Mystery Series de Daniela Divertiguay 2 - La casa embrujada

Daniela DivertiGuay

Fragmento

cap-1

imagen

Después de TODA la emoción que tenía por empezar el insti, tengo que reconocer que esta mañana se me estaba haciendo INSOPORTABLE. No es que no me gusten las clases, pero hay días que parece que los profes se ponen de acuerdo para que sean UN AUTÉNTICO rollo. Y hoy, sin duda, estaba siendo uno de esos días. Una clase y otra y otra...

¡Estaba a punto de salirme humo por la cabeza!

imagen

Pero hace un rato ha ocurrido algo que no me esperaba para nada y que me ha alegrado el día por completo. Quedaba poco para terminar la clase de Visual Arts y la profe, o sea Tania, ha dicho que prestáramos atención, que tenía algo importante que contarnos. Al principio no me he interesado especialmente, la verdad. Y eso que Tania, desde nuestra última aventura, me cae fenomenal. Pero cuando por fin se ha hecho el silencio, nos ha soltado un MEGANOTICIÓN. ¡Nos ha dicho que vamos a ir de excursión! Y, esperad, que eso no es todo. ¡Lo más guay es que la excursión va a durar TRES DÍAS ENTEROS!

¡¡¡ESTO ES INCREÍBLE!!!

Ahora que lo pienso, hace unas semanas ya nos había comentado algo acerca de una salida. ¿Cómo es posible que se me haya olvidado algo tan GUAY? ¡Vaya cabeza la mía!

Tania nos ha contado que vamos a ir a un pueblo de por aquí cerca, aunque, la verdad, el sitio es lo de menos. A ver, que lo de caminar por un bosque y recoger leña y ese tipo de cosas está bien. Pero la cuestión es perderse unos días las clases, sea como sea. Por eso lo de la excursión me parece una noticia TOP.

La voz de mi amiga Lola me devuelve de golpe al mundo real. Estaba tan concentrada escuchando a la profe que se me había olvidado completamente que mis dos mejores amigas de clase, Lola y Andrea, están sentadas justo a mi lado. En cuanto las miro, me doy cuenta de que están igual de emocionadas que yo.

—¿Habéis oído eso? —pregunta Lola con una sonrisa de oreja a oreja.

—¡Como para no oírlo! ¡Qué pasada! —exclama Andrea encantada.

—La verdad es que no me lo esperaba. ¡ES GENIAL! —añado yo contentísima. ¡Lo pienso de verdad!

—Una excursión de tres días enteros.

¡Eso es un montón!

—Vamos a poder hacer mogollón de cosas. Va a ser lo más.

—A ver, chicos, un poco de calma. Ya sé que es muy emocionante, pero bajad un poco la voz, que así no hay quien se aclare —dice Tania—. La excursión está prevista para la semana que viene. ¿Me habéis oído todos? He dicho la semana que viene. Os recuerdo que vuestros padres tienen que firmar el consentimiento tal como se indicaba en la hoja que os dimos con toda la información.

¿HA DICHO LA SEMANA QUE VIENE?

¡Madre mía, pero si es ya mismo! La cosa se pone cada vez mejor. Claro que eso significa que tenemos poquísimo tiempo para prepararlo todo. Me parece a mí que vamos a tener que superarnos y hacerlo en un tiempo récord.

Justo en ese momento oigo uno de mis sonidos favoritos: el timbre que suena cuando toca salir al recreo. Perfecto, porque Lola, Andrea y yo tenemos mucho que hacer. Nos reunimos de inmediato en nuestro rincón favorito.

imagen

¡Hay muchísimo de que hablar!

—¡Qué ganas de pasar unos días fuera! ¿Habéis pensado qué os vais a llevar? —les pregunto entusiasmada. Solo de imaginármelo me entran unas ganas locas de ponerme a gritar.

—Yo me llevaré mis tejanos nuevos y una sudadera rosa chulísima que me compró mi madre el otro día —responde Lola enseguida.

imagen

—Pues yo no tengo ni idea. Supongo que ropa cómoda, pero guay. Y un chubasquero por si llueve, y una gorra por si hace sol, y unas galletas por si la comida está mala, y…

—Pero si nos vamos tres días… ¡no tres meses! —se burla Lola.

—Es que es muy difícil decidirse… —se excusa Andrea.

—Bueno, lo importante es que va a ser divertidísimo —añado yo.

No quiero que nada ni nadie me estropee este momento. Además, debo confesaros que tengo otro motivo para estar contentísima: la excursión me parece la oportunidad perfecta para acercarme al chico que me gusta. Sí, ya sabéis, el chico rubio, Lucas. ¡Es que es TAN MONO!

Ya hemos hablado algunas veces, y un par de días hasta nos hemos sentado juntos en clase. Pero sería guay poder pasar más tiempo con él. A veces le pillo mirándome, pero cuando ve que yo le miro, gira la cara inmediatamente como si le diera mucha vergüenza… A ver si estos días conseguimos hablar un poco más.

¡Sería genial!

imagen

—¿Se puede saber por qué pones esa cara tan rara? —Oh, no. Esa es la voz de Lola. Creo que me he dejado llevar un poco. Si es que a Lola no se le pasa una. ¡Qué vergüenza! Mejor me hago la tonta, que es lo que mejor funciona en estos casos.

—¿De qué cara hablas? —digo como si no hubiera roto un plato en mi vida. A ver, son mis amigas. Pero me da un poco de corte hablar de esto.

—¡Pues de la que estás poniendo! —se suma Andrea.

—Estaba pensando en la excursión. —Vale. Ya sé que esa no es toda la verdad. Aunque técnicamente tampoco es una mentira.

—¡Pues parecía que te hubiese tocado un iPhone de última generación! —me dice Lola.

—Pues va a ser que no… —digo yo, pero ya es tarde porque creo que estoy como un tomate.

—A esta le pasa algo. ¿A que sí, Andrea? —dice Lola insistiendo.

—Un poco cara de empanada, sí que ponías —confirma Andrea.

—¿No será por quien tú ya sabes…? —dice Lola. Glups, me ha pillado...

¡Ha dado en el clavo!

—No sé a quién te refieres —digo, como si esa película no fuera conmigo.

—Venga, que a nosotras nos lo puedes contar —vuelve a la carga Lola.

—Claro, para algo somos tus amigas —remata Andrea.

—Venga… —dice Lola rodeándome la espalda con su brazo.

¡Pues también es verdad! Se lo voy a contar, seguro que me ayudan.

—Pues nada, que estaba pensando que sería genial que estos días pudiera pasar más rato con Lucas… Tengo la sensación de que le da mucho corte hablar conmigo y no sé qué hacer para poder charlar más con él —les acabo diciendo.

—¡LO SABÍA! —exclama Lola exultante—. Daniela, ¡es genial!

—A mí Lucas me cae superbién —me dice Andrea.

—¿Lo dices en serio? —le pregunto.

—¡Pues claro!

—La verdad es que hacéis muy buena pareja —añade Lola.

—¡Ay, es que creo que me gusta mucho! —les confieso finalmente a mis amigas. La verdad es que es guay poder contar con ellas.

Justo entonces pillo a Lola guiñándole un ojo a Andrea.

Pero, bueno, ¿a qué ha venido eso? ¿Por qué le guiña un ojo a mis espaldas? Estoy segura de que traman algo. ¿Qué otra explicación puede haber? Aunque también es posible que me equivoque. No voy a pensar nada malo…, al fin y al ca

Suscríbete para continuar leyendo y recibir nuestras novedades editoriales

¡Ya estás apuntado/a! Gracias.X

Añadido a tu lista de deseos