No apto para mujeres (Cordelia Gray 2)

P.D. James

Fragmento

Creditos

Título original: An Unsuitable Job for a Woman

Traducción: Juan Godó Costa

1.ª edición: abril, 2016

© 2016 by P. D. James

© Ediciones B, S. A., 2016

Consell de Cent, 425-427 - 08009 Barcelona (España)

www.edicionesb.com

ISBN DIGITAL: 978-84-9069-424-4

Maquetación ebook: Caurina.com

Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones establecidas en el ordenamiento jurídico, queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita de los titulares del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo públicos.

Dedicatoria

 

 

 

 

 

Para Jane y Peter,

que tuvieron la amabilidad de permitir

que dos de mis personajes viviesen

en el número 57 de la calle Norwich

Contenido

Contenido

Portadilla

Créditos

Dedicatoria

 

Nota de la autora

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Nota de la autora

Un autor de novelas criminales, en virtud de este arte tan poco agradable, tiene la obligación de crear por lo menos un personaje de características censurables en cada uno de sus libros, y tal vez sea inevitable que de vez en cuando sus acciones sanguinarias salpiquen las moradas de los justos. Un escritor cuyos personajes han decidido desarrollar su tragicomedia en una antigua ciudad universitaria debe enfrentarse a especiales dificultades. Naturalmente, puede llamar a esa ciudad Oxbridge, inventarse colegios con nombres de santos inexistentes y enviar a sus personajes a pasear en barca por el río Cámesis, pero esta tímida solución sólo sirve para confundir a los personajes, a los lectores y también al propio autor, con el resultado de que nadie sabe con exactitud dónde se encuentra, y así ofrece a dos comunidades, en vez de a una, la ocasión de sentirse ofendidas.

La mayor parte de esta historia se sitúa, sin que nos arrepintamos de ello, en Cambridge, ciudad en la que no puede negarse que vivan y trabajen policías, científicos e incluso, qué duda cabe, mayores retirados. Ninguno de ellos, que yo sepa, guarda la más ligera semejanza con su homólogo en este libro. Todos los personajes, hasta los más desagradables, son ficticios; la ciudad, por fortuna para todos, no lo es.

P. D. J.

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