A veces un caballero

Javier Marías

Fragmento

Contents
Índice
Portadilla
Índice
Nota previa
Al servicio de la pasta
Malas hablas
Quietas las manos
La tortura de los imbéciles
Ardan banderas
Útiles gestos inútiles
Las amigas de Lolita
Puritanas con piel de loba
Frivolidades virtuosas
Conspicua capa y fallida falda
Zapatos escotados
Ni tirria ni manía ni ojeriza ni fobia
Sostenes muy repartidos
Lo escrito en el tiempo
Mi reino por un pasaje
Quisquillosas tribus
Ídolos de la aberración
Navío recadero
Si lo osado es el pasado
El imperio de lo gili
El santo abuso
Me ha salido un karoshi
El imperio de lo ñoño
Nuestra o suya y mía
El cardiólogo de la clase
La moderna grosería
Ni timbas ni fútbol ni boxeo ni sexo
La muerte de las disculpas
El Maestro de los ojos de halcón
El reloj del nómada
Yo me divertiré
Un problema metafísico
Nunca descansan
Ustedes me confunden
Saturaciones
Heliodoro silba y fuma en pipa
Que venga Freud y lo vea
Tiranías laborales
O quizá artimaña
Ya ves
Échese un pito, Beccaría
Madres y personas
Godzilla asalta mis balcones
Confetti de diciembre
A veces un caballero
Lo que puede callarse
Nueve años
Un ejercicio de imaginación
La última uva
Los que ya no podrán verse
El amigo invisible
Verdades traicioneras
Trade Mark
El delito de señoritismo
Una luciérnaga
Sincera bilis
Sin piedad ni cerebro
Las conciencias ufanas
Noticias de Kampala
Son muy suyos
Este reino junto al mar
This kingdom by the sea
Para qué trabajamos
El alto vuelo de la tontería
Doiches
Soy anómalo y anormal
Chulería y temeridad
Lo esencial y lo secundario
Horrores contemporáneos
Por qué Jorge del Río
La pluma entre los dientes
Fiscal del diablo
Razonadores raudamente reunidos
La verdadera identidad nacional
No estén tan contentos
Se puede uno envenenar
Cuando la Cosa es Nostra
Todas las farsantas son igualas
Overburla
A Kant ni caso
Territorio de Oklahoma
Confío en equivocarme
Menos lobos
Llega Jack el Cenizo
Ocho millones seiscientos setenta y nueve mil cuatrocientos treinta y cinco
Caballero de Mancha
A la espera de los bombarderos
Dieciséis años callado
Esas máquinas mágicas
Nota sin pie de página
El tiempo de los engreídos
Más de media vida
Insomnio de cine
De memoria locuaz leída
Letra y oro del tiempo
Moderna bestia callejera
Godzilla sigue insaciable
¿Sólo dinero?
Anda, quejío, quejío
Maravillas despreciadas
Por qué detesto el teatro
Una celebración particular
Sólo no abusen
Mirando hacia atrás
Nota
Sobre el autor
Créditos
TXTCaballero.xhtml

Nota previa

 

 

 

 

El presente volumen reúne los artículos publicados en el suplemento dominical El Semanal entre el 29 de noviembre de 1998 y el 11 de febrero de 2001. Se corresponden con ciento cuatro domingos (o dos años de tarea), aunque no enteramente consecutivos, ya que en el verano de 1999 me ausenté durante doce semanas.

Mis primeros dos años de colaboración con ese suplemento fueron recogidos en mi libro Mano de sombra (Alfaguara, 1997), y los segundos dos en Seré amado cuando falte (Alfaguara, 1999). Mi presencia casi continua a lo largo de seis meses me ha traído sin duda una familiaridad y una confianza, tanto con mis lectores como con los demás articulistas de esa publicación (sobre todo con Arturo Pérez-Reverte, que ya estaba en ella cuando yo aterricé), que espero que sepan disculparme quienes puedan comprar y leer ahora este libro y no hayan asistido, naturalmente, al proceso desarrollado semana tras semana a lo largo de tanto tiempo; pues en estos textos son frecuentes las alusiones y bromas a mi más próximo vecino de página, el mencionado Pérez-Reverte, así como a Marina Mayoral y Ángeles Caso, que no aduvieron lejos durante un periodo muy prolongado. Quizá no esté de más señalar que, a partir de un domingo determinado, nuestras respectivas secciones, que habían carecido de título, pasaron a llamarse Patente de Corso —la de Pérez-Reverte— y Reino de Redonda —la mía.

Respecto al título elegido para esta recopilación, A veces un caballero debo decir que lo he tomado prestado del de un artículo concreto. También me tentó el de otro, «Lo que puede callarse», que tal vez habría sido más apropiado como definición del conjunto, o así sin duda se lo habría parecido a algunos. Y aunqu

Suscríbete para continuar leyendo y recibir nuestras novedades editoriales

¡Ya estás apuntado/a! Gracias.X

Añadido a tu lista de deseos