El porno es violencia: claves para educar en sexualidad con respeto y empatía
Hace años que venimos oyendo hablar de los datos tan escalofriantes que se observan en relación al acceso a la pornografía en internet en menores de edad. Es un hecho que, sin duda, está marcando nuestra sociedad actual y que no solo concierne a las familias con hijos, sino a toda la sociedad, ya que se está creando una nueva generación dañada, víctima de la exposición a estos contenidos, donde se observan las consecuencias que este impacto está teniendo en nuestros jóvenes y adolescentes. Aprovechando el reciente plan del Gobierno contra el consumo de porno en menores y la publicación de «El porno no mola» (Montena), de Anna Salvia y Cristina Torrón, nos adentramos en esta problemática para aclarar conceptos, ofrecer contexto y resolver dudas.
Gracias al ruido que están generando los expertos y profesionales relacionados con la infancia, la preocupación del acceso a internet en menores, la falta de regulación al respecto, la inquietud de las familias, los educadores, los pediatras, los psicólogos y otros muchos otros profesionales, se ha puesto sobre la mesa este debate y el Gobierno ha tenido que pronunciarse acerca de ello, dando el paso de proponer una ley integral para la protección de los menores en internet.
Dicha ley contará con tres ejes fundamentales, tal y como ha explicado el presidente del gobierno Pedro Sánchez en esta entrevista concedida a El País: «El primero, la aprobación de una ley integral para la protección de los menores en internet; el segundo, la aprobación de una estrategia multidisciplinar desde el ámbito de la educación, de las competencias digitales, también en el ámbito de la igualdad; y finalmente, la creación de dispositivos que impidan el acceso a esos contenidos pornográficos a los menores de edad».
La Agencia Española de Protección de Datos junto con la Fábrica de Moneda y Timbre están elaborando una herramienta para poder verificar la mayoría de edad a la hora de acceder a internet. Aseguran que dicha herramienta estará disponible este verano aunque aún no se sabe si se tratará de una app, de un código QR o de un Certificado Digital.
En el pasado mes de diciembre, el Ministerio de Juventud e Infancia anunció la creación de un grupo de 50 expertos para analizar el impacto de las tecnologías en los menores y diseñar un plan que los proteja de los riesgos de internet.
• La primera toma de contacto con el porno se da cuando los menores sólo tienen ocho años (estudio de 2018 por Universidad Illes Baleares)
• Los menores que acostumbran a ver este tipo de imágenes, carecen de empatía, acaban necesitando imágenes cada vez más extremas para excitarse igual que lo hacían al inicio, es como si quedaran anestesiados a dicho contenido
• El porno afecta a la concepción de qué es la sexualidad, es decir, los menores creen que una vida sexual plena y sana es aquello que ven en las imágenes y se entiende como una masculinidad dominante que cosifica y utiliza a la mujer como un instrumento para su propio placer, disfrute y satisfacción, sin tenerla en cuenta
• Organismos como la ONU recomiendan implantar un modelo de educación sexual integral para poder ofrecer a través de expertos toda la información que los menores necesitan conocer al respecto, para que así conozcan adecuadamente qué es la sexualidad de la mano de expertos
• Ha habido un aumento muy significativo de la violencia sexual entre menores en los últimos años. La memoria anual de la Fiscalía señalaba un crecimiento del 45% de los delitos de agresión sexual en niños y adolescentes en el último año, y un 116% desde 2017.
• La llegada del primer móvil de uso personal en España está en torno a los 10 años, el 90,8% de los adolescentes se conecta casi todos los días a Internet y el 98% está registrado en alguna red social
• Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en España 7 de cada 10 menores de entre 10 y 15 años tienen móvil. La edad de primer acceso se sitúa ya en los siete años e internet es utilizado por el 95,1% de los que tienen entre 10 y 15 años
• Marina Marroquí, experta en Violencia de Género y educadora social, explica que estudios hechos por Save the Children y la Universidad Illes Balears arrojan datos como que la edad de acceso al porno o de primera toma de contacto está en los 8 años y a los 12 se trata de un consumo habitual. También clasifica el porno en cuatro categorías que habría que diferenciar: pederastia, incesto, violaciones múltiples y violaciones a mujeres.
