Shari Lapena llegó pegando fuerte hace año y medio con La pareja de al lado, así que muchos repetiréis con esta autora al leer este libro. No es mi caso, porque aunque está reseñado en el blog aquí, fue mi compi MB quien lo leyó y lo reseñó, así que con Un extraño en casa me estreno con ella, y la verdad es que no se le puede negar que es un thriller (o domestic noir, que es donde parece que están clasificados los libros de esta autora) muy entretenido, sencillote y que se lee casi sin darte ni cuenta. El prólogo nos pone directamente en situación. Karen Krupp sale huyendo de un restaurante abandonado presa del pánico, conduce fuera de control, se salta varios semáforos en rojo y acaba estrellándose contra un poste. Cuando despierta en el hospital, no recuerda absolutamente nada de la noche del accidente: ni qué le llevó a ese restaurante (que está en una zona de Nueva York poco recomendable y que en una situación normal jamás hubiese pisado), ni por qué salió de casa sin tiempo ni para coger el bolso, el móvil o cerrar la puerta, ni por qué conducía como lo hacía... ella, cuyo respeto por las leyes roza casi lo absurdo. Tom Krupp, su marido, no entiende nada: su esposa no hace esas cosas, no conduce así, no va a esos barrios conflictivos. Empieza a sospechar que no sea del todo sincera en cuanto a que no recuerda nada. La policía tampoco acaba de creérselo, pero lo cierto es que es verdad: no lo recuerda, aunque nadie la crea. Cuando se descubre un cadáver cerca de donde ella tuvo el accidente, la cosa se pone seria, y el idílico matrimonio Krupp empieza a darse cuenta de que todos ocultamos cosas... y ellos dos no son la excepción. Sinceramente, cuanto menos sepáis sobre la historia, mejor. Es algo que se suele decir en este tipo de novelas, pero es que es totalmente cierto, así que voy a ser breve (sé que soy como el pastor y el lobo y no os lo creeréis, pero de verdad que voy a ser breve) e intentar no desvelaros nada. Dejando a un lado los secundarios, cuatro son los personajes principales de la historia. Por un lado está el matrimonio Krupp, Tom y Karen, típica pareja atractiva treintañera americana que vive en una urbanización de clase media-alta, y que apenas llevan casados un par de años. Muy enamorados, muy felices, con plena confianza el uno en el otro, hasta que el accidente de Karen pone todo patas arriba: Tom empieza a desconfiar de la mujer con la que duerme cada noche, y Karen, que no miente al decir que no recuerda nada, sí que ha mentido en otras cosas. La tensión entre ellos ante los progresos y descubrimientos de la policía es el leitmotiv de la historia, lo que hace avanzar la trama. Por otro lado está Brigid, su vecina de la casa de enfrente, mejor amiga de Karen desde que se mudaron a la urbanización, y un tanto... creepy. Se pasa la vida encerrada en casa, apostada ante el ventanal que da al hogar de los Krupp para no perderse detalle, y haciendo punto. Y por último esta Raschbach, el inspector de policía que se hace cargo del caso: incansable, infatigable, muy inteligente y agudo a la hora de calar a la gente, se convertirá en la peor pesadilla de los Krupp. La trama, narrada en tercera persona y en presente, empieza con un prólogo que en apenas página y media te mete de lleno en la historia. Luego la cosa se tranquiliza acompañando a la propia calma de las horas de hospital y la vuelta a casa, hasta que llega un punto hacia la mitad de la historia donde la cosa vuelve a acelerarse y empiezas a leer todo del tirón. Conforme avanzan las páginas van surgiendo giros que no ves venir y perfectamente acoplados a la historia (no están sacados de la manga, me refiero) que hacen bailar la dirección de las sospechas no solo por parte de los personajes, sino del lector, hasta que se llega a un último capítulo donde la autora da la puntilla. Os podría decir que el tema de fondo es lo poco que conocemos a las personas que tenemos más cerca, o que las conocemos menos de lo que creemos, o que las relaciones que establecemos con los demás muchas veces son más frágiles de lo que pensamos, o que todos tenemos nuestros secretos, o que nunca sabemos lo que pasa en las casas de puertas para adentro ni lo que los demás están pensando, o que nos callamos cosas con toda la buena intención del mundo para no herir a los demás que luego nos explotan en la cara... pero no, me parece que todo eso es querer buscarle a la historia más profundidades de las que tiene. A ver, sí, todo eso está ahí, pero ante todo está escrito para entretener. La prosa es sencilla y efectiva porque la historia tampoco pide más, y la clave de todo está en los personajes, lo que ocultan, lo que enseñan y como utilizan todo eso a su conveniencia cuando toca. Porque sí, la escena con más acción es la del prólogo, luego ya es una novela de personajes y una carrera de fondo para averiguar qué pasó esa noche y por qué, quién miente y quién dice la verdad, y quien se guarda un as bajo la manga. Y la autora maneja muy bien los tempos con los que va dosificando información. Un extraño en casa es de esos libros que entran solos, que se digieren con facilidad, que mientras los tienes en las manos pasas las páginas casi sin enterarte porque la autora consigue llevarte por donde quiere, y que cumplen su función: que te quedes pegado a la silla y no te levantes hasta que hayas llegado al final. A veces viene bien una lectura sencilla, ligera y adictiva sin más pretensiones, y me da que Lapena tiene el truco pillado para escribir libros así como churros. Tiene pinta de que ha llegado para quedarse, y yo creo que os he contado la esencia del libro sin destripar absolutamente nada (¡y he sido todo lo breve que puedo ser!). Misión cumplida :)
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