Stephanie es una periodista alemana y que escribe series de crímenes sin resolver. No conserva ningún recuerdo de sus seis primeros años de vida porque, según su madre, sufrió un trauma al morir su padre en un accidente de coche en Nueva Zelanda. Su jefe quiere que se someta a una sesión de hipnosis con un doctor bastante famoso cuyos pacientes dicen que recuerdan vidas pasadas. Söder quiere destaparlo como un fraude, sin embargo, algo ocurre en la sesión: Stephanie se mete en la piel de Marama, una niña maorí cuya tribu fue masacrada por los ingleses y que fue adoptada por una familia inglesa. Ante esta revelación, Söder decide mandar a Stephanie a Nueva Zelanda a investigar sobre Marama, para ver si alguien pudo haberle contado su historia de forma que la conservara en su subconsciente para luego revivirla en la sesión de hipnotismo. Ella se muestra bastante escéptica, pero acaba aceptando porque así puede aprovechar para investigar sobre el caso Matthews. Así, pone rumbo a Nueva Zelanda. Allí descubre que Marama escribía un diario que le leían a Stephanie cuando era pequeña, aunque eso no es todo: el diario no aparece por ningún lado y, para más inri, está relacionado con el crimen de Matthews. Stephanie, como personaje, no se implica emocionalmente en nada. Incluso cuando debería estar afectada por las cosas que descubre, ella se queda tan pancha. A ella lo que realmente le interesa es investigar esos crímenes que todavía no tienen respuesta. Lo bueno que tiene, es que es bastante independiente y que es capaz de hacer las cosas sola. Y aun así, no me ha gustado. No he empatizado para nada con ella y tampoco me ha gustado su actitud llegados a cierto punto. Rick tampoco ha terminado de gustarme. Se ve bueno, pero es un poco fatalista en su preocupación por Stephanie. Más personajes, Lisa, una que me ha caído bien. Volvemos a los noes con Weru. Este sí que tiene un problema o, mejor dicho, obsesión con el diario de Marama. A veces tiene unos arranques de mal humor bastante chungos, y después tan tranquilo y seductor como siempre... ¡Error! Ya veis que los personajes no me han calado demasiado, al menos, los que viven en el presente. Y es que el libro cuenta dos historias: la de Stephanie y la búsqueda de su identidad y la de Marama y la lucha maorí. Está otra trama sí que me ha gustado. Marama me ha parecido un personaje muy bien perfilado porque nos cuenta cómo cambia su pensamiento, cómo acaba dándose cuenta de las cosas a medida que va haciéndose mayor, y también lo luchadora que era. Desde el principio se nota que miss Hill no le tiene mucho afecto, que la exhibe un poco como un animalillo exótico. Y, en palabras de la propia Marama, para Sissi, ella no es más que una muñeca que habla. En cambio, Leonard es un cielo con ella desde el principio, es el único que la ve como una igual, y es que él de por sí es un completo amor. No encaja con los suyos, no quiere seguir los pasos de su padre, ni está dispuesto a vivir una vida que sabe que no le va a proporcionar ninguna felicidad. Ambos me han parecido muy valientes."Para los pakeha, los maoríes no éramos más que marionetas con las que ellos jugaban. Unas veces les resultábamos provechosos, otras molestos, en unas ocasiones éramos bien recibidos y en otras, un engorro. Pero nunca nos tomaban en serio y siempre nos trataban según su propio interés."La trama avanza a buen ritmo y se hace ligero de leer, cosa que yo no pensaba que fuera posible con un libro histórico. No se hace para nada pesada y tampoco se nos abruma con detalles (aunque algunas conversaciones me parecían un poco vacías y solo para salir del paso y seguir avanzando). Nos ponemos muy pronto en situación así que la intriga se mantiene durante todo el libro. Me han gustado mucho más las partes de Marama a pesar de lo largas que eran (y sin estar divididas en capítulos) que las de Stephanie. Otra cosa que tampoco ha terminado de convencerme, ha sido el hecho de interrumpir ambas tramas de forma tan brusca. Ambas líneas temporales se van alternando, pero creo que alternan con demasiadas páginas de diferencia. Al final, conocemos nosotros el diario de Marama y toda su historia antes que los propios protagonistas, que está muy bien conocerla, pero quizás me hubiera gustado que ambas tramas se entrelazaran, que se integraran bien la una con la otra y no simplemente parar una trama para continuar la otra y viceversa (no sé si me he explicado bien, creo que me he hecho un pequeño lío, jaja).Y ya, por último, nada realista la forma en la que se resuelve el misterio. Spoiler: En serio, ¿me vas a decir que Stephanie se ha pateado con Weru Nueva Zelanda entera y llega Rick con sus dos huevos gordos en dos segundos y desde su casa da en el clavo? Venga ya. Fin del spoiler. Simplemente no tiene sentido, demasiado fácil teniendo en cuenta que la única pista que tenemos es quién lo tiene. Ahora, dónde está esa persona a saber, no hay ningún indicio en toda la novela o al menos que yo me haya dado cuenta.En definitiva, lo que más me ha gustado del libro ha sido la inmersión en la cultura maorí. Aprender sobre sus costumbres, las injusticias que se cometieron contra ellos y la lucha por sus derechos, por no perder sus raíces, que todavía continúa a día de hoy. Y es que la historia tiene un componente verídico muy importante. La historia de Marama y de Stephanie está claro que son ficticios, pero no el resto: Te Whiti, las batallas con los ingleses, Rewi Maniapoto y Ahumai Te Paerata, Parihaka... Vamos, que la cultura y el país me han fascinado por completo. Tanto que voy a repetir con la autora sí o sí con En el país de la nuble blanca, el primer libro de la Trilogía de la Nube Blanca."Yo era maorí. Ya hacia suficiente tiempo que había intentado esconderlo y no me había servido de nada. ¡A partir de ese día exhibiría la belleza de mi pueblo!"
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