Confesiones de un gánster de Barcelona

Lluc Oliveras

Fragmento

Contenido

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Prólogo

Los amigos de Dani el Rojo han escrito sobre él:

Cita

Primera parte

1 Los primeros años

2 Los Maristas del paseo de San Juan

3 La Academia Febrer

4 La banda del Chino

5 Estefanía

6 Braulio e Irene

7 La banda de José María

8 La primera detención

9 Buscándome la vida

10 Jesús y Silvia

11 El primer pico de heroína

12 Mostrador de electrodomésticos

13 Robando pisos

14 Los primeros robos a comercios

15 La banda de Rodolfo

16 La gente de Calvo Sotelo

17 La BRIPAC

Segunda parte

18 Los primeros meses en el Cesar’s

19 El banco de Cornellá

20 La agencia de viajes President

21 El banco de Terrassa

22 Las nuevas timbas: el Club 103 y la Peña Sant Jordi

23 Zumbando con Raúl

24 El atraco a la timba de Santa Coloma

25 El Club 103

26 El reencuentro con Estefanía

27 El anillo de brillantes de Tomás, y la novicia

28 Las últimas horas de Samuel

29 Jean Claude y los argelinos

30 Vendetta

31 El New Cesar’s

32 Atraco a la joyería

33 La Modelo

Tercera parte

34 La primera galería

35 Los primeros pasos en menores

36 El día a día en la primera galería

37 El grupo de los calorros

38 La quinta galería

39 Cabo de la primera

40 Diligencias previas

41 El burle en menores

42 La navidad de 1981

43 Comunicaciones

Cuarta parte

44 La vida en la sexta galería

45 El cine de la Modelo

46 El día a día en la sexta galería

47 Los caballistas

48 Un año en el talego

49 La fuga de los diez reclusos y los últimos meses de prisión

50 Adiós a la Modelo

Quinta parte

51 De nuevo en la calle

52 El negocio del minigolf

53 Camino a la perdición

54 El círculo vicioso: rambleando

55 De nuevo, en el tubo

Sexta parte

56 De patitas en el trullo

57 Malos tiempos en la sexta galería

58 Traslado a la tercera galería por destino

59 Pisando asfalto

60 De ruta por el Triángulo de Oro

61 El ajuste de cuentas de Santa Catalina

62 El lío del 22

63 Un mal paso

Séptima parte

64 Un nuevo ingreso en la Modelo

65 Malentendidos

66 Los trapicheos en la cuarta

67 Trifulca entre bandas

68 A la sombra en la quinta galería

69 Los trapos sucios de la quinta

70 El día a día en la celda de castigo

71 Vicisitudes en la cuarta

72 El juicio por lo de Santa Catalina

73 Empezar de cero

74 Estocada por sorpresa

Octava parte

75 Nuevas expectativas: el Tratamiento

76 De la cocina a auxiliar de pagador

77 El bisnes de las estampitas

78 Postiglioni y Maniche

79 A la sombra del bicho

80 En la boca del lobo

81 De mierda hasta el cuello

82 El acuerdo de intereses

83 Estirando la cuerda

84 Liándola en el primer permiso

85 Saldando deudas

86 El tercer grado

87 El trajín de los permisos

88 Zumbando el Zeleste

89 Traslado por la cara

Novena parte

90 En busca y captura

91 Currando con los Guaperas

92 El boceto de Da Vinci

93 El marrón con los colombianos

94 En el queo de Marcelo

95 Venganza

96 El inicio de una excelente sociedad delictiva

97 Zumbando a mansalva

98 Tiroteo en la Barceloneta

99 La sorprendente vida de Benavente Pérez

Epílogo

Agradecimientos

Pequeño diccionario de argot cotidiano

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Prólogo

De un tiempo a esta parte mis mejores amigos son gánsters, chorros y piratas... No tenemos un universo en común como con mis compañeros de oficio, pero encontré en mis queridos bandidos un profundo entender, la confianza de la balanza y la tranquilidad de saber que siempre contamos para nosotros y en todas...

Venía preocupado por el estado del hígado de Dani el Rojo y aquél era el motivo de mi viaje a Barcelona; la noche anterior había estado cantando en Zaragoza, y quise encontrar a mi «ñero» antes de seguir viaje a Girona... Confieso que llegué con cierta preocupación; todavía no había escuchado los últimos partes del estado de las cosas, no de la boca de mi entrañable y permanente anfitrión en Barcelona (y donde sea que haga falta la compañía protectora de un amigo con espaldas capaces de sostener un mundo). Bajo el sol del mediodía me encontré con Dani, sonriendo y con los brazos abiertos...

Los dos somos asilvestrados padres de familia, tenemos las mismas dificultades para dormir de noche y las mismas soluciones, los dos sobrevivimos a las complicaciones derivadas de los infiernos tóxicos aunque, conociendo la vida de Dani, adivino que sus infiernos fueron más profundos, más calientes y más peligrosos. Como sea, contamos con nosotros. Si Dani me pide una mano, yo le doy las dos.

Conducimos fumando con el mar a la diestra; dos palabras de mi compadre me dejan más tranquilo, ya sé suficiente para bailar con la más fea. Sabe qué decirme para seguir vivos y coleando; me trasmite serenidad, normalidad y alegría.

Así llegamos al chiringuito de Escribà, donde saludamos a unos Hell Angels antes de sentarnos a unos metros de la arena, y observar a la gente paseando en bicicleta. Estamos en octubre y en media España ya hace fresco para andar en manga corta. Sin embargo, en Barcelona la gente exprime los últimos calores y se deja acariciar por los rayos de sol mirando el mar. Nosotros brindamos, abstemios, con la sonrisa intacta, antes de mostrarle los dientes a un triple arroz, un tríptico de paellas.

Cuando puedo, llego a Barcelona un día antes. Un día antes de lo que sea. Entonces comemos con Dani en el puerto, buscamos tatuadores, motociclistas, compramos absenta, vemos instrumentos y ropa; vamos al Paseo de Gracia y nos regalamos gafas de sol, entramos en las tiendas buscando regalos para la familia, vamos a tiendas mod... Barcelona es la excusa para compartir un día.

En el chiri me espera una furgoneta que me lleva a Girona.

Algunas semanas después, me llega Confesiones de un gánster de Barcelona en soporte digital. Quedo atrapado por estas páginas tan llenas de apasionantes aventuras de pesadilla; los textos que cuentan la hi

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