¡Aventura en patines! (Daniela DivertiGuay 5)

Daniela DivertiGuay

Fragmento

aventuras_en_patines-2

Capítulo 1

¡Me voy a patinar con mis amigas!

¡TOOOMAAA! ¡Esto sí que MOLA! Estoy TAN contenta... ¿Que por qué? Pues porque por fin ha llegado el finde. ¿Y qué significa eso? Pues que no va a sonar el despertador porque no tengo que madrugar. Y, lo más importante de todo, ¡QUE NO TENGO QUE IR AL COLE!

¿A que es PERFECTO? Nada de clases, ni de profes ni de exámenes. ¡UF! ¿Pues sabéis qué? Que eso no es lo mejor. ¿Que no puede haber nada mejor? Pues sí que hay algo mejor…

Resulta que hoy por la mañana he quedado con Martina y Valeria, mis primas favoritas, para ir a nuestro parque preferido… ¡con los patines! ¡YUJUUUUUU! Solo hay una cosa que me guste tanto como grabar vídeos o bailar, que como sabéis son mis otras dos aficiones favoritas: ¡PATINAR!

Me encanta deslizarme superrápido sintiendo el aire en la cara. A mi prima Valeria y a mí nos flipa inventarnos coreografías sobre patines. Además, se nos da GENIAL.

Esta es muy difícil, pero cuando nos sale…

Ay, madre, ya lo he vuelto a hacer… ¡ARGGG! ¡Que me lío yo sola con tanta historia!

La cuestión es que, como me apetece mogollón el plan de ir a patinar con mis primas, en cuanto he abierto los ojos me he levantado sin hacerme la remolona. Bueno, vale, lo confieso: me he quedado cinco minutitos más entre las sábanas. ¡Se está tan calentita y tan a gusto…!

Cuando salgo de la cama, me lavo la cara y bajo a desayunar.

Os aseguro que no suele ser así. ¿Será esa la razón de que mi madre se quede con la boca abierta al verme entrar en la cocina? No estoy segura, la verdad. Pero sí sé una cosa: así parada parece un meme.

imagen

—Estás irreconocible, hija. Cualquiera diría que regalan algo hoy por madrugar… —me dice mirándome de reojo.

Por un momento, estoy tentada de decirle que soy una extraterrestre que ha suplantado a su hija, pero no quiero preocuparla, así que le contesto algo para que se quede tranquila:

—Vale, hija —responde. Aunque no parece muy convencida. Por eso insisto.

—¿Tú crees que puede haber dos como yo? ¿No dices siempre que soy única?

Me mira un instante y luego sonríe.

—En eso, desde luego, tengo que darte la razón. Eres ÚNICA E IRREPETIBLE —añade guiñándome un ojo. Menos mal, porque ya no sabía qué más decir para convencerla.

Ahora que he conseguido que mi madre deje de mirarme como si fuera una suplantadora de identidad, me acabo la leche y voy corriendo a prepararme.

Lo primero es escoger un outfit apropiado. No se puede ir a patinar de cualquier manera; lo digo yo, que soy una EXPERTA. Así que me acerco al armario y empiezo a inspeccionar toda mi ropa.

Debo confesar que me cuesta un poco MUCHO decidirme. ¿Será porque tengo un montón de conjuntos? Bueno, me cuesta hasta que veo la sudadera que me regaló mi madre por mi cumple. La sudadera y unos vaqueros:

imagen

Lo segundo es preparar todo el equipo. Los complementos son indispensables para poder patinar. Ahí va mi lista para no olvidarme nada importante.

LISTA CON TODO LO NECESARIO PARA PATINAR

Lo primero e indispensable: ¡LOS PATINES! ¡Sin ellos no se puede patinar! (Aplausos para mí). A mí los que más me gustan son los de cuatro ruedas en paralelo. Y, si encima están personalizados como los míos, ni te cuento. ¿A que son lo más?

Tampoco hay que olvidar las coderas y las rodilleras: es fundamental ir bien protegida, sobre todo porque no hay nada más doloroso que hacerse un rasguño patinando y tener una herida en el codo o en la rodilla que se abre CADA VEZ que te mueves. Ya lo dice mi madre: «¡Si vas bien protegida, adiós a las heridas!». Sí, mi madre podría dedicarse a escribir frases para anuncios.

Un buen casco es también imprescindible. Mi cabecita está llena de buenas ideas, así que tengo que protegerlas bien. ¡Las necesito! Mi casco es rosa y me ENCANTA.

Y, para terminar, una buena mochila para poder meter todo lo anterior. ¡No lo voy a llevar en la mano!

¡UFF! Me ha costado un poco, pero creo que lo tengo todo. Solo me queda esperar a que lleguen mis primas, que ya deberían estar aquí. Sigo esperando, pero pasa el tiempo y NO APARECEN. ¿Por qué tardan tanto? ¿Por qué siempre tengo que esperar cuando más impaciente estoy? Igual es que el tiempo también pasa más lento…, pero yo me voy poniendo nerviosa y entro en un BUCLE y… Vale, sí, me estoy atacando y eso nunca es bueno. Tengo que CALMARME. Mejor voy a poner en práctica la famosa técnica de mi tita, la de respirar profundamente y no dejar que el pánico me domine.

Inspirar, espirar, inspirar, espirar…

¡Lo de respirar funciona! Es increíble, pero funciona. Estoy más tranquila, sí. Pero ¿sabéis qué os digo? Que aun estando calmada…

Entonces llaman a la puerta, voy corriendo, pero… es un paquete de algo que ha comprado mi madre. ¡Vaya…!

Al cabo de dos minutos, llaman otra vez al timbre y voy a la carrera ya con la mochila y todo… Y resulta que es la vecina, a la que se le ha caído un calcetín en nuestro patio. Y YO CADA VEZ ESTOY MÁS NERVIOSA.

Cuando la vecina se va, nada más cerrar la puerta vuelven a llamar al timbre de casa. Y esta vez… es un señor que va al podólogo. ¿TIENE PINTA ESTA CASA DE SER LA CONSULTA DE UN PODÓLOGO? Estoy esperando algo importante, por favor…

Ya estoy a punto de desesperarme con tanta visita inesperada cuando vuelven a llamar al timbre. Voy a abrir ya enfadada y no hay nadie en la puerta. Pero ¿será posible? ¿QUÉ BROMA ES ESTA? Cuando voy a cerrar INDIGNADÍSIMA DE LA

Suscríbete para continuar leyendo y recibir nuestras novedades editoriales

¡Ya estás apuntado/a! Gracias.X

Añadido a tu lista de deseos