Una mañana en el Támesis (Un día en el Támesis 1)

Bethany Bells

Fragmento

Creditos

1.ª edición: septiembre, 2017

© 2017 by Díaz de Tuesta

© 2017, Sipan Barcelona Network S.L.

Travessera de Gràcia, 47-49. 08021 Barcelona

Sipan Barcelona Network S.L. es una empresa
del grupo Penguin Random House Grupo Editorial, S. A. U.

ISBN DIGITAL: 978-84-9069-815-0

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Maquetación ebook: emicaurina@gmail.com

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Contenido

Contenido

Portadilla

Créditos

 

Prólogo

Capítulo 1

Capítulo 2

Capítulo 3

Capítulo 4

Capítulo 5

Capítulo 6

Capítulo 7

Capítulo 8

Capítulo 9

Capítulo 10

Capítulo 11

Capítulo 12

Capítulo 13

Capítulo 14

Capítulo 15

Capítulo 16

Capítulo 17

Capítulo 18

Capítulo 19

Capítulo 20

Capítulo 21

Capítulo 22

Capítulo 23

Capítulo 24

Capítulo 25

Capítulo 26

Capítulo 27

Capítulo 28

Capítulo 29

Epílogo

Promoción

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PRÓLOGO

—¡Ya lo tengo! —exclamó Arthur Ravenscroft, primogénito del duque de Manderland y marqués de Badfields, mientras se dirigía al rincón del salón del club Brooks’s en el que sus amigos, James Keeling, duque de Gysforth, y Edward Truswell, marqués de Rutshore, tomaban un té y leían el periódico.

Ambos le miraron divertidos.

—Buenos días también a ti, Badfields —le dijo James. Dejó el periódico sobre sus rodillas y le hizo una señal a uno de los criados, para que trajesen una nueva taza de té. Iba a necesitarla para afrontar la sesión en la Cámara de los Lores a la que tenía que asistir en poco más de una hora. Después de haber acompañado a sus hermanas de fiesta en fiesta hasta altas horas de la noche, lo único que le apetecía era echarse a dormir un rato—. Veo que el entusiasmo te ha hecho madrugar hoy.

—Vamos, que por una vez, algo te ha hecho madrugar —añadió Edward con sorna—. ¿Dónde está Henson? Habría que tomar buena nota en los anales del club.

—¡Ah, señores, soy inmune al sarcasmo, sobre todo a estas horas, deberíais saberlo! —Arthur se dejó caer en el sillón libre y cruzó las piernas, todo en un movimiento elegante que hubiese aplaudido el mismísimo Beau Brummell—. Pero bueno, a lo que importa: ¿recordáis lo que comentamos el otro día sobre que los retos del libro de este club no podían haberse vuelto más tediosos?

Se refería al libro de apuestas de esa institución, en el que los miembros anotaban los desafíos que se les ocurrían, sobre cualquier cl

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