Tu ciclo vital

Suhas G. Kshirsagar

Fragmento

Título

Prólogo

Mi padre estaba orgulloso de ser un médico formado en el método científico y, naturalmente, yo seguí sus pasos. Tuve que pasar por un proceso de evolución personal para reconocer lo valiosa que es en realidad la medicina ayurvédica y lo compatible que es con otros enfoques del movimiento actual de bienestar. Hoy en día es realista decir que el ayurveda es el pilar de la medicina integrativa.

Cuando escribí Salud perfecta, en 1991, donde expuse los principios del ayurveda para la vida cotidiana, me preguntaba si los lectores acogerían la noción de cambiar su estilo de vida siguiendo un patrón tan distinto al del mundo occidental. Pero me alentó el interés natural de la gente por descubrir su tipo corporal, que es el punto de entrada básico al ayurveda y que deriva en un tipo de dieta y rutinas estacionales personalizadas. Pero, sobre todo, Salud perfecta se enfocaba en la conciencia como la fuerza más potente para cambiar la mente y el cuerpo. Un ayurveda basado en la conciencia va más allá de la noción de ayurveda como “medicina alternativa”. Más bien es expansiva y comprende la evolución personal en todas las dimensiones: física, mental y espiritual. En las leyendas ayurvédicas hay prácticas intensas que, supuestamente, crearon individuos inmortales que vencieron la ilusión del nacimiento y la muerte.

Pero la medicina occidental —y también cada vez más en India, China y Oriente en general— no se ha enfocado en expandir la conciencia. ¡Por el contrario! El ideal ha sido diseñar una especie de red de seguridad basada en la alimentación correcta, el ejercicio correcto, el manejo del estrés y el control de varias influencias negativas, como el tabaquismo y el alcohol, que dañan la salud de la gente y disminuyen la expectativa de vida. La sociedad ha alcanzado una meseta en ese sentido, creo, porque la noción de evitar el riesgo está fundamentada en la ansiedad. El bienestar se convierte entonces en un estado de inseguridad que está determinado por lo temporal, dados los múltiples ataques externos del entorno inmediato.

El ayurveda no contradice esas medidas para alcanzar el bienestar, pero sí se enfoca sobre todo en el equilibrio holístico, el cual deriva en una profunda confianza en la naturaleza que comienza con la conexión del cuerpo con el entorno. La sabia tradición india puede resumirse en evitar la separación y vivir en un estado de conciencia unida. No es que la unidad sea un premio al que aspiramos después de una vida de ardua práctica, sino que es el estado base de la existencia del que nos hemos distanciado. Volver a ese estado base, o ser auténtico, implica una forma de vida natural que mantiene en equilibrio la mente-cuerpo mientras evoluciona; dicho de otro modo, el desarrollo del dominio de la conciencia, del mundo “de aquí”, es importantísimo.

No se puede esperar que ningún sistema de “medicina alternativa” alcance la unidad de la conciencia. Lo más cercano es describirlo con el término sánscrito upaveda, en donde veda significa “la enseñanza de la realidad” y upa significa “cercano o próximo”. Un upaveda no es enseñanza espiritual pura, sino un adjunto o asistente que se acerca a la enseñanza pura. En Occidente, éste parece un papel dudoso para la medicina, pues la medicina científica es el equivalente a llevar el auto al mecánico para que lo arreglen. Esta aproximación mecanicista que inculcan las facultades de medicina se presume como una medalla de honor: un buen médico ignora el mundo cambiante y poco confiable de los sentimientos, pensamientos, hábitos, inclinaciones o cualquier otra cosa subjetiva que provenga del paciente. Incluso la psiquiatría, que es una de las especialidades que cruza la frontera hacia el mundo interior del paciente, se ha convertido, en gran medida, en una cuestión de emparejar los síntomas con el medicamento adecuado, a sabiendas de que los tratamientos farmacológicos rara vez son la cura del trastorno mental subyacente.

Cuando no están en el consultorio médico, las personas pasan muy poco tiempo de su vida cotidiana examinando el estilo de vida con el que las criaron, y ni hablar de aspirar al ideal ayurvédico, el cual es estar consciente a diario de las condiciones cambiantes de la mente y el cuerpo. Dicha conciencia, en el sentido de conexión con el presente, no es igual a sentir ansiedad por lo que comes o cómo te sientes. Tomarse en serio la parte upa del upaveda, la rutina que se sigue a diario y en cada estación del año, ayuda a alcanzar un estado elevado de bienestar en todos los frentes.

En cuanto al eje rector de este libro, la medicina occidental ha ido experimentando su propia revolución silenciosa con el surgimiento de la cronobiología, que es el estudio de cómo el tiempo afecta la fisiología en general y de formas sutiles. Como demuestran cada vez más las evidencias, la cronología influye en todo en el cuerpo. Cada uno de los procesos de los billones de células que lo conforman está regulado por un reloj interno, el cual resulta ser muy similar al descrito en los textos védicos. De hecho, el papel central del ritmo diario (circadiano) puede resultar ser el vínculo entre las antiguas prácticas ayurvédicas y el alivio de la epidemia moderna de enfermedades crónicas.

En 2017, tres fisiólogos ganaron el Premio Nobel de Biología por cuatro décadas de investigación sobre los intrincados misterios del ritmo circadiano. Ellos descubrieron que el ritmo diurno de la naturaleza afecta el funcionamiento de las células de las plantas, y que genes específicos cambian el funcionamiento de las células con base en el horario. Aunque puede parecer un descubrimiento un tanto esotérico, el nuevo campo de la cronobiología tiene aplicaciones prácticas con implicaciones revolucionarias para el futuro de la salud.

En la actualidad, es un hecho consagrado que las decisiones de vida cotidianas pueden cambiar la expresión del ADN, pero lo que apenas estamos aprendiendo es que no basta con comer bien, ejercitarse unas cuantas veces por semana y dormir bien. Como ha enseñado el ayurveda durante siglos, hay que saber qué horarios cotidianos van bien con la fisiología personal, y no contra ella.

Este conocimiento hace que Tu ciclo vital sea una aportación importante a la literatura sobre ayurveda en Occidente. A pesar de la marejada de consejos sobre prevención, los cuales son indiscutibles, millones de personas siguen trabajando demasiadas horas al día y durmiendo mal, con el celular junto a la cama. Comen a las carreras, incluso si lo que consumen no es la típica comida chatarra nacional. La “falta de tiempo” se apodera de su vida, lo que implica vivir con un ojo en el reloj y otro en el calendario, pendiente de las fechas límite y la sobrecarga de deberes y exigencias.

Estas expectativas poco realistas se han vuelto aceptables, aunque las investigaciones médicas recientes subviertan la suposición de que nuestro cuerpo puede adaptarse a la anormalidad. El desequilib

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