un libro interesante e inteligente.»
Diego Palacios, Libros y Literatura
Sobre el autor:
«Un fascinante cruce entre Marguerite Duras y Jim Thompson.»
Pedro Almodóvar
«La estrella del rock de las letras europeas.»
The New York Times