Se acabó
Se acabó
lo que hacía que siguiésemos juntos,
sabiendo que todo esto
era simplemente algo efímero.
Se acabaron
las mil y una canciones
que nos dedicábamos
aquellas noches de verano,
los atardeceres
que pasaba junto a ti.
Se acabó.
Y sí, te echo de menos,
no sabes cuánto,
pero nuestra canción
terminó hace tiempo.
A quién vamos a engañar
Hace poco pensaba
que la mejor forma
para no mojarme durante la tormenta
era meterme en ella.
Mis lágrimas me hacían creer
que era cierto que el tiempo
lo curaba todo,
y que después volvería la calma.
Pero eso acabó.
Mis ojos fueron obligados a abrirse,
y ellos solo querían seguir soñando
una realidad paralela para evitar los golpes.
Esos golpes que poco a poco
convertían mis fuerzas en caídas.
Esos golpes que me hicieron ver
que lo perfecto no existe.
Me tocaría ser fuerte
y afrontar que la vida
puede abandonarte en tu propio desastre
en cualquier momento,
y a nadie le va a importar.
Y sí, es muy bonito
pensar que nunca te dejarán
por otros atardeceres
llenos de constelaciones,
cuando tú eres una simple estrella.
En realidad, siempre seguiré esperando.
Esperando a que volvamos a ser
nosotros de verdad.
Cansancio
Me apetecía volver a ser
un niño de ocho años,
y olvidar el caos que tenía encima.
Verdades
En teoría,
nunca deberíamos dañar a las personas que realmente queremos. Nunca deberíamos mentir a quien ha estado siempre para ayudarnos. Nunca deberíamos desconfiar de aquellas que más de una vez han creído en nosotros antes que en ellas mismas.
Pero aun así lo hacemos. Porque nunca
llegaremos a hacernos una idea de lo que
de verdad representa una amistad.
Pues eso son las reglas:
Respeto.
Lealtad.
Confianza.
Es muy sencillo.
Madrugadas
Son las cinco de la madrugada
y todavía no he conseguido dormirme.
Pensando en todo lo que ha pasado
o puede llegar a pasar.
Pensando en las personas que se han ido
y en las que están por llegar.
Pensando en las mil y una formas
de pedirte que te quedes.
Pero en realidad no quiero.
No puedo.
Necesito que te vayas,
que me eches de menos,
que aprendas a valorarme,
que sepas toda la mierda que me tragué por ti.
Porque creo que yo ya he sufrido
y aprendido bastante.
Lucha
¿Podrías luchar,
sabiendo que Troya
sigue ardiendo?
Después,
lo único que quedará
serán cenizas.
Cenizas de un amor
que será destruido
por una batalla interminable,
de la cual
ninguno de los dos,
ninguno,
saldrá bien parado.
Segundas oportunidades
Hace poco me fijé
en la herida que tienes
como sonrisa, rota.
Llevas meses
soportando el viento
que intenta desgarrarte
por completo.
Hoy
vuelves a decir mi nombre,
y vuelvo a recordarte.
Me acordé de cuando
vivíamos nuestro día a día
sin querer perder ni un segundo.
Me acordé de cuando
pretendíamos curar
agujeros inmensos
en nuestra alma
con simple saliva.
Me acordé de cuando,
poco a poco,
se nos iban escapando
nuestros sueños de las manos.
Y hoy te he vuelto a sonreír.
Porque estoy dispuesto a intentarlo, otra vez.
Por si no lo sabías
No sabes las ganas que tengo
de volver a abrazarte y no soltarte, nunca.
Las razones
Puede que antes
de que me vaya
intentes salvarme del abismo,
pidiéndome que me quede
con un simple «no lo hagas».
Lo siento, pero no puedo salvarme,
ahora ya es tarde.
No os disteis cuenta
de cuando gritaba porque quería
que alguien me escuchase.
Mi cuerpo quiere dejar de respirar,
quiere dejar de levitar porque está cansado,
y la manera más factible de solucionarlo
es que todo mi ser descanse en paz.
Y no os culpo,
este adiós lleva escrito mucho tiempo
y no lo puedo posponer.
Ya la única salida que queda
es terminar con todo esto,
y con las lágrimas más puras que he derramado
te confieso que sé
que me vas a echar de menos.
Pero yo llevo sin verme una vida entera.
Cristal
Aunque no te diste cuenta
durante todo este tiempo,
nuestros actos fueron
los responsables de los hechos.
Mi piel empezó a ser