«La revelación», de Ariana Godoy: así empieza la primera parte de la saga «Almas Perdidas»

Vuelve Ariana Godoy, autora de la trilogía Hermanos Hidalgo y la saga Darks, con una historia irresistible de vampiros y romance. «La revelación» estará disponible en librerías y plataformas digitales desde el 13 de abril, pero para saciar vuestra sed, aquí os compartimos el primer capítulo íntegro de esta nueva saga. No vais a poder escapar. 

4 abril,2023
«La revelación», de Ariana Godoy.

La primera parte de la saga Almas perdidas de Ariana Godoy: puedes adquirirlo en preventa pinchando en este enlace.

I

Cazar o ser cazado.

Es simple, pero así es como funcionan las cosas en mi mundo. El aire nocturno me acaricia la piel, los enormes árboles a los lados permanecen en silencio mientras camino flanqueada por ellos. Mi cabello largo y oscuro cae hasta el final de mi espalda y baila a mi alrededor al ritmo del viento. Gotea sangre de mis ropas, y me consuelo al pensar que por lo menos no es la mía. Estoy descalza, siguiendo un camino solitario; el reloj marca casi la medianoche. Una gloriosa luna llena ilumina el sendero; aunque hermosa e imponente, es la culpable de mi precario estado. 

Tuve que luchar contra un cruentus: una bestia que me dobla en altura cuya dieta incluye sangre caliente y carne. Por lo general, son criaturas calmadas y se alimentan de animales; sin embargo, cuando hay luna llena, se vuelven incontrolables y matan a quien se atreva a merodear por sus territorios, y el norte del Bosque Oscuro es conocido por ser suyo. No debí ir. Pero no me di cuenta de lo mucho que me había adentrado en el bosque hasta que ya fue demasiado tarde. 

He sobrevivido, pero apesto; mi cuerpo está cubierto de sus fluidos asquerosos. Quiero limpiar la sangre de esa bestia maloliente; el olor es similar al que emite un cadáver putrefacto. A veces mi avanzado sentido del olfato puede ser una maldición.

El camino es largo, pero debo seguirlo. Media hora más tarde, llego al refugio donde vivo con mi clan. Nos llamamos Almas Silenciosas porque somos expertos en entrar y salir de lugares, acechando desde las sombras. Somos un grupo pequeño formado por alrededor de doce vampiros. Sin embargo, la mayoría siempre está de caza o viajando, y algunos nunca regresan. Somos menos de diez los que solemos permanecer aquí. 

Llego a la entrada de la guarida: un agujero de tamaño medio que me lleva a una red subterránea de túneles. La mayoría de nuestros escondites siempre han estado bajo tierra y este ha sido el más duradero. El Bosque Oscuro es extenso y espeso, hogar de muchos clanes como nosotros. Nos hemos resguardado en su grandeza por décadas. 

Me dejo caer en el agujero y aterrizo en el fondo. Hay un gran pasillo de paredes de tierra. Troto a mi habitación, intentando pasar desapercibida. 

—¿Morgan? —llama alguien detrás de mí. Por supuesto, no puedo ser invisible en un escondite de vampiros con sentidos avanzados. 

—Ian —saludo. 

En un segundo, está frente a mí, revisándome. Es alto, de cabello castaño y ojos grandes color chocolate, atractivo, como suelen ser los vampiros; la naturaleza nos ha hecho así con el fin de atraer a nuestras víctimas humanas. 

—¿Qué te ha pasado? ¿Estás bien?

—Su expresión se oscurece. Ian es como mi hermano; hemos estado juntos desde que me convertí, aunque él es mayor que yo. Ya es un vampiro maduro; domina el elemento fuego. 

—Estoy bien. Solo un cruentus en el camino —digo, empezando a caminar de nuevo a mi habitación. 

—¿Un cruentus? ¿Cómo es que estás viva? Un cruentus en luna llena es una muerte segura para una vampira joven como tú. —Me tenso. Tiene razón. Aún no he alcanzado mi madurez vampírica y no controlo ningún elemento—. ¿Qué hacías en el norte del Bosque Oscuro? Es peligroso y lo sabes. 

—Estoy bien, no es para tanto. —Entro en mi habitación con él pisándome los talones. 

—Eres tan terca… Vas a conseguir que te maten. —Suspira con cansancio—. Por mucho que me gruñas, no dejaré de cuidarte —me asegura antes de salir de la habitación. 

Me acerco a uno de los recipientes de agua de la esquina y mojo un par de toallas para limpiar la sangre de ese monstruo apestoso. Cuando me siento lo suficientemente limpia, me envuelvo en una toalla y me miro en el espejo. Contemplo mi piel pálida y mis ojos de jade. Los rasguños ya están sanando. Me pongo un pantalón y una camiseta negra. La ropa oscura es útil para camuflarse por las noches y es el color que más envían los humanos a nuestro territorio siguiendo el acuerdo de cooperación que tenemos con ellos. Supongo que asumen que es nuestro favorito. 