• La doctora y psiquiatra María Velasco explica que en los últimos años ha aumentado la violencia infantil, y se observan las dificultades que tienen nuestros adolescentes para crear relaciones íntimas y de apego seguro. En su último podcast con Sindy Takanashi afirma que «un niño de 8 años que ve porno, lo que realmente está viendo es violencia, y ese contacto con la violencia genera un daño, por lo que el menor está sufriendo un maltrato», y añade: «En menores de 12 años el porno es un trauma, una agresión, pero en mayores de 12 años supone un adoctrinamiento».
Ilustración de portada de El porno no mola
Como señalaba Elvira Lindo hace unos días en una entrevista para El País donde decía «(…) reducir este asunto a aquello que les sucede a nuestros hijos sin abordarlo como un tema social que afecta más aún a quienes menos armas tienen es un nuevo paso en la creciente segregación entre muchachos de primera o segunda categoría…».
Es decir, esto no se trata de un tema que deba preocupar únicamente a aquellos que tienen hijos e hijas, sino que de todos depende cómo sean educadas las generaciones futuras, los valores que tengan, las herramientas de las que dispongan, las relaciones que generen, su manera de vincularse, el respeto que se ofrezcan y dediquen...
En relación a todo ello, es más que evidente que la sociedad tiene una clara misión de educar a las nuevas generaciones.
Gracias a libros como El porno no mola de las autoras de Tu cuerpo mola, La regla mola o El semen mola, Anna Salvia y Cristina Torrón, podemos comenzar este camino.
Este libro está dirigido a niños y niñas a partir de 8-9 años aunque es perfecto hasta para los adultos, ya que seguramente que en él descubras aspectos que desconocías. En él hablan con naturalidad y cercanía sobre lo que es el porno, explicando para qué sirve, qué público puede acceder a ver porno, qué se van a encontrar los chavales cuando ven porno… y todo lo que necesitan saber en torno a este tema.
Este libro imprescindible, explica detenidamente todo en relación a este tema, ofreciendo una educación sexual adecuada basada en datos, en ciencia, con mensajes muy necesarios y unas ilustraciones directas y cuidadas.
Este apartado es clave en el libro, ya que tras leer qué es el porno y conocer por qué nos daña, cómo cambia nuestro modo de ver la sexualidad, qué perjuicios tiene sobre nosotros y sobre la sociedad, las autoras nos ofrecen herramientas para poner en marcha unos límites que nos ayuden a dar pasos.
• Toma las riendas de tu sexualidad.
• Protege tus dispositivos.
• Habla con los tuyos sobre el porno.
• Busca buenas fuentes de educación sexual.
Este libro es maravilloso para leerlo junto a nuestros hijos e hijas, explicándoles aquello que se cuestionan, por lo que tienen tanta curiosidad, hablando con naturalidad de lo que existe y es, cuidando nuestro mensaje y acompañándolo sin mirar a otro lado.
Educar es estar, guiar, dar la mano, dar respuestas, ofrecer educación de calidad, información experta, de profesionales, y tratar de acompañar sus inquietudes de un modo natural, pero comprendiendo que no es lo mismo hacerlo con un niño de 8 años que con un adolescente de 14, ya que habrá etapas donde puedan leer el libro solos y comprenderlo, y otras donde sea más preciso leerlo juntos y ofrecer ese apoyo que tanto necesitan.
Pero es preciso tener en cuenta que es importante aplicar el dicho «más vale llegar un año antes que un sólo día después», es decir, es preferible adelantarnos a sus preguntas que llegar cuando ya hayan descubierto por ellos mismos algo para lo que no estaban preparados. Es nuestra tarea saber acompañar este proceso con naturalidad y cercanía, dándole la importancia que precisa.