
Guía de lectura para bebés de 0 a 3 años: por dónde empezar la experiencia lectora
¿Podría un bebé empezar a leer antes de los seis meses? La realidad es que no, básicamente por falta de todo tipo de conocimiento, pero lo que sí puede hacer es empezar a descubrir todo el entorno que le rodea a través de los libros. Colores, sonidos, formas, texturas, movimientos...
En este post, Adrián Cordellat te enseña los libros que se adaptan a esos primeros meses de vida.

Nos cuesta asimilar la comparación, pero lo cierto es que con la lectura pasa como con cualquier otro hábito saludable: cuando antes se empiece con él, más fácil es de instaurar. Por eso, no podemos decir que exista una edad para acercar a los pequeños a la experiencia lectora, pero sabemos que lo mejor es hacerlo cuanto antes, desde que son bebés.
Y es que, aunque nos pueda parecer que un bebé no va a mostrar ningún interés por un libro, la realidad es que desde que nacen podemos empezar a leerles y a contarles historias porque a los niños les encanta escuchar a sus padres. Su voz es tierra conocida, seguridad, protección. Casa. Los libros requieren atención plena, son un instante en el que queda suspendida la vorágine de los días y el tiempo es 100% compartido. Además, esa lectura en voz alta tiene múltiples beneficios para los bebés. Concretamente, y entre muchos otros, fomenta la escucha activa, estimula la imaginación y la creatividad, mejora el desarrollo de todas las capacidades lingüísticas (el vocabulario es especialmente importante a estas edades tempranas) y estrecha vínculos entre padres e hijos. Solo este último ya debería ser un motivo suficiente para establecer el hábito de la lectura, ¿no os parece?
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Seis claves para elegir libros para bebés de 0 a 3 años
Ya a partir de los seis meses, cuando aprenden a sostenerse sentados por sí mismos, a los bebés les encanta experimentar con los libros, tocarlos, abrir y cerrar sus páginas e incluso morderlos. Ya lo decía la gran Gloria Fuertes en uno de sus poemas.
Dediqué mi libro a una niña de un año,
y le gustó tanto,
que se lo comió.
Aquí van seis aspectos a tener en cuenta a la hora de elegir libros para bebés de 0 a 3 años.
1. Tiempo de libros de cartón
Cada vez es mayor la oferta de libros de cartón y con puntas redondeadas para primeros lectores. ¿Por qué? Porque como decimos, a los niños les encanta experimentar con los libros que tienen a su alcance, tocarlos, tirarlos y morderlos, y los libros de cartón, en ese sentido, garantizan dos cosas: están hechos para soportar el trote que les va a dar un niño y evitan los riesgos asociados a la manipulación (como clavarse un pico).
En la web Penguin Random House encontrarás una sección entera dedicada a los libros de cartón.
2. Rimas y canciones
El tiempo de atención de un bebé ante un libro es muy limitado, ya que cuando empiezan a desplazarse por sí mismos los estímulos que tienen a su alrededor son tantos que apenas les dejan espacio para centrarse nada. En ese sentido, los libros con textos breves, repetitivos y rimados o que permiten ser cantados tienen una mayor capacidad para atraer su atención y relajarlos al mismo tiempo.
Dulces sueños, bebé es un buen ejemplo de este tipo de libros, en este caso en forma de nana relajante.
3. Fuente de vocabulario
Más que lecturas largas —tipo álbum ilustrado (que también se pueden ir incorporando poco a poco, sobre todo a partir de los 18-24 meses)—, en esta primera etapa del desarrollo son especialmente útiles los libros que, con sencillez, permiten ir introduciendo vocabulario: números, colores, animales y sus sonidos, medios de transporte, etc.
Especialmente destacable en ese sentido es la colección de Peppa Pig, con cuentos que, por ejemplo, permiten aprender los números, los colores, el abecedario o las formas. El Conejo Nico, el tierno personaje creado por Begoña Oro y Ester Garay, es otra buena alternativa en libros de cartón para empezar a aprender el abecedario y las formas.

4. Textura, música, solapas
Otra garantía de éxito, sobre todo en el caso de primeras lecturas a partir de los seis meses, son los libros con texturas y música. Tocar diferentes texturas en cada página o que suenen canciones al pulsar determinadas zonas del libro es sinónimo de estimulación y diversión. Lo mismo ocurre con los libros que invitan a los pequeños a interactuar con sus páginas de otras maneras, como metiendo los deditos en agujeros para desplazar determinadas partes o levantando solapas para descubrir lo que esconden estas.
Peppa Pig y el gran festival es uno de los últimos títulos en sumarse a un extenso catálogo en el que podéis encontrar libros con sonidos de la selva o de la granja, libros con solapas para conocer el mundo como los de la colección Abre y descubre o libros de tela con múltiples texturas como Animales de la Jungla.

5. Apoyo a las rutinas
Los libros en estas primeras etapas también pueden ser una extraordinaria herramienta para apoyar el establecimiento de rutinas: la cena, la hora de dormir, la hora de bañarse, lavarse los dientes, ir al baño, ir a la escuela, etc. Los niños y las niñas tienen una gran facilidad para empatizar con los personajes de los libros (ya sean estos personas o animales) y, a través de esa empatía, asimilar rutinas que de otra forma —o en determinadas etapas de su desarrollo— pueden rechazar.
Hay múltiples ejemplos de este tipo de libros en el catálogo de Penguin Kids, como los de la colección Me hago mayor (con sonidos incluidos); la nueva colección de la pediatra de referencia en crianza respetuosa Anna Estapé, que ha arrancado con Lia deja el pañal, o colecciones que tratan la cuestión de las rutinas como Grandes pasitos y Cocomelon.

6. Introducción al álbum ilustrado
Antes de dar el salto al álbum ilustrado, que dependiendo de la evolución del bebé se puede hacer perfectamente en esta franja de edad, una interesante alternativa son las ediciones en cartón de los grandes éxitos del mundo álbum, que a su modo pueden ser un puente entre ambos formatos.
Las ediciones pequeñas manitas de los libros de Steve Smallman La ovejita que vino a cenar, Los lobos que vinieron a cenar o El cocodrilo que vino a cenar son un éxito asegurado, al igual que las versiones de otros grandes éxitos de literatura infantil y juvenil como El topo que quería saber quién se había hecho aquello en su cabeza o el inolvidable elefante Elmer.

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