Piel sana in corpore sano

Dra. Andrea Combalia

Fragmento

¿Qué Tipo De Piel Tengo?
¿QUÉ TIPO DE PIEL TENGO?

Parece una pregunta fácil, ¿verdad? Conocer nuestro tipo de piel es una de esas cosas que se diría que estamos obligados a saber. En el rostro clásicamente se definen cuatro tipos de piel distintos, y a primera vista la respuesta es sencilla: normal, seca, grasa o mixta. ¡Tenemos un 25% de posibilidades de acertar! Pero... ¿Cuántas veces te has hecho esta pregunta en el espejo y no has logrado encontrar una respuesta? Si de verdad solo hubiera cuatro tipos de piel, resolver el enigma sería muy fácil.

Si somos estrictos, cuando hablamos de tipos de piel nos referimos a las características con las que hemos nacido y que vienen determinadas por nuestra genética. Como ves, simplificar los tipos de piel en cuatro puede ser útil, pero tiene limitaciones. Olvida características como el grosor, el color y la textura de la piel. ¡Realmente hay tantos tipos de piel como personas hay en el mundo! Nuestro tipo de piel nos pertenece.

De todos modos, es cierto que encasillar los infinitos tipos de piel en estos cuatro subtipos nos ayuda a elaborar las rutinas cosméticas y a elegir los productos adecuados para cada persona.

¿Qué define una piel seca? Una piel seca es aquella que produce poco sebo, tiene dificultades para retener la humedad, se descama fácilmente y es propensa a irritaciones. Habitualmente la piel seca es delgada, muestra un aspecto frágil, áspero y apagado, y quien la sufre suele referir una sensación de tirantez. Al tener la función barrera debilitada, tolera peor las agresiones externas y es más propensa a las infecciones. La piel seca necesita ayuda para reforzar su barrera hidrolipídica, por lo que incorporar productos que proporcionen un extra de hidratación en la rutina resulta fundamental.

¿Qué define una piel grasa? Una piel grasa es aquella que posee una elevada producción de sebo. Por lo general la piel grasa es más gruesa, y quien la sufre suele quejarse de los brillos que predominan en la zona de la frente, la barbilla y la nariz. Las personas con piel grasa acostumbran a tener los poros más dilatados y son propensas a presentar puntos negros, comedones cerrados y acné. En este caso, recomendamos cosméticos no comedogénicos y texturas más fluidas que contengan activos seborreguladores que controlen la producción de grasa y eviten la obstrucción de los poros. ¡Una piel grasa también debe ser hidratada! Cuando la piel grasa se deshidrata, tiene tendencia a generar más sebo, pero hay que saber elegir los cosméticos adecuados. (Véase más información en el capítulo «Desmontando algunos mitos».)

¿Qué define una piel mixta? La piel mixta se define como aquella caracterizada por una mezcla de tipos de piel, en donde hay partes más grasas debidas a una hiperproducción de sebo y partes más secas debidas a un déficit de lípidos. Es la más común, ya que en la zona de la frente, la nariz y la barbilla todos tenemos tendencia a secretar un poco más de sebo. En ellas hay que combinar productos. Solemos recomendar rutinas similares a las de la piel grasa, pero con un extra de hidratación en las áreas más secas.

¿Qué significa «piel normal»? Nunca encuentro una definición adecuada para este término que puede tener tantas connotaciones. ¡Lo normal es relativo! Sin embargo, clásicamente, se denomina «piel normal» a aquella en la que no hay ni un exceso ni un déficit de producción de sebo y que conocemos científicamente como piel «eudérmica». La frente, la barbilla y la nariz suelen ser un poco más grasas, pero no en exceso, y en general se trata de una piel que presenta un aspecto mate y luminoso sin tensiones ni brillos. Además, en ella, la proporción entre la secreción sudorípara y grasa es la adecuada. En consecuencia, el estrato córneo está bien hidratado y la barrera hidrolipídica funciona correctamente. Por lo tanto, ¡todas las intervenciones que realicemos en ella deben ir dirigidas a preservar su buen estado e hidratación! Lo que funciona, no lo cambies.

A pesar de las aclaraciones, probablemente sigues teniendo dudas sobre tu tipo de piel. Seguro que hay épocas en las que notas la piel más grasa y momentos en los que la sientes más seca. Y tienes toda la razón, ya que nuestra piel cambia en función del clima en el que vivimos, de las estaciones del año, de los niveles de estrés a los que estamos sometidos y de la etapa de la vida en la que nos encontramos. Sin embargo, lo que cambia no es tu tipo de piel, sino su estado. Te lo cuento a continuación.

Aprende más: Para que un cosmético sea etiquetado como no comedogénico debe superar una prueba que asegure que no favorece el desarrollo de comedones ni la oclusión de los poros. Además, debes saber que oil-free (libre de aceites) no es sinónimo de no comedogénico, puesto que existen aceites no comedogénicos, como el aceite de borraja o el aceite de jojoba, y aceites comedogénicos, como el aceite de coco. De todos modos, siempre hay que valorar las características de la fórmula final de cada producto.

¿Qué Son Los Estados De La Piel?
¿QUÉ SON LOS ESTADOS DE LA PIEL?

Una piel en buen estado es fácil de reconocer. Al margen de si es predominantemente grasa, seca, mixta o eudérmica se ve suave, bien hidratada, con pocas imperfecciones y de color homogéneo. Cuando la piel se encuentra en buen estado ejerce de manera correcta sus funciones de barrera.

Sin embargo, en muchas ocasiones la piel entra en desequilibrio y está sensible, irritada, deshidratada, presenta eccemas, acné, rosácea, alteraciones de la pigmentación... Una piel en mal estado puede mostrar multitud de alteraciones, que van a depender del tipo de piel de cada persona y de los factores internos y externos que modifiquen su estabilidad natural.

Los diversos estados de la piel son temporales y modificables, y están influenciados en muchos casos por el uso de productos cosméticos inadecuados, una mala alimentación, alteraciones hormonales, un estilo de vida poco saludable, el clima, la contaminación y el estrés. Todos estos factores van a influir sobre nosotros y, dependiendo de nuestro tipo de piel, nos afectarán más o menos.

A lo largo del libro veremos cómo la edad cro

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