El libro de la vagina

Nina Brochmann
Ellen Stokken Dahl

Fragmento

cap-1

Prólogo

A principios del 2015 iniciamos el blog Underlivet, que en español sería algo así como «los bajos». Las dos tuvimos nuestras dudas sobre la necesidad de que se publicaran en los medios de comunicación más textos sobre la salud sexual, el cuerpo femenino y el sexo. Para bien y para mal, tenemos acceso a más información sobre sexo que nunca antes en la historia. Internet está a disposición de niños y jóvenes, que lo usan desde edades muy tempranas. Es fácil acudir al doctor Google para cualquier duda. Además ¿la gente no posee buenos conocimientos sobre la materia debido a la educación sexual impartida en la escuela?

También nos sentíamos indecisas acerca de cómo presentarlo. ¿Otra columna sobre sexo? ¿Un par de estudiantes ingenuas que le cuenten a todo quisqui que están sanas y son normales?

La semana que lanzamos el blog, nos llamamos gritando de alegría porque lo habían visitado 700 personas. Seguramente la mayoría eran amigos y parientes. Hoy, casi dos años más tarde, podemos afirmar que había una necesidad por cubrir. Hemos recibido un sinfín de reacciones agradables de conocidos y desconocidos, y nuestras entradas se han leído más de 1,4 millones de veces.

Lo que durante mucho tiempo creímos que sería un blog para adolescentes ha resultado tener mayor alcance. A diario nos llegan un montón de preguntas de personas de ambos sexos y de todas las edades. La mayoría tiene que ver con cuestiones muy elementales que suponíamos incluidas en el temario de educación sexual de la secundaria. En otros casos es evidente que los lectores necesitan ante todo una confirmación de que sus experiencias son «normales» y de que dan la talla. Por desgracia, en esta categoría las mujeres son mayoría.

Este libro os lo dedicamos a vosotras. A todas las mujeres que os sentís inseguras sobre si funcionáis como es debido, si tenéis el aspecto que debéis tener y si sentís lo que debéis sentir. Esperamos que el libro os proporcione la confianza que necesitáis. También os lo dedicamos a las que os sentís satisfechas y orgullosas pero queréis aprender más sobre el increíble órgano que tenéis entre las piernas. Los bajos son fascinantes y, en nuestra opinión, la clave de una buena salud sexual reside, en gran medida, en saber cómo funciona nuestro cuerpo.

En el otoño del 2016 leímos artículos sobre proyectos de integración estudiantil altamente sexualizados en los institutos noruegos.[1] Debido a la despiadada presión social para encajar y ser guay, chicas de 16 años se sentían obligadas a traspasar sus propios límites sexuales, en algunos casos de forma tan grave que nos costaba creer lo que leíamos. Es espeluznante que muchachos de 18 años consideren correcto aprovecharse de su estatus social para obligar a chicas de primero a practicar felaciones a diez chicos seguidos. Como se señalaba en el periódico VG, se trata de una cultura en la que «la línea entre el sexo voluntario y el abuso se ha vuelto peligrosamente delgada».[2] En los últimos años hemos observado una creciente sexualización de la cultura juvenil y, sobre todo, de las chicas. No es fácil crecer en un entorno así. Por desgracia, para muchos crecer implica vivir experiencias sexuales que más adelante tendrán graves repercusiones en su vida. Las cosas no deberían ser así.

Las decisiones que las mujeres toman respecto a su propio cuerpo y su sexualidad se encuadran en un contexto más amplio. Existen fuerzas culturales, religiosas y políticas que influirán en sus decisiones, tanto si se trata del uso de anticonceptivos, como del aborto, la identidad o la práctica sexual.

Deseamos que las mujeres tomen sus decisiones de manera independiente, con todos los datos sobre la mesa, basándose en el conocimiento médico y no en cotilleos, malentendidos y temores. Una sólida información sobre cómo funciona el cuerpo les permitirá tomar sus propias decisiones con confianza y seguridad. Es necesario desmitificar la sexualidad, y debemos tomar posesión de nuestro cuerpo. Esperamos ayudarte a que tengas la posibilidad de tomar decisiones sabias e informadas que te convengan a ti.

Quizá te preguntes: ¿por qué voy a ponerme a leer un libro de medicina escrito por dos estudiantes? ¡Si ni siquiera han acabado la carrera! Nos hemos hecho esa misma pregunta muchas veces. Todavía no somos médicas ni expertas. Hemos escrito este libro con una gran dosis de humildad.

La estudiante de medicina alemana Giulia Enders nos dio el coraje para hacerlo. Obtuvo un enorme éxito con el libro La digestión es la cuestión y contribuyó a que se pudiese hablar de intestinos y caca en programas de entrevistas emitidos en horarios de máxima audiencia. El título de este libro es nuestro homenaje a ella. Fue una pionera: nos mostró que la medicina puede ser comprensible y divertida y, sobre todo, que es posible hablar de las partes más íntimas del cuerpo sin sentir vergüenza.

Como estudiantes de medicina, contamos con una ventaja que nadie nos puede quitar: somos curiosas, somos jóvenes y nos atrevemos a formular preguntas «estúpidas», muchas veces porque nosotras también nos las planteamos, o porque nos las hacen nuestras amigas. No tenemos ninguna reputación profesional que esté en juego y (todavía) no hemos vivido tanto tiempo en el entorno médico como para habernos olvidado de hablar a la gente en su idioma. Esperamos que otros jóvenes compañeros también cumplan con su anhelo de escribir. ¡La educación popular mola!

Mientras trabajábamos en el libro descubrimos que teníamos concepciones erróneas en muchos temas. Nosotras también hemos sido víctimas de los mitos que rodean a los genitales femeninos. Porque abundan. Los referentes al himen, tal vez los más persistentes, siguen poniendo en peligro a chicas en todo el mundo. Sin embargo, pocos médicos se interesan por esta minúscula parte del cuerpo. Algunos incluso contribuyen a mantener el mito al examinar los genitales de las chicas a petición de los padres de estas. En nuestra búsqueda de respuestas, nos encontramos con que eminencias en ginecología desestimaban nuestras preguntas por considerarlas poco importantes o carentes de interés, lo cual resulta incomprensible sabiendo las consecuencias que el himen puede tener para la vida de las mujeres. En este libro hemos intentado contar, como mejor hemos sabido, la verdad sobre la llamada «membrana de la virginidad», o himen, que es el término que preferimos usar.

Otro mito es que los anticonceptivos hormonales son antinaturales y peligrosos. Por culpa de esta patraña, miles de chicas se quedan embarazadas sin quererlo por haber elegido métodos anticonceptivos ineficaces. Entendemos que la gente esté confusa y tema los efectos secundarios, y estamos hartas de que algunos profesionales de los servicios sanitarios minimicen estas preocupaciones sin proporcionar explicaciones razonables. Por eso decidimos dedicar mucho espacio a los anticonceptivos. Estudiamos las investigaciones más destacadas sobre los posibles efectos secundarios, como los cambios de humor y la disminución del deseo sexual. Cuando existe incertidumbre, procuramos decirlo abiertamente, pero ante todo intentamos tranquilizar. Los efectos secundarios graves son muy poco frecuentes, y hay pocas pruebas de que la depresión y la disminución del deseo sexual afecten a un gran número de mujeres que usan anticonceptivos hormonales. Siempre hay excepciones,

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