No vine a ser carne

Gata Cattana

Fragmento

no_vine_a_ser_carne-23

SEGÚN

Bebo de las fuentes que me encuentro,

me siento en el suelo,

la ropa me pesa:

tres kilos de mierda.

Me meto en las conversaciones ajenas

y pido tabaco a desconocidos.

Preguntando se llega a Roma.

Como poco y rápido, como un trámite.

Duermo poco y mal, como un desliz.

No me da miedo volverme a las tantas,

perder el último bus,

arrojarme a las vías.

No tengo serios trastornos,

según el día que me cojas:

más pasota o menos,

cantora o callada,

a veces sí

y a veces no;

según el día.

No obedezco a ningún credo

ni me he construido

una férrea moral

con valores ni malos ni buenos.

No hay dogma que me ocupe

más de un día de debate

ni llanto que no curen

cuatro horas de lectura.

Por norma general,

me posiciono a favor del acusado;

por norma general también,

me caen mal los abogados,

pero la defensa menos que la fiscalía.

No soy partidaria de medir

a todos con la misma vara.

No creo en una ley inmutable

comprobada científicamente.

Hay malos malísimos

que no merecen morir, como el Joker.

Hay cabrones y cabrones;

algunos me caen bien, como Sabina.

También hay genios pobres,

y poetas condenados

al ostracismo del silencio;

Vedettes en burdeles de a cuarto

y a medio siglo.

Pero ya no es la época del destape,

ningún director cutrecillo vendrá

a rescatarlas, no es temporada.

El nuevo milenio

tiembla bajo mis pies

y al compás el metro

los va arrastrando a todos.

A todos.

A veces el temblor es muy fuerte

y me agita,

y me hace escupir lo aprendido

de esta mala manera.

Otras casi no lo noto

y puedo dormir.

Dormir.

Poco y rápido, como un trámite.

Dormir.

A veces sí

y a veces no,

según el día.

no_vine_a_ser_carne-24

MIS VERSOS

Se me tuercen los renglones,

se me caen.

Se me hunden en los mares.

Por la carga que soportan las palabras

al servir del dicho al hecho,

al sentido, inexpresable.

Se me caen.

Y aunque tenga yo el propósito

de escribirlos derechitos,

luego firman encorvados

por el peso de la vida.

Mis versos cansados, ¡ay!,

mis versos errantes,

manifestación de mí,

de mi paso por el mundo,

cual acuse de recibo,

que, aunque vivan más allá,

son la copia de la vida que yo llevo:

así, torcidos.

Y por más que tiro, que casi me ahogo

al sacarlos a flote,

no quieren nadar y subir a mi barco.

Mis versos hundidos.

Si no puedo sacarlos

que me arrastren consigo.

no_vine_a_ser_carne-25

NO VOY A MENTIRTE

No voy a mentirte:

yo no soy de la calle,

yo vengo del campo,

canto por la sierra como mis ancestros.

Estoy sembrando una semilla

que ahora no ves,

se verá mañana,

cuando estemos todos muertos

y solo queden mis hijitos

devorándose a los vuestros,

y solo queden mis escritos

tatuaos por algún cuerpo.

no_vine_a_ser_carne-26

PENSAMIENTO

Todo lo que no es poesía

es cajero automático[1].

Hegemonía cultural,

así de fácil se dice,

con dos palabras basta.

¡Qué barbaridad!

Yo me lo andaba oliendo, fíjate tú.

Todos esos tecnicismos impersonales,

como si las palabras no hubieran sido hechas

por y para objetivarlo todo...

Concentración de capitales, globalización,

evasión fiscal...

Lo andaba notando: la censura,

la basura mediática, el consumo masivo,

el paradigma del carpe diem

mal interpretado.

Pero eran tecnicismos aislados

de esos que todos evitamos.

Y ese día Benjamín lo fijó:

Hegemonía cultural. Así.

Con una simpleza que me aterrorizó.

Puede que fuera esa misma simpleza

la que me hizo escuchar el término

como si no lo hubiera oído nunca.

Esas dos palabras cayeron sobre mí

con todo el peso de sus barrotes y trampas.

Me aplastaron. Me estamparon contra el suelo.

Hegemonía cultural.

Me sentí tan chiquita,

con toda la presión del globo sobre mi cabeza,

la intoxicación de la propaganda,

sus fieles lobotomizados.

El dolor de la lucidez en su mayor expresión,

la verdad rebelada que te ciega la retina.

Yo venía de vuelta ya de teorías

conspiranoicas, de la élite mundial,

illuminati, Aulo, Biderberg o reptilianos,

según dicen algunos.

Pero aquello era mucho peor:

hegemonía cultural, ¡maldita sea!

Yo y unos cuantos desviados

contra el pensamiento único.

no_vine_a_ser_carne-27

LETRA SOBRE PLIEGO

Si pudiera, fundiría mi piel

y mojaría mi pluma.

No vine a ser carne,

vine a ser espuma.

Letra sobre pliego.

Suscríbete para continuar leyendo y recibir nuestras novedades editoriales

¡Ya estás apuntado/a! Gracias.X

Añadido a tu lista de deseos