¿Qué lee una chica Gilmore? Los libros de Rory

Si hay dos elementos indispensables en la vida de «Las chicas Gilmore», esos son el café y los libros. A lo largo de las siete temporadas de la serie, hasta 397 tazas y 338 títulos comparten pantalla con madre e hija. Pide una de cafeína para llevar y acompáñanos en esta ruta salvaje por las lecturas de Rory Gilmore. 

Collage realizado con imágenes de la serie Las Chicas Gilmore (Netflix).

Collage realizado con imágenes de la serie Las Chicas Gilmore (Netflix).

Adivina adivinanza: ¿quién dice la siguiente frase en la serie de Las chicas Gilmore?: «Huélelo. Nada, nada huele como esto». ¿Lorelai inhalando el aroma del café que le prepara Luke? ¿O quizás Rory hundiendo la nariz en las páginas de un libro antiguo? Podrían ser ambas, cada cual con su pasión adictiva e irrefrenable, pero la cita pertenece —redoble de tambor— a la muchacha dulce y minuciosa que depende de listas de pros y contras para tomar decisiones vitales. Efectivamente, la incomparable Rory Gilmore. La misma que acumula libros no solo en la estantería de su habitación, sino bajo la cama y en los cajones de un mueble diseñado para guardar ropa. La única capaz de llevar un ejemplar hasta al baile de fin de curso —ante la sorpresa de su novio Dean— o de preparar una mochila con cuatro obras de géneros diferentes para poder pasar de la biografía a la novela, del ensayo a los relatos cortos, según las inclinaciones del momento.  

Podríamos definir a Rory como una lectora voraz, madura y diversa. Con tiernos rasgos infantiles y la mochila del instituto Chilton aún a la espalda, la vemos —todavía en la primera temporada— leyendo novelas tan densas y trascendentes como el Ulises de Joyce, casi mil páginas de monólogo interior que marcaron un antes y un después en la literatura universal del siglo XX. El mismo uniforme colegial la acompaña en la lectura de La campana de cristal, el único texto prosaico nacido de la pluma de Sylvia Plath, quien se quitó la vida apenas un mes después de su publicación. El relato confesional de una muchacha asfixiada por las convenciones sociales escondía la vulnerabilidad de su autora, que barajó de hecho otros títulos premonitorios: Diario de un suicidio o La chica del espejo.

Junto a Plath, muchas otras firmas de mujeres componen la lista de lectura de Rory Gilmore. Los referentes femeninos, dentro y fuera de la literatura, no escasean en una serie protagonizada por mujeres fuertes, inteligentes y decididas que no necesitan más que el mutuo apoyo para alcanzar sus objetivos y labrarse su propia vida: 

«Mi madre jamás me dejó pensar que no podría hacer o ser exactamente lo que quisiera. Llenó nuestra casa de amor y risas, de libros y de música, infatigable en su esfuerzo para darme como modelos a Jane Austen, a Eudora Welty o a Patti Smith. Mientras me guiaba por estos 18 maravillosos años, no sé si se dio cuenta de que la mujer que yo quería llegar a ser era ella». Rory Gilmore. 

Con La abadía de Northanger, Orgullo y prejuicio y Sentido y Sensibilidad, Rory se sumerge en la sociedad británica del siglo XVIII que Jane Austen vivió y retrató con ingeniosa y perspicaz ironía. Mujeres que piensan por sí mismas mientras lidian con los estereotipos y las convenciones de la época…. Igual que lo haría en el siglo posterior Jo, la hermana más rebelde de las Mujercitas de Louisa May Alcott. Por supuesto, no podían faltar en este corpus de clásicas imprescindibles las hermanas Brontë —con Jane Eyre y Cumbres Borrascosas— ni Emily Dickinson, considerada una de las poetas más significativas de la literatura norteamericana. Compartiendo género y nacionalidad, Anne Sexton, ganadora del premio Pulitzer de poesía en 1967, también encuentra su lugar en la extensa lista de Rory. Como Plath, a quien conoció en un taller de poesía, también Anne Sexton eligió la muerte. Nombrarlas es, en cierto modo, pensar en Alejandra Pizarnik («no quiero ir nada más que hasta el fondo»), es pensar en Virginia Wolf. Rory Gilmore no conoció nunca a la argentina (¡y cuánto lo sentimos por ella!), pero sí entró en contacto con dos de las más célebres obras de la autora británica: La señora Dalloway, su primera novela, y Una habitaciópropia, ensayo considerado uno de los textos fundadores del feminismo moderno. 

Permanecemos en Reino Unido, cuna de obras cumbre de la literatura universal que, por supuesto, Rory Gilmore no podría perderse. Desde el teatro del escritor más importante de habla inglesa, William Shakespeare, hasta las aventuras del mago más famoso del mundo, Harry Potter (J.K Rowling). No es difícil imaginarla leyendo a Hamlet proclamar aquel famoso «Ser o no ser, esa es la cuestión», o suspirando emocionada por el romanticismo trágico de Romeo y Julieta: «¡Ah, Romeo, Romeo! ¿Por qué eres Romeo? Niega a tu padre y rechaza su nombre, o si no, júrame tu amor y ya nunca seré una Capuleto». ¿Por quién latiría el corazón de Rory cuando leyó esta obra? «¡Ah, Dean, Jess, Logan!». Las plumas británicas desde luego se ganaron su respeto y admiración. De Charles Dickens leyó hasta ¡cinco obras! Destacan títulos como Historia de dos ciudades y Cuentos de Navidad —dos de las más memorables— pero también se atrevió con David Coppelfield, Grandes esperanzas y Nuestro amigo común, la última novela terminada del autor y que muchos consideran su obra maestra.

