
Vacaciones con hijos sin tirarte de los pelos
Las vacaciones cambian mucho cuando se tienen niños o niñas: cualquiera que los tenga, lo sabe porque ese ideal de vacaciones para descansar, leer o tumbarse al sol en la playa desaparece.
Sigue leyendo este post de Míriam Tirado para saber cómo pasar unas vacaciones intensas... pero muy divertidas.

Con peques en la familia ya no se descansa tanto, ni se lee tanto ni, por supuesto, se toma el sol tumbado en la playa. Hay unos niños y niñas que cuidar, también durante las vacaciones, y esto requiere de nuestra presencia, entrega, imaginación, energía, creatividad y mucha paciencia.
En vacaciones se remueven muchísimas emociones, tanto en adultos como en niños. La emoción de tener unos días libres en familia y de cambiar de lugar, de rutinas y de actividades; la excitación de estar en sitios nuevos y compartir experiencias quizá con otros familiares o amigos... Como los niños son todo intensidad, las vacaciones también suelen ser intensas, y eso no está para nada reñido con que sean fantásticas y que lo pasemos bien, por supuesto. Pero vamos, que lo de descansar, ya fue.
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Kai y Emma 1 - Un cumpleaños emocionante
Justamente porque las vacaciones son una época de gran intensidad emocional, el segundo número de la colección Kai y Emma está dedicado a ello bajo el título de Unas vacaciones intensas. En esta ocasión, Kai y Emma vivirán un montón de emociones ya mucho antes de irse de camping: las ganas de ir, junto con la emoción, pero también, las peleas entre hermanos ahora que pasan muchas más horas juntos, el aburrimiento cuando los padres todavía trabajan pero ellos ya no tienen una rutina escolar que atender, etc.

Ilustración interior de Kai y Emma, unas vacaciones intensas, de Míriam Tirado.
En esta nueva entrega de Kai y Emma, la familia se va de camping a la playa, algo que nunca habían hecho antes y claro, todo es nuevo para todos. Los padres, por supuesto, vivirán un cierto agotamiento con todo el ajetreo de antes de irse, y luego, de llegar, instalarse y hacer de su estancia en el camping algo un poco cómodo. Pero los peques no tienen paciencia y quieren hacer todo lo que tienen a su alcance y ¡ya mismo! Veremos como en este nuevo número de Kai y Emma, aparecen la impaciencia, el miedo hacia lo nuevo y también la añoranza de lo que Kai ha dejado en casa y un sinfín de situaciones más que seguro que reconoceréis con facilidad.
En Unas vacaciones intensas, al igual que con Un cumpleaños emocionante, he querido transmitir a las familias que sentir es normal y está bien y, que si somos capaces de no engancharnos a esas emociones y poder vivirlas con humor y con mucho amor, todo es más sencillo y fácil de transitar. Mi intención es que tanto niños como adultos se identifiquen con la historia para que unos y otros vean que lo que les sucede en la vida cotidiana es normal y les pasa también a otras personas.

Ilustración interior de Kai y Emma, unas vacaciones intensas, de Míriam Tirado.
Normalizar situaciones y emociones, poder reírnos de ellas, ponerles distancia y perspectiva y abrazarlo todo con amor, es imprescindible para poder llevar una vida más ligera, conectada y feliz. Y necesitamos de eso. Necesitamos poder abrazar lo cotidiano con esta mirada de humor y amor, sin añadir más carga o culpa y sabiendo que todos hacemos las cosas lo mejor que sabemos, con la información que tenemos y las herramientas de las que disponemos.
La perfección no existe y es inútil poner expectativas a unas vacaciones para que sean «perfectas» cuando eso nunca será posible. Tenemos que comprender, sin embargo, que eso no significa que no sean unas vacaciones perfectamente imperfectas y fantásticas.
Que disfrutéis de Kai y Emma, Unas vacaciones intensas y ¡feliz verano a todos y a todas!
