4,5 estrellas para esta increíblemente directa y verídica novela donde, a través de un personaje no real, ELLA, se nos sitúa en el mismo centro del horror, Auschwitz Birkenau, uno de los tres complejos que forman parte de Auschwitz durante la II Guerra Mundial. Bella, tras la muerte de su madre, descubre la verdad del pasado que nunca le habían contado. ELLA, su madre, se convierte en un testigo directo de lo que ocurrió en ese centro de exterminio, de las personas que pasaron por allí, de los millones de muertes y del horror del olvido, además de sufrir en sus carnes parte del sinsentido de su propia realidad.Es cierto que, si bien ELLA es un personaje inventado, la fuerza de esta narración viene acompañada de la verdad de lo que se cuenta además de todos los personajes reales que intervienen como actores de esta historia. Si pensamos que siempre la realidad supera la ficción, es fácil quedarse sin aliento por lo que fue y lo que implicó para tantos y, en consecuencia, para todos.El valor de Postales del Este es la capacidad de hilar una trama con sentido, perfectamente encajada en un lugar que existió, donde se cometieron atrocidades tales que imaginarlas ya es difícil, y en un momento histórico que debe avergonzar a la humanidad porque demuestra todo lo que es capaz de hacer. No obstante, os aseguro que Reyes Monforte nos lleva hasta allí y nos cuenta las cosas sin cortafuegos, pero sin hacernos sentir lo insufrible para conseguir que nos encontremos ávidos por seguir leyendo. ELLA se convierte en un personaje tan cercano para el lector que es fácil querer acompañarla en su dolor y así evitar se sienta tan sola.Por un lado, está el valor de las palabras, sobre todo para ELLA, que se convierten en su tabla de salvación. A través de ellas, le da voz a los que allí estuvieron y allí se quedaron, y quizá también a sus propios miedos; y, a través de ellas, nos plantea lo acertado de recordar para conocer y para honrar. Por otro lado, tenemos la fascinación que la música clásica ejercía sobre los nazis; cómo la valoraban y la vivían, y cómo la integraron en el horror diario que generaban. Esto último me ha sorprendido muchísimo.No penséis en este libro como en otra novela de la II Guerra Mundial, es decir, no es simplemente una novela histórica (aunque la protagonista no existió, podría haber existido, podría haber sido real), es un texto realista, directo, intimista, narrativamente interesante y con todo el significado que conlleva la verdad de lo que cuenta. Es fácil quedarse sin palabras ante el doctor Josef Mengele, Maria Mandel, Alma Rosé, Irma Greese, Gisella Pearl, así como muchos otros que aparecen y existieron, y que se convierten en personajes con su propio espacio en el texto, dando todavía más veracidad a todo lo que lees. También te habitúas al vocabulario propio impregnado en ese campo de exterminio: el Kanada, SS-Lagerführerin, Zyklon-B, sonderkomandos
Es curioso, pero me ha resultado una lectura muy personal. Muchísimo. Y al final, con Bella asimilando todo, es cuando ha salido todo el sentimiento que yo llevaba atesorando durante la lectura, y eso ha hecho que me acerque más al libro. Una lectura difícilmente olvidable.El único pero que podría ponerle es que he notado cierta repetición en la narración, en relación con pequeños detalles sin importancia, dentro de la parte en la que la propia ELLA nos cuenta cómo era la vida en el campo y quiénes eran las personas con las que se relacionaba, lo que me ha llamado la atención. Es algo que no hace desmerecer el conjunto de esta novela, para mí, pero que me impide cerrar el libro con la sensación de que ha sido insuperable.
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