Que el celeste de sus ojos y un timbre de voz inmune al paso del tiempo no nos engañe: Rory Gilmore se atreve con todo. Entre sus múltiples lecturas también hay hueco para el miedo y los relatos más tenebrosos. Además de cinco novelas de Stephen King, el Rey del Terror (Carrie, Christine, Cujo, Rita Hayworth, El resplandor), la hija pródiga de Stars Hollow también se interesó por conocer la macabra historia que Mary Shelley escribió entre fantasmas opio y aguaceros: Frankenstein. Y dentro de este género de la ciencia ficción, Rory Gilmore se decanta también por las distopías maestras de la literatura universal: la fractura social que Aldous Huxley vislumbra en Un mundo feliz, la posverdad señalada por George Orwell en 1984 y la anestesia consumista que denuncia Ray Bradbury en Fahrenheit 451

Obras reflexivas y críticas con el devenir de la sociedad que alimentan el espíritu cuestionador de nuestra protagonista. Frente a la posición conservadora y clasista de sus abuelos, Emily y Richard, la tercera línea generacional que encarna Rory presenta un discurso mucho más progresista en todos los ámbitos. Este compromiso social renovado, unido a su interés por la historia y las reivindicaciones de justicia, se traduce en elecciones casi políticas de algunas de las lecturas. Es el caso de obras como El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad, una mirada al infierno del colonialismo; Beloved, obra maestra de la Premio Nobel de Literatura Toni Morrison inspirada en la vida real de una esclava afroamericana; o Matar un ruiseñor, de la escritora estadounidense Harper Lee, retrato magistral del de la sociedad racista de 1930 adaptado con éxito a la gran pantalla. 

Pero la versatilidad de Rory le permite combinar estos títulos con otro de temática muy diferente, como aquellos en los que Disney ha basado algunas de sus películas más exitosas (películas que, seguro, madre e hija han devorado al mismo tiempo que palomitas, pizzas y hamburguesas en sus particulares sesiones de cine). Una prueba más de la heterogeneidad de sus lecturas, que conforman una biblioteca abierta a todas las posibilidades. Lee Alicia en el País de las Maravillas (Lewis Carroll) y Notre-Dame de París, de Víctor Hugo, donde se intuyen las raíces de la película de El jorobado de Notre Dame. También, dentro de la selección más clásica de Disney, Las aventuras de Pinocho (Carlo Collodi) y alguno de los cuentos más famosos de los Hermanos Grimm, autores de Blancanieves, Hansel y Gretel o Pulgarcito.

Volvemos a jugar. Completa la siguiente oración con el nombre del autor/a que cita Rory (temporada 1, episodio 16): «_______escribió para las masas. Es falso que tengas que ser un genio para comprenderlo». ¿A quién se refiere la pequeña de los Gilmore? Algunas pistas: Rusia, siete letras, adulterio y tragedia. ¿Lo tienes? Se refiere, nada más y nada menos, que a Tolstói. Con estas palabras defiende Rory al autor ruso tras la confesión sincera de Dean en su intento por leer Anna Karenina, uno de los libros favoritos de la protagonista: «Puede que Tolstói sea demasiado para mí». Junto a Tolstói, Rory incluye en su famosa lista a otro gran referente de la literatura rusa (y mundial): Dostoiveski. Nos consta que lee Crimen y castigo, considerada una de las obras más importantes de la literatura universal. Pero no satisfecha con esto, sabemos que en la temporada 5 de la serie, cuando trabaja en la librería del pueblo, Rory se interesa también por explorar Los demonios, una de las novelas más complejas y oscuras del autor. Es uno de los muchísimos títulos amontonados en su pila de «libros que he visto y ahora me tengo que comprar».

Continuando la ruta, nos desplazamos ahora hacia una región más cálida. No abundan los nombres latinoamericanos en la lista de Rory, pero hay uno que no podía faltar: Gabriel García Márquez. Pudo haberse decantado por Crónica de una muerte anunciada, El coronel no tiene le quien le escriba o El amor en los tiempos del cólera —entre otras muchas obras igualmente valoradas— pero el único título que figura en la lista es el de Cien años de soledad, una de las novelas más importantes y fascinantes del siglo XX. Y de Colombia a Chile, de un hombre a una mujer: Isabel Allende. Rory lee las dos primeras entregas de La casa de los espíritus, uno de los títulos más míticos de la literatura latinoamericana y un clásico incontestable que celebra ahora su 40 cumpleaños, y Eva Luna, tercera novela de Allende protagonizada por un nostálgico alter ego de la autora. Por último, antes de abandonar el idioma, cabe destacar la osadía de Rory Gilmore para conocer la obra maestra del que podemos considerar el escritor en lengua española más grande la historia. Sí, también a ella le suena aquello de «En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme» con el que inicia Cervantes las aventuras de Don Quijote de la Mancha

Y podríamos seguir. ¿Hasta qué número se extendería la lista si la serie no hubiese concluido en 2007? (con permiso de la secuela que Netflix estrenó en 2016). Voraz, madura y diversa: así definíamos la esencia lectora de Rory Gilmore, la chica que reconoce vivir en dos mundos simultáneamente: el real y el de los libros. ¿Te atreves a unirte al reto de completar sus lecturas? ¿Eres capaz de seguirle el ritmo? Ya sabes que hay truco: junto a la pasión desenfrenada y la responsabilidad rozando el desquicie, litros de café (cuidado, por favor).

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