Salgo del refugio de un salto e inspiro tan hondo como puedo mientras el aire me roza la piel una vez más. Me encanta el exterior. El Bosque Oscuro es peligroso y terrorífico, pero ya hace tiempo que es mi hogar y le he tomado cariño. Me gusta el olor de la naturaleza; hay algo en ella que me relaja y me llena. Respiro de nuevo profundamente y, cuando dejo salir el aire, veo a nuestro líder —mi creador— llegar. El vampiro convertido más antiguo que conozco. 

  • ¡En oferta!
  • -5%

La revelación (Almas perdidas 1)

Ariana Godoy, una de las grandes autoras del Young Adult, llega con una nueva saga: Almas perdidas. Vampiros y romance... ¡un tándem ganador!

Noto una punzada de nerviosismo. No sé por qué siempre me he sentido atraída por él; tal vez porque su sangre corre por mis venas, y el hecho de que sea un enigma también tiene algo que ver, al igual que su cara de expresión impenetrable y rasgos perfectos y su cabello negro con reflejos azules que hacen juego con el color de sus ojos.

—Buenas noches, Morgan —me saluda con frialdad cuando pasa por mi lado. Nunca me mira; tal vez no existo para él. Solo me habla cuando es necesario o por cortesía.

—Buenas noches, señor. —Como mi creador, debo dirigirme así a él, aunque sé que su nombre es Aidan. Si me ordena algo, tengo que hacerlo. Pero ni siquiera me habla. Todo lo que he obtenido de él a lo largo de los años han sido saludos fríos. Es como si estuviera en un nivel superior, inalcanzable. 

«Tengo que sacármelo de la cabeza. Soy una miembro más en el clan para él; eso es todo», pienso. Me convirtió porque yo estaba muriendo cuando me encontró; no tuvo opción.

Nostálgica, suelto una bocanada de aire y observo los altos árboles poblados a mi alrededor. Ramas caídas cubren parte del suelo. Tuvimos una tormenta hace un par de días que causó algunos estragos, nuestra guarida casi se inunda. Creo que necesito correr un poco, eso siempre me ayuda a dejar de pensar estupideces. Corro tan rápido como puedo, sintiendo el aire en mi piel; solo me detengo cuando me doy cuenta de que estoy muy lejos de nuestro refugio; no me gustaría encontrarme otro monstruo en el camino. 

Algo se mueve a mi izquierda y mis sentidos se ponen alerta. No puedo tener tanta suerte, no puede ser otro cruentus. Olfateo el aire, buscando la esencia que podría revelarme de qué se trata. Sin embargo, un olor desconocido me golpea la nariz: huele como un vampiro, pero no del todo. Y proviene de atrás. Me doy la vuelta con brusquedad para encontrarme con un vampiro alto a unos metros de mí. El poder que emana sale de él en ondas invisibles, haciéndome dar un paso atrás; nunca he sentido algo así. En silencio, nos evaluamos mutuamente. Él va todo de negro y su rostro mantiene una expresión de cautela. Entonces veo el tatuaje en su pálido cuello y me quedo congelada. 

«¡Mierda!». 

Tengo frente a mí a mi enemigo natural: un vampiro Purasangre. Nunca me he enfrentado a uno en toda mi vida, a pesar de que los convertidos estamos en una lucha constante con ellos, ya que se alimentan de nosotros y son conocidos por su frialdad y crueldad. Nos consideran inferiores y a veces una abominación, porque ellos nacen vampiros, mientras nosotros somos humanos convertidos en vampiros. Trago con dificultad. Él ladea la cabeza, observándome.

 «Piensa, Morgan, piensa». 

—Este es territorio de Almas Silenciosas. —Trato de no sonar afectada por su poder, pero me tiembla la voz. La fuerza que irradia es aterradora. 

No dice nada, no se mueve. Pero no debería estar aquí, los Purasangres viven en las zonas heladas más allá del norte del Bosque Oscuro. Solo hay una razón para que haya venido a nuestras tierras: cazar. Sé qué esperar de los de su raza, así que me pongo en posición defensiva. 

Él sonríe, mostrando un par de colmillos afilados. 

—¿Crees que tienes alguna oportunidad si te enfrentas conmigo, pequeña? —Su voz es puro terciopelo, pero el tono de amenaza es claro. 

Asiento. Sé que no tengo nada que hacer contra él, sin embargo, mantendré la cabeza alta y protegeré mi orgullo hasta mi último aliento. De repente, desaparece. Lo busco entre los árboles con la mirada, tratando de detectar el más mínimo movimiento; pero no percibo nada. 

—Eres valiente —lo oigo decir sin verlo. 

Más Ariana Godoy

Me giro hacia todos los lados; no hay señales de él. Lo siento aparecer detrás de mí y, antes de que pueda girarme, me empuja bruscamente al suelo. El simple toque de su mano tiene una fuerza impresionante. Aterrizo sobre mis manos y rodillas, y me levanto tan rápido como puedo, lista para defenderme. Sin embargo, él me agarra del cuello con una facilidad insultante y lo aprieta con firmeza, levantándome en el aire. 

Sin poder evitarlo, grito de dolor; si continúa apretando, me romperá el cuello. Lucho, pateo, le araño las muñecas, pero él ni se inmuta; es como si mis golpes no le hicieran nada. Sus ojos oscuros encuentran los míos y aparece una sonrisa perversa en sus labios. Me libera y caigo al suelo, tosiendo descontroladamente. 

—Estoy sediento —dice para sí mismo. 

Me quedo congelada porque esa afirmación confirma mi miedo: ha venido a nuestra zona del bosque para cazar. Trato de levantarme, pero es como si mi mente y mi cuerpo se hubieran vuelto más pesados. El Purasangre debe de tener algún poder mental que me debilita. Me agarra del brazo y me obliga a ponerme de pie. 

—¡No me toques! —grito en su cara viendo sus colmillos—. ¡No te atrevas! 

Trato de liberarme de su agarre, pero me tambaleo; es como si me hubiera quedado sin energía. ¿Qué tipo de poder es este? Su cara está cada vez más cerca de mi cuello. 

—¡No! ¡Detente! —pido, porque es lo único que puedo hacer. 

Toma un puñado de mi pelo para dejar mi cuello expuesto mientras con la otra mano me tapa la boca. Siento su aliento en la piel. Su lengua traza círculos en mi garganta y noto el roce de sus colmillos. Me revuelvo, pero su mano ahoga mis protestas. 

«¡Por favor, no!». 

Odio sentirme tan expuesta y vulnerable. Soy una vampira, debería ser capaz de defenderme. Noto que aprieta con más fuerza mi boca; sé lo que eso significa: va a morderme. Y lo hace. Entierra los afilados colmillos en mí, hundiéndome en un mar de dolor por unos segundos. Lucho entre sus brazos mientras siento cómo se alimenta con mi sangre. No hay mayor humillación para un vampiro que el que tomen su sangre a la fuerza, es una muestra de debilidad. Él lo está disfrutando; asqueada, lo oigo gemir. 

Finalmente, me libera y caigo al suelo más débil que nunca. Con la espalda contra el suelo, solo puedo mirar al cielo; la una llena sigue en lo alto. Ni siquiera tengo la fuerza suficiente para ponerme de pie. Siento al Purasangre subirse encima de mí. Su rostro bloquea mi vista del cielo nocturno, una de sus manos me acaricia el hombro. La diversión en sus ojos es clara; he escuchado que los Purasangres disfrutan jugando con sus víctimas, dejando marcas de mordidas sobre sus cuerpos como muestra de poder y sumisión. 

—No… Por favor… —Pongo mi orgullo a un lado y ruego. No tengo ninguna manera de detenerlo o luchar contra él. 

—Simplemente estoy jugando, pequeña —susurra, riendo. 

—Por favor… No me muerdas otra vez.

Desliza su mano fría debajo de mi camiseta mientras clava los colmillos en mi hombro. Me estremezco de dolor; se separa ligeramente, con la boca llena de sangre. 

—Puedo sentir tu miedo, puedo sentir tus deseos de luchar. Eso me divierte —murmura y se lame los labios. 

Cierro los ojos mientras ese cruel Purasangre deja marcas por todas las partes descubiertas de mi cuerpo. El dolor es insoportable. Cuando termina, se levanta de encima de mí.

—Nos veremos de nuevo, pequeña. 

Enseguida caigo en la más absoluta oscuridad, deseando que todo haya sido una pesadilla.

Otros artículos

Recomendaciones

Lecturas
Los mejores manuales de escritura… ¡escritos por escritores!
Los mejores manuales de escritura… ¡escritos por escritores!
Adéntrate en el fascinante mundo de la escritura de la mano de grandes autores como Stephen King, Jorge Luis Borges o Brandon...
Lecturas
¡Qué arte! Libros sobre arte y creatividad ab-so-lu-ta-men-te imprescindibles
¡Qué arte! Libros sobre arte y creatividad ab-so-lu-ta-men-te imprescindibles
Desde biografías fascinantes hasta obras sobre cómo convertirte en artista, acompáñanos en este apasionante viaje a través de...
Tendencias
Libros sobre la dieta antiinflamatoria
Libros sobre la dieta antiinflamatoria
Te traemos una selección de los mejores libros sobre la dieta antiinflamatoria para transformar y mejorar tu calidad de vida. 
Añadido a tu lista de deseos