El resurgir de la literatura fantástica: el caso «Dreaming Spires»
De J. R. R. Tolkien o Ursula K. Le Guin a Brandon Sanderson o George R. R. Martin pasando por C. S. Lewis o J. K. Rowling, las novelas de fantasía han cautivado la imaginación de millones de lectores en todo el mundo, habiéndose convertido en uno de los géneros más leídos actualmente y haciendo que las sagas fantásticas sean cada vez más demandadas. Este furor se debe principalmente a la capacidad que tiene el género de abordar desde otros mundos cuestiones sociales como el racismo, la xenofobia o las brechas de género. La reedición de la trilogía «Dreaming Spires» es un claro ejemplo de este cambio de tendencias en el mundo literario, ya que en una sociedad como la actual, dominada por la inmediatez, nos encontramos con una saga que, tras una década en el mercado, sigue sumando nuevos adeptos a sus filas año tras año. Para entender este furor, hablamos con Victoria Álvarez, autora de esta saga ambientada en la Inglaterra de principios del siglo XX.
Por Carla Calvo
Sídney, Australia. 21 de julio de 2007. Nada más salir de la librería, un fan de Harry Potter comienza a leer la recién publicada séptima y última novela de la serie de Harry Potter, Harry Potter y las reliquias de la Muerte, obra de la autora J.K. Rowling. Crédito: Getty Images.
Durante décadas, la fantasía como género literario se había visto relegada a un segundo plano, siendo considerada un subgénero minoritario, casi de culto, reservado para una pequeña audiencia. Pero recientemente estamos presenciando un cambio de paradigma en el que este género ha pasado a ser consumido por un público mucho más amplio y se ha transformado en todo un fenómeno cultural y de ventas, dominando las listas de los más vendidos y presidiendo las mesas de novedades de las librerías.
Aunque los orígenes de la fantasía se remontan prácticamente al origen de los tiempos, con la mitología y el folclore, la fantasía como género literario moderno que conocemos hoy nace en torno al siglo XX. Fue en esta época en la que figuras como J.R.R. Tolkien, C.S. Lewis y Ursula K. Le Guin empezaron a marcar un antes y un después en la tradición de este género, colocando con sus obras los cimientos de lo que es hoy en día.
«Cuando era adolescente estaba la fantasía más clásica, que creo que todos hemos leído, La historia interminable, Tolkien, Lewis, ese tipo de cosas», comenta Victoria Álvarez, autora de la serie Dreaming Spires, que acaba de ser reeditada por Lumen. «Ahora estamos viviendo un momento muy curioso», añade la autora, «porque noto que la fantasía cuando yo era adolescente era como más de nicho; éramos una minoría. […] Cuando empezó Harry Potter se expandió muchísimo y ahora mismo noto que está llegando a muchísima más gente».
Y es que, si queremos hablar de la popularización del género de fantasía, no podemos pasar por alto, por supuesto, el éxito de sagas como Harry Potter durante los años 90 y principios de los 2000. Porque la historia del niño mago de J.K. Rowling fue, sin duda, uno de los fenómenos de masas nacidos a raíz de una novela de fantasía más relevantes de las últimas décadas. La primera novela de la saga, Harry Potter y la piedra filosofal, se publicó originalmente en 1997 y cuatro años más tarde, en 2001, se estrenó su adaptación cinematográfica, consolidándose así como un fenómeno de masas y llegando a un público mucho más amplio. Esta serie es un gran ejemplo de cómo una serie de libros enfocada en inicio a un público mucho más juvenil, puede llegar a convertirse en una saga de referencia para millones de lectores de todas las edades, ya que esta serie no solo inició a millones de niños en todo el mundo a la lectura, sino que, también fue capaz de atraer a lectores adultos hacia mundos de fantasía.
«Y la figura de Laura Gallego, evidentemente», añade Álvarez. Y es que Laura Gallego, autora de libros como La emperatriz de los etéreos o, de forma más reciente, Todas las hadas del reino, marcó un antes y un después en la literatura de fantasía juvenil en el panorama literario español, iniciando a toda una generación de lectores en el género de la fantasía. «La puerta que nos abrió Laura Gallego para lo que es la literatura juvenil de fantasía, para autoras que vinimos después, fue importantísima», señala Álvarez. «Yo creo que es la primera vez, al menos de lo que yo recuerdo, que vi fenómenos superventas de una autora nacional que hiciera fantasía juvenil».
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El resurgir de las sagas de fantasía
Es decir, que el crecimiento de este género no se ha dado de la noche a la mañana, sino que ha sido algo progresivo hasta dar lugar a la demanda actual por parte de los lectores, que parece no contar con precedentes hasta la fecha, especialmente en lo que se refiere a sagas de fantasía. Y es que, a pesar de que actualmente vivimos en la sociedad de la inmediatez, parece haber una demanda cada vez mayor de sagas de fantasía por parte de los lectores.
Quizá porque son, en cierto modo, como ver una serie capítulo a capítulo. O, quizá, simplemente porque, a pesar de todo, seguimos queriendo conocer historias con profundidad suficiente como para engancharnos durante algo más de un minuto. «Lo mejor de las sagas es que, si los lectores se encariñan con los personajes en el primer libro, ahí se genera un vínculo que hace que reciban con auténtico entusiasmo las siguientes entregas», señala Álvarez.
Así, cada vez son más los lectores que se interesan por libros de autores como Brandon Sanderson, con su saga Nacidos de la bruma, quien ya se ha establecido como todo un referente en el género de la fantasía y la ciencia ficción, llegando a ser considerado el gran autor de fantasía del siglo XXI. O, por supuesto, sagas de fantasía épica como Juego de tronos que, en especial tras su exitosa adaptación televisiva, se ha convertido en todo un fenómeno global. Con la saga Canción de hielo y fuego, George R.R. Martin ha conseguido atraer a millones de personas hacia el mundo de la fantasía épica, con una historia tan compleja como atrapante en la que el lector (o espectador, en el caso de la serie) se ve completamente involucrado en las intrigas políticas y dramas familiares.
Victoria Álvarez. Crédito: cortesía de la autora.
Volver a reencontrarse con viejos amigos: sobre la reedición de Dreaming Spires
Es en este escenario en el que la reedición de la trilogía Dreaming Spires de Victoria Álvarez se convierte en un claro ejemplo de este cambio de tendencias en el mundo literario, ya que en una sociedad como la actual, dominada por la inmediatez y en la que las tendencias fluctúan con gran rapidez, nos encontramos con una saga que, tras una década en el mercado, sigue contando con lectores fieles y sumando nuevos adeptos a sus filas año tres año. Y es que, diez años después de su lanzamiento, Dreaming Spires sigue cautivando a nuevas generaciones de lectores, especialmente gracias a la reedición con nuevas portadas que acaba de publicarse.
Álvarez, como otras compañeras de profesión, es muy consciente de que, actualmente, el sector editorial se encuentra en un momento de constante aceleración, ya que todo (series, libros, videojuegos) ha de ser consumido lo más rápido posible. «Entonces, yo sé que es un privilegio tener gente que está dispuesta a apostar por algo que tiene una década de antigüedad», añade la autora.
Y es que Dreaming Spires se ha convertido en un clásico entre los lectores españoles gracias a su combinación de misterio, romance y fenómenos paranormales en la Inglaterra victoriana, con una voz única y una ambientación atrapante, habiendo cautivado a miles de lectores desde su publicación. En la primera entrega, Tu nombre después de la lluvia, conocemos a los tres protagonistas de esta saga: Oliver, Lionel y Alexander. Tres amigos que tienen poco en común, excepto que el cariño que los une y su trabajo para Dreaming Spires, un periódico especializado en sucesos de índole sobrenatural que no está pasando por su mejor momento. Por eso, cuando reciben una misteriosa carta sobre la aparición de una banshee en Irlanda [espíritus femeninos que, según la leyenda, se aparecen a una persona para anunciar con sus llantos la muerte de un pariente cercano], creen que este caso puede ser justo lo que necesitan para su próximo número.
«Primero fue el periódico, no fueron los personajes», nos cuenta Álvarez, cuando preguntamos sobre el proceso de creación de esta trilogía, que nació a raíz de su tesis doctoral ya que, además de escritora, Victoria Álvarez es historiadora del arte y profesora de la Universidad de Salamanca. Su tesis giraba en torno a la literatura artística del siglo XIX y de artículos sobre historia de la arquitectura que aparecían en aquellos antiguos periódicos. Esa conexión con la prensa de la época, así como la fascinación que había durante ese siglo por los fenómenos paranormales, fue lo que dio lugar a la idea del periódico especializado en lo sobrenatural. «Un día, de repente, las dos cosas hicieron clic. A partir de ahí ya creé a los tres protagonistas con personalidades muy distintas que se compaginaran bien como grupo de amigos».
Y es que su carrera como historiadora del arte tiene mucha prevalencia en sus novelas, casi siempre centradas en el siglo XIX, ayudándole a la hora de documentarse y acercarse a la época. Pero, según la autora, a veces esto también dificulta su trabajo, ya que es difícil delimitar cuánto de historia quiere incluir en sus libros. «Tengo que controlar mucho que la historiadora del arte no tome las riendas». Aunque, sin duda, todos sus lectores están de acuerdo en que la autora consigue encontrar ese balance perfecto entre historia y narración, ya que si hay algo que destacan es la profundidad y realismo de su ambientación.
A lo largo de los distintos libros de la trilogía, Tu nombre después de la lluvia, Contra la fuerza del viento y El sabor de tus heridas, seguimos a estos tres personajes principales a lo largo de varios años y en distintas localizaciones. Con estos libros el lector podrá viajar a Irlanda, Nueva Orleans y Europa central, dejándose atrapar por la pluma tan característica de Victoria Álvarez y por sus ambientaciones tan bien construidas.
La reedición de la trilogía Dreaming Spires es un claro ejemplo de este cambio de tendencias en el mundo literario, ya que en una sociedad como la actual, dominada por la inmediatez, nos encontramos con una saga que