
¿De qué manera influye el entorno en tus hijos?
¿Qué puedo hacer cuando el entorno influye en la opinión de mi hijo? ¿Y si no me gusta o no es la misma que la mía?
El círculo social, laboral y cultural en el que vivimos nos condiciona e influye en las creencias de nuestros hijos.
Sigue leyendo este post de Alejandra Melús para aprender a guiar a nuestros hijos en un pensamiento positivo y a respetar sus cambios de ideas respecto a las tuyas.

Desde nuestra infancia podemos observar cómo los agentes externos, el medio en el que vivimos, la familia, los amigos, el barrio, la ciudad, el colegio… todo ello supone un gran condicionante y determina muchas de las situaciones que viviremos, cómo las afrontaremos y cómo aprenderemos a resolverlas. Además de esto, también son muy importantes los aspectos intrínsecos de cada uno, como son los factores genéticos y otros aspectos del desarrollo que también interfieren en cómo será nuestro carácter, nuestro temperamento, cuáles serán nuestras capacidades o nuestro modo de ser en cada una de las circunstancias posibles. Pero, ante todo, debemos tener en cuenta que el ser humano es un ser social, es decir, que necesita vivir en sociedad, convivir y relacionarse para desarrollarse en plenitud.
Cuando tenemos hijos, asentamos sobre nuestra familia unos valores esenciales que determinamos de manera consensuada entre los progenitores. Dentro de estos valores es común que generemos ciertas expectativas, aunque también es fundamental que seamos realistas y centremos nuestra base en valores que consideremos básicos y necesarios para nosotros, alcanzables y asequibles, que no supongan unas metas poco tangibles o imaginarias.
Cuando los niños y las niñas son pequeños, tienden a imitar aquello que ven en su día a día, a seguir los patrones que observan en su entorno y no se cuestionan constantemente las normas, los límites o la opinión de sus adultos de referencia, sino que los imitan e incluso idolatran en muchas ocasiones. Pero, según crecen, esto va cambiando y aunque no tiene por qué ser algo que sintamos como amenazador o negativo, ya que es necesario que generen un pensamiento crítico, sí que puede que lo vivamos como un tsunami de emociones que nos cueste gestionar adecuadamente.
¿Qué es el pensamiento crítico?
Según las vivencias y experiencias, cada persona va generando una opinión propia sobre aquello que vive, lo que a su vez supone integrar de un modo único y exclusivo cada una de las situaciones de aprendizaje.
Ser crítico es cuestionarse la información que recibimos, las normas y los límites, buscando respuestas en otras fuentes, razonando las cuestiones y abriendo la mente a otras opciones y posibilidades.
En muchas ocasiones esto puede suponer un problema si somos los adultos los que estamos tratando de que los niños sigan nuestras órdenes u obedezcan nuestras normas. Pero debemos comprender que las reglas y los límites deben establecerse de manera conjunta, siendo siempre razonadas y explicadas, no desde el autoritarismo y la exigencia, sino desde la comprensión y el razonamiento.
Gracias a este modelo de educación estaremos haciendo que las normas sean más atractivas y fáciles de llevar a cabo y de integrar en la rutina, además de ofrecer a nuestros hijos el mayor valor que podemos darles: ser críticos y no sumisos ante los adultos u otros seres humanos, ya que es fundamental que aprendan a decir que no, a expresar con educación y respeto su opinión y a defender sus decisiones sin sentirse obligados a nada.
Además, a partir de los 5 o 6 años, los niños y las niñas empiezan a buscar amistades más fuertes, a afianzar su grupo de amigos y a establecer vínculos más seguros dentro de sus iguales, por lo que encontrar su sentido de pertenencia dentro de su círculo de amigos es fundamental para ellos y ellas, y esto les lleva a buscar su identidad de manera continua.

Ilustración de Cuentos molones para educar en positivo, de Una madre molona y Marido.
Para ellos, sus amigos son grandes referentes a la hora de hacer, sentir y pensar, por eso observamos que durante años, también ya en la adolescencia, irán tomando decisiones influidos, a veces, por su círculo más próximo. En cuanto a sus gustos, su manera de vestir, sus aficiones y su pensamiento, es totalmente normal que varíen e imiten a otros de manera continua, intentando así pertenecer a un mismo grupo, sentirse parte de él, buscando su lugar, creando su identidad y probando dentro de la sociedad.
Se trata de realizar un camino fundamental dentro de su desarrollo y crecimiento personal.
Como adultos, debemos mostrarnos abiertos a escuchar, tratando de acompañarles sin emitir juicios de valor, expresando nuestra disponibilidad y estando presentes de manera continua, intentando empatizar con su momento vital y su desarrollo evolutivo.
La confianza es esencial, ya que debemos apoyarnos en lo que llevamos sembrando durante años con la educación que ofrecemos a nuestros hijos; también tenemos que hacer el ejercicio de confiar en nosotros como padres y madres, que estamos haciendo cada día lo mejor para nuestros hijos e hijas, además de confiar, por último y no menos importante, en ellos, nuestros hijos, y en su criterio.
Además es fundamental que pongamos en valor el diálogo, la comprensión o el respeto, ya que son pilares básicos y esenciales en estos momentos en los que observamos cómo las amistades y el círculo más cercano les influye y les aporta tanto a nivel personal y emocional. Debemos abrir la mirada y comprender que hay otras opciones diferentes a las nuestras, igualmente válidas, adecuadas y respetables.
Los cuentos y los libros son siempre una gran herramienta a la hora de acompañar y gestionar las emociones.
Algunos de mis libros favoritos
Educar sin controlar, de Tania García, es un libro más necesario que nunca para desterrar los mitos sociales relacionados con la infancia y para generar una sociedad más justa, más empática y más feliz.
Educar sin controlar
Tania García
Una guía emocional para educar a nuestros hijos con respeto y empatía por la autora superventas de Educar sin perder los nervios.
Formatos disponibles
¿Qué necesito cuando me enfado? es ideal para leer en familia. Tania García ayuda, por una parte, a los padres y madres a entender los enfados de sus hijos y a saber cómo guiarlos para que aprendan a comprenderse a sí mismos, y, por otra, a los niños y niñas a reconocer el enfado y la rabia e integrarlos como una parte más de su evolución como personas.
¿Qué necesito cuando me enfado? (¿Qué necesito cuando...?)
Tania García
El primer álbum ilustrado de Tania García, autora de Educar sin perder los nervios.
Formatos disponibles
En Cuentos molones para educar en positivo encontraréis cinco historias reales basadas en experiencias vividas en la familia de Una madre molona y Marido que enseñan a abordar los enfados, a validar emociones, a enfrentarnos a las rabietas, a pedir perdón de forma sincera, a inculcar la responsabilidad y la empatía, a trabajar valores, a evitar las etiquetas, etc.