Te he vuelto a escribir

Benji Verdes

Fragmento

cap

Errores

Decías que lo nuestro fue un error.

Pero te prometo que jamás me había

equivocado de una forma tan bonita.

Y te aseguro que hay veces que algunos

errores te hacen más feliz que todas las

dudas y muchos de los que creemos que

son aciertos.

Así que gracias por equivocarte

conmigo.

Eres y serás

mi error favorito.

imagen

El problema es que para ella todo ha acabado.

Ella es capaz de mirarme a los ojos y no estremecerse.

Ella es capaz de escuchar mi voz y no romperse por dentro.

Cuando me ve, me da dos besos, fríos, y yo solo puedo pensar en

todo el calor que nos dimos hasta cuando

no podíamos tocarnos.

No sé cómo lo hizo, pero consiguió hacerme sentir una felicidad

distinta. Muchas personas me han hecho ser feliz, pero nunca de

esta forma tan mágica. Y, cariño, me arrepiento de muchas cosas,

pero también estoy orgulloso de todas las veces que te hice

sonreír. La vida merece personas que sonrían como tú. Sería

un despropósito muy grande que algún día dejaras de ser feliz.

Pero si te soy sincero, me gustaba hasta tu tristeza. Me gustaban

tus lágrimas porque te hacían real. Nadie es de piedra por muchas

corazas que se ponga, y es que estás tan guapa hasta cuando lloras

que me duele no estar a tu lado para abrazarte las heridas y

acompañarte en las sonrisas. Porque tú eres capaz de llenarme

el pecho de felicidad solo con mirarme.

No se lo he dicho a nadie, pero pienso en ti todos los días. Siempre

hay un hueco en mi nostalgia para recordarte de espaldas

paseando por Madrid. Me arrepiento de muchas cosas, pero

ninguna de las que hice contigo.

Gracias por los besos.

Gracias por la vida.

Tus labios

Quién quiere tener el mundo entre las manos,

pudiendo construir uno con las tuyas al rozar las mías.

Quién quiere pájaro en mano

cuando lo único que quieres es verla volando.

Quién. Dime. Quién va a querer alas para volar

teniendo tus besos para viajar.

Pies para andar,

teniendo camas para nadar entre tus caricias.

Si tengo que elegir entre vivir o morir,

elijo besar.

Y que sean tus labios los que decidan.

 

Que te llenen la vida de ganas, pero que nunca te hagan quedarte

con ellas. Gastarlas todas a cada instante. Que te propongan planes

a las tres de la mañana y salir de casa al momento. Hacer el amor

sin importar la hora que sea ni las que vayas a estar. Abrazarnos

desnudos toda la mañana. Hablar flojito por las noches. Mirarte

a los ojos después de besarte. Lamerte la vida y decirte que ojalá

todo supiera a ti. Reír juntos hasta que me hagas pedirte que te

quedes conmigo para siempre. No sé. Disfrutar de las cosas porque

son contigo sin importar las que sean.

Te quiero

A ti no te necesito,

necesitar me necesito a mí.

A ti te quiero:

Aquí, allí,

encima, debajo,

cerca, contra,

feliz, mojada,

con los besos en la boca,

pero, sobre todo,

como yo te quiero es:

a secas.

 

Cariño, hay un mundo entero que descubrir en tu mirada. Una galaxia de besos distintos que darte todos los días sin posibilidad de que caduque ninguno. Tienes en las manos las respuestas a cualquier pregunta, pero haces que se olviden todas cuando acaricias con ellas. En tu voz se esconden las palabras, pero cuando rompes las cadenas y se te escapan los «no te vayas», te aseguro que nadie tendría el valor a irse.

Cariño, tienes toda una vida por delante y de lo único que me arrepiento es de no saber encajar en ella. Que te vaya bonito. De mientras, yo seguiré intentando arreglar este desastre que es la mía.

De tu querido Ben; que te quiere con locura.

Planes

Que llegaríamos a los cincuenta juntos, y que eso solo sería el

comienzo, que inventaríamos nuevas formas de besarnos porque

la rutina jamás podría tumbarnos, que me acabaría gustando que

me tocases con los pies fríos antes de irnos a dormir —y yo solo

creía que lo que más me gustaría de ello sería la risa que se te

escapaba mientras te hacía cosquillas para que me los quitases de

encima—. También que inventarían películas solo para nosotros,

que durasen siete minutos y veintidós segundos, para que después

ya pudiésemos des-reprimir las ganas de besarnos; el cine siempre

nos la tuvo jurada, pero nosotros nunca fuimos sinceros cuando

proponíamos noches de cine.

Dijimos el nombre de diecisiete países en los que nos besaríamos

hasta el amanecer, hablamos sobre los hijos que nunca supimos si

nos daría tiempo a tener. Siempre teníamos planes en mente y

besos en la

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