Es una historia sencilla y calmada, con unas ilustraciones tiernas que te hacen no querer pasar la página. Cada palabra da un sentido a la realidad que vivimos mostrándonos la pausa del momento, la importancia de saber ver y no solo mirar, de crear e imaginar, de sentir y jugar, simplemente de vivir. La historia comienza con la vida ajetreada y monótona de un padre cuyo trabajo e hijo acaparan el tiempo del hombre, días tras otro en un bucle que no termina con las mismas objeciones de siempre, pero de repente, el mundo se para. A su alrededor se desmorona lo que una vez había sido la monotonía y comienza a saber mirar, con la ayuda de su hijo y la magia que le da al tratarse de un niño. El viaje se inicia con las diferentes maneras de observar un objeto, en este caso de una caja simple de cartón, la cual el padre no puedo ver más allá de la realidad, sin dejar paso a la creatividad y a la imaginación. El niño puedo ver un avión volar, un castillo con murallas y hasta un robot dejando bien claro que como continúe viendo las cosas imposibles posibles, estar se volverán de una manera definitiva imposibles. Resalta la importancia de ver las cosas de otra manera y no de la misma de siempre, porque entonces la vida aburrida de adulto acabará absorbiendo en niño que todos llevan dentro. Durante toda la historia deja claro que su padre es un héroe para él, a pesar de que en muchas ocasiones no sepa darle todo lo que el quiere, o necesita. Que los momentos en los que él le lee un cuento, son los mas bonitos del día. También habla de la flexibilidad de su estado de humor, en la que enseguida las cosas le hacen muy feliz, y otras no tan feliz, pero que, al fin y al cabo, hay que aprender de las pequeñas cosas, que parece que cuando una persona crece deja de lado lo que una vez fue importante. El niño no entiende muchas cosas, porque no deja de ser un niño, pero las ve desde una perspectiva distinta, además no deja que se cree dudas en su interior porque siempre intenta tener una respuesta por parte del padre. La importancia de hacer cosas increíbles, y maravillosas; de explorar el mundo y de no tener miedo a encontrarse dificultades. Hay muchas cosas que no se como funcionan, ni se de donde vienen, no porque son así y no de otra manera. Mi herramienta favorita para descubrir es preguntarte a ti
La capacidad que tienen los adultos para perderse las cosas más importantes en el desarrollo de sus vidas, estar siempre en el lugar que no tienes que estar y cuando estás, parecer que no. El niño le dice una frase que es destacable respecto a este tema: Te hablo, pero aunque pueda verte delante de mi, siento que estas en otra parte. A veces solo necesita saber que esta ahí, aunque no tenga ninguna necesidad en aquel preciso momento. El niño parece también entender que el mundo de los adultos es más complicado, incluso más complicado de lo que a él le pueda parecer en un principio, que él solo tiene que preocuparse por jugar, y ser feliz, por eso en un intento de meterse en su papel de padre adulto, juega a disfrazarse de su padre y entender que pasa en su cabeza de persona mayor, con responsabilidad y problemas laberinticos. A pesar de eso, el mundo del niño no es tan fácil como el padre puede pensarse, no tienen tantas preocupaciones como puede tener el padre, porque todo es más sencillo, pero también tiene que enfrentarse a lo que para el son sus dramas personales. El niño siente y padece los problemas que el padre puede tener, observa de manera detallada el comportamiento que tiene para poder dar soluciones, pero no deja de ser un niño y aquellas cuestiones se les escapan de las manos. Aunque le gusta sentirse útil. Los adultos os pasáis todo el día corriendo de un lado para otro, como si llegarais tarda a algunos sitios. Decís que os encantaría parar y jugar, pero nunca lo haces. Es agotador tratar de entender el mundo de los mayores
En un frase muy interesante el niño muestra que todos lo que aprende viene de su padre, y que, si alguna vez hace algo mal, todo viene de lo mismo. Soy un espejo de todo lo que dices y haces, asique cuando te enfadas conmigo por algo que he dicho o he hecho piensa que seguramente lo he aprendido de ti. Es una historia muy tierna con la cual puedes sentirte identificado y no solo eso, además puedo ayudarte o incluso el niño te puede enseñar a sacar al niño que llevas dentro, que nunca se fue, solo le apartaste de ti. Esa lucha interna entre el niño y el adulto que no tiene fin y que en muchas ocasiones termina en una guerra mal acabada. El resumen del libro: Esta fábula ilustrada nace cuando un buen día el mundo se pone en pausa. De repente, sobra tiempo, mucho tiempo, y los adultos descubren que es posible vivir a otro ritmo, observar la vida desde otro punto de vista. A través de los ojos de los niños.De la mano de su hijo pequeño, el adulto de esta historia se reconciliará con su niño interior y aprenderá a ver con una mirada renovada la vida y las maravillas que se esconden tras las cosas más sencillas y rutinarias.Una novela gráfica que nos invita a detenernos, observar y deleitarnos con lo que nos rodea. Un ejercicio de sencillez. Un elogio a la infancia y a la capacidad de asombro ante las pequeñas cosas. Resumen de la reseña: Es una historia sencilla y calmada, con unas ilustraciones tiernas que te hacen no querer pasar la página. Cada palabra da un sentido a la realidad que vivimos mostrándonos la pausa del momento, la importancia de saber ver y no solo mirar, de crear e imaginar, de sentir y jugar, simplemente de vivir.
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