Elige tu propia aventura - Terror en el Titanic

Jim Wallace

Fragmento

15

Fuerzas la vista. La mancha luminosa es muy grande, llena el objetivo de los prismáticos, pero no se mueve, así que no puede ser otra embarcación...Tiene un brillo siniestro sobre el mar oscuro. La luz de las estrellas rebota en sus múltiples cantos reflectantes; es como si vieras una ciudad iluminada en la distancia. ¡Es un iceberg!

—¡Vaya! —exclamas sin aliento.

Los vigías están mirando en esa dirección, pero, sin prismáticos, no pueden verlo.

Sigues observando: el iceberg es cada vez más grande. ¿Deberías subir al puente y advertir al oficial de guardia? Al fin y al cabo, allí no se admiten pasajeros. Tal vez sería mejor avisar a los vigías y dejar que ellos se encarguen. O quizá lo más prudente sea esperar a que el iceberg pueda verse con más claridad.

Si corres directamente al puente, ve al capítulo 24 e

Si avisas a los vigías, ve al capítulo 12 e

Si antes de ir en busca de ayuda esperas a asegurarte de que

lo que has visto es realmente un iceberg, ve al capítulo 20 e

16

Bajas a la carrera las escaleras camino del camarote que compartes con Andrew. Está en la cubierta B, un par de cubiertas por debajo, a babor. Cuando llegas a la puerta del camarote, oyes una voz procedente del interior.

—... Más a salvo allí, te lo aseguro. Nadie pensará que el chasis de un coche...

La voz se interrumpe cuando llamas un par de veces. Entras.

Andrew hablaba con un hombre de cabello castaño oscuro. Los dos te miran con dureza.

—Lo siento, solo venía a buscar esto —dices cogiendo los prismáticos que hay encima de la mesa.

Te vas enseguida. Una vez en el pasillo, haces una mueca de repugnancia. Ese hombre era Oscar Kilpatrick, un amigo de Andrew. Embarcó en el Titanic en Queenstown, Irlanda, el jueves por la tarde. No te cae nada bien. Al subir a bordo, saludó a Andrew, pero a ti no quiso estrecharte la mano.

Ve al capítulo 18 e

18

Todavía te disgusta su desplante, así como su actitud arrogante y condescendiente. Oscar te inspira tan poca confianza como Andrew. No comprendes que tu padre eligiera tenerlo como socio. Está claro que es un hombre con visión de negocios, un tipo muy hábil. Pero ese es el problema. Es demasiado hábil.

Te detienes y piensas: «¿Qué habrá en el chasis del coche de Andrew? ¿Más a salvo allí de qué?». Su Rolls está en la bodega n.o 2, en el fondo del barco, en la cubierta G, cerca de proa.Vas en esa dirección.

Si decides registrar el coche de Andrew antes de ir a

encontrarte con Jessica, ve al capítulo 42 e

Si vas a reunirte con Jessica con tus prismáticos bajo el brazo,

ve al capítulo 13 e

19

Al cabo de dos días, el Titanic entra sin apenas potencia en el puerto de Nueva York. Los daños que sufrió en estribor, por debajo de la línea de flotación, obligaron a que todas las bombas trabajaran continuamente. El casco de tres de los compartimentos estancos delanteros ha quedado gravemente dañado por el roce del iceberg.

El camarero encargado de tu camarote te ha guardado un pedazo de hielo enorme en el congelador del barco. En cuanto el Titanic atraca, se lo enseñas al periodista del New York Times. Tú y tu trozo de hielo acabáis saliendo en primera plana.

FIN

20

Necesitas más tiempo. Podrías haber visto un espejismo. O tal vez una nube. Para poder cerciorarte, subes a toda prisa la empinada escalera que comunica la cubierta de paseo con la de botes. Antes de llegar allí, el sonido inconfundible de tres campanadas te hace saber que los vigías han vislumbrado algo.

Un enorme iceberg se cierne sobre vosotros aproximándose en la oscuridad. Se oye un leve chirrido cuando el Titanic roza el iceberg; después de eso, nada. El iceberg se aleja a toda velocidad y desaparece en la oscuridad por la popa. Oyes que algo cae sobre una de las cubiertas inferiores.

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