Día de las Escritoras: plumas jóvenes con todas sus letras
A lo largo de la historia, muchas autoras han permanecido ocultas tras firmas masculinas o un «anónimo» protector. En el Día de las Escritoras nos acercamos a varias nuevas voces femeninas del panorama literario actual que han llegado para quedarse.

De izquierda a derecha: Aixa de la Cruz (crédito: Alba García), Sally Rooney (Jonathan Lloyd Davies), Virginia Feito (Pilar Hormaechea), Luna Miguel (Laura Rosal), Sara Barquinero (Ricardo Quesada), Amanda Gorman (Danny Williams) y Elísabet Benavent (Juan de los Mares).
El primer escritor de la historia fue una escritora. Sí, está bien así, no es un error. Quizás estés pensando: «Vaya una forma más extraña de comenzar». Y razón no te falta. Podríamos haber optado por un arranque más sencillo, más convencional y evidente, algo del estilo «la primera escritora de la historia se llamaba Enheduanna», pero entonces solo estaríamos contando un trocito de la verdad. Nuestra frase ya no reconocería la autoría de una mujer entre toda la población, sino solo entre aquellas con las que compartía género. Así que volvemos al comienzo, sin titubeos en esta ocasión: el primer escritor de la historia fue una escritora. «Soy Enheduanna, la sacerdotisa de Nana». Brotaba con estas palabras, allá por el 2500 a.C en Mesopotamia, la primera obra literaria jamás firmada.
Esta piedra fundadora, sin embargo, quedó luego sepultada por siglos y siglos de ocultamiento —nunca inexistencia— que Virginia Woolf resumió de un plumazo: «En la mayor parte de la historia, Anónimo era una mujer» (Un cuarto propio). Muchas permanecieron agazapadas tras firmas masculinas: Acton, Currer y Ellis Bell cubrían la identidad de Anne, Charlotte y Emily Brontë, autoras de obras clave de la literatura inglesa y universal como Jane Eyre y Cumbres Borrascosas. A. M. Bernard, por su parte, fue la máscara que ocultó a Louisa May Alcott hasta la publicación de Mujercitas, como si el propio título de la obra alentara a la autora a dar un paso al frente. Otras no renunciaron a su condición de mujer, pero sí optaron por velar su identidad plena con un sutil pero ya atrevido «escrito por una dama». La dama era Jane Austen, y del éxito de sus novelas poco nuevo se puede escribir (pero se escribe, claro, y se adapta a la pantalla, y triunfa atemporalmente… Dime que eres un clásico sin decirme que eres un clásico). Y ni siquiera hace falta mirar tan atrás para seguir descubriendo nombres de mujeres tras siglas indeterminadas. El editor de J.K Rowling —Joanne Rowling, perdón— también trató de esconder su género en 1997 alegando que Harry Potter era una creación válida tanto para chicos como para chicas.
Las imprescindibles
con introducción de una profesora de la Univers...
El Día de las Escritoras, además de encender la luz para seguir reconociendo a las que permanecieron tanto tiempo en la oscuridad, queremos alumbrar también algunos nombres de mujeres jóvenes del panorama literario actual. Son novelistas, ensayistas, poetas, pensadoras, escritoras. Con todas las letras de la profesión y de su firma.
Aixa de la Cruz
Nació en Bilbao hace 34 años, y desde entonces ha escrito cinco novelas, un libro de relatos, un ensayo y una crónica autobiográfica que el suplemento Babelia incluyó en la lista de mejores libros de 2019. Cambiar de idea reúne algunos de los momentos más significativos en la vida de la autora, desde su infancia hasta la por entonces recién estrenada treintena. Aixa de la Cruz relata, con el estilo siempre lúcido y combativo de su narración, la historia y pensamientos de una mujer que, dice, ha perdido su caché desde que dejó de escribir como los chicos: «Los editores que no publican a mujeres andan locos por publicar a mujeres que escriban de una determinada manera, para refrendar que la subjetividad masculina es la subjetivad universal. Sus autores pueden ser sentimentales e intimistas, pero sus autoras siempre estarán estancadas en la impostura de lo masculino». En su última novela, Las herederas, reivindica la supuesta locura de las mujeres acusando a las estructuras del sistema: «Si estamos locas, sostiene, será porque nos han enloquecido», proclama uno de sus personajes. Una historia sobre precariedad, memoria, violencia, intimidad y vínculos familiares en la que, de nuevo, Aixa de la Cruz despliega su capacidad analítica, su inteligencia y voracidad para hurgar en las heridas del mundo.
Sally Rooney
Catalogada por muchos como la voz de la generación millennial, Sally Rooney (Irlanda, 1991) es autora de tres novelas best sellers —Conversaciones entre amigos, Gente normal, Dónde estás mundo bello— que comparten mucho más que ciertos ejes temáticos. Es su forma de sentir y narrar la vida, la sencillez de una prosa que sin excesivos rodeos te clava la mirada y ya no puedes escapar. Nadie como ella para desmenuzar las relaciones humanas y abordar la amistad, el sexo y los vínculos amorosos en un presente frenético. Sus personajes sufren la volatilidad de un mundo tan nuevo que no ha podido construir aún sus reglas, pero sabe que las de antaño han quedado desfasadas. Sin una estructura estable, renegando incluso de lo poco que puede quedar de ella, ¿cómo mantenernos en pie? Nos quedamos perdidos, siempre anhelantes, suspendidos entre nuestros deseos y las dificultades para alcanzarlos. Sobre una base política más o menos camuflada en su obra, la autora cuestiona las desigualdades sociales y construye relatos íntimos impulsados siempre, al fin y al cabo, por el motor del amor.
Virginia Feito
Si tu libro ha sido considerado uno de los mejores del año según The Times, no puedes faltar en esta lista. Virginia Feito nació en Madrid en 1988, pero su carrera profesional se ha desarrollado también entre París, Londres y Nueva York. La señora March es su debut literario —una novela que combina el suspense con el retrato psicológico— y el nombre del brutal personaje que protagoniza esta historia sobre la identidad, las expectativas y la presión que cargan las mujeres. Tal fue su éxito en ventas y críticas que ya está prevista su adaptación a la gran pantalla.
Luna Miguel
Lee, escribe y edita. Son los verbos que ella misma elige para presentarse en sus redes sociales. Nacida en Alcalá de Henares en 1990, pero con el corazón anclado en Almería y una carrea profesional corriendo por Barcelona, Luna Miguel conjuga en su producción literaria diversos géneros y formatos sin traicionar nunca su agudeza para dar con la palabra que pone a temblar el texto. Ya había publicado varios poemarios cuando debutó como novelista en 2018 con El funeral de Lolita, una especie de resignificación de la controvertida obra de Vladimir Nabokov en la que la autora despliega su arsenal de provocación e inteligencia. En su ensayo Caliente, Luna se desnuda y comparte una intimidad que arde y chorrea deseo, pero también vergüenza y miedo. Se pregunta «¿Qué es más humillante: narrar el dolor, o narrar el placer?». Una reflexión paralela sobre el sexo, el autodescubrimiento, el amor plural y la creación literaria.
Sara Barquinero
Como «una de las voces más potentes del presente», así la define precisamente Luna Miguel, quien asegura que esta escritora zaragozana de apenas 27 años «marcará un antes y un después en la literatura de su generación». Su novela Estaré sola y sin fiesta la llevó a ser considerada revelación literaria de las letras españolas 2021 según Woman. Partiendo del hallazgo personal de un diario íntimo, Barquinero fue dando forma a una historia envolvente desarrollada entre dos tiempos: la década de los noventa y el presente inmediato. Reflexiones sobre el amor (y sus mitos), la identidad, la soledad y los tiempos de espera. Un reflejo de la lucidez desquiciada de quien ama, con espacio también para el cuestionamiento de la precariedad y la fragilidad de los pilares oxidados de nuestro sistema.
Amanda Gorman
Poeta, activista y estrella literaria de solo 24 años. Conocida internacionalmente por haber brindado uno de los momentos más potentes de la ceremonia de investidura de Joe Biden con un discurso antirracista que abogaba por la creación de «un país comprometido con todas las culturas, colores y caracteres del hombre». Mi nombre es nosotros, su primer poemario, es un alarido que busca despertarnos, estamparnos contra una realidad ante la que no podemos seguir siendo impasibles. Con una voz rabiosa pero esperanza que nos atraviesa, Gorman trata asuntos como la crisis climática, la justicia social, la desigualdad y el racismo… Toma la palabra para cambiar el mundo, sin pretender cambiar el mundo solo con palabras.
Elísabet Benavent
Desde que nació en Valencia hace 38 años le ha dado tiempo a escribir, nada más y nada menos, que 22 novelas superventas. Hablar de Elísabet Benavent es hablar de uno de los mayores fenómenos literarios del momento, tanto dentro como fuera de nuestro país. Todo comenzó en 2013 con la Saga Valeria, adaptada más tarde a una serie de éxito por Netflix, como también ocurrió con la película Fuimos canciones (inspirada en la Bilogía Canciones y recuerdos). Benavent es experta en crear historias para escapar de la rutina y dejarse llevar, con su tono jovial y ligero, y unos personajes mayoritariamente femeninos que viven por nosotros todas esas historias de amor y desamor que siempre enganchan. Lo vuelve a hacer con su última novela, Todas esas cosas que te diré mañana, una apuesta algo diferente marcada por los saltos temporales del relato y el deseo de cambiar nuestras propias decisiones.
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