El secreto de Adán

Guillermo Ferrara

Fragmento

Índice

Portadilla

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Dedicatoria

Agradecimientos

Nota del autor

Introducción

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Epílogo

Cómo programar un cuarzo

Créditos

Dedicatoria

Para mi madre, María del Carmen Fritz,

quien me cobijó nueve meses dentro de su cuerpo.

En honor a la diosa que hay en ti y en todas las mujeres.

Y a mi padre, Julio Ferrara, generosa sangre italiana,

y a nuestros ancestros.

Agradecimientos

Agradecimientos

Antes que todo, a Laura Lara, mi editora en jefe, por tu enorme aportación creativa y literaria a la novela. No sería la obra que es ahora sin tu visión, tus valiosos toques femeninos y tu experiencia; tu aporte ha sido vital en el resultado final.

A Jorge Solís Arenazas, mi editor, por leer en tres días el manuscrito original y sentir el alma del libro. Y por tu gran tarea de corregir ideas, quitando lo que sobraba para que pudiera brillar el diamante.

A Alexandra Karam, por dirigirme a tan prestigiosa editorial, fuiste un puente de conexión. Al doctor Arturo Ornellas, sabio amigo, arqueólogo, paleontólogo, miembro de la ONU, en quien me inspiré para el personaje del arqueólogo Aquiles Vangelis.

A Enrique de Vicente, director de la revista Año Cero de España, por la enorme difusión de las ciencias durante años. A David Barba, amigo literario de sabios consejos. A Heidie Moreno, quien leyó por primera vez el manuscrito y me brindó un primer panorama de visión creativa. A Rafael Palacios, quien incansablemente brega por la difusión de lo que va más allá de lo conocido.

A Simón Ferrara, por compartir los años de espera en la publicación de esta obra escuchando mi entusiasmo. A Mariela D’Amato y María Gabriela Ferrara.

A Rocío Gómez Junco de TV Azteca, por tu sabiduría, tu presencia y tu encanto. A Samantha Hernández, entrañable amiga mexicana. A mis amigos, Ángel Gracia, Lorenzo Gómez y Gustavo Martín, hermanos del camino. A Teresa Colilles, Luisa Moral, Graciela Barron, Paola Castaño, amigas del alma. A David Escandón, el hombre puente que une los destinos de los iguales. A Víctor Ortíz Pelayo, por el delicado arte de la portada y los mapas. A Fernando Malkún, por el enorme trabajo de difusión e investigación sobre los mayas y las ciencias sagradas, desde hace tantos años. A toda la familia Cano, por ser entrañables, cercanos y generosos en el afecto.

Y a Sandra Cano, un regalo de la Vida en mi vida. Por tu gran energía, tu luz, tu amor inteligente, tu compañerismo y tu apertura espiritual.

Y la serpiente dijo a la mujer, ciertamente no moriréis, pues los Elohim saben que el día que comiereis de él vuestros ojos serán abiertos y seréis como dioses, conociendo el bien y el mal.

Génesis 3:22

Dios puso a Adán y Eva en El Jardín del Edén, el Paraíso, y para probar su fidelidad y obediencia les dio el mandato de comer de todos los árboles del huerto, excepto un árbol; llamado Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal —mas no les prohibió comer del Árbol de la Vida—, indicándole a Adán y Eva que si comían los frutos de él, iban a morir. El diablo tentó a Eva con forma de serpiente que se aprovec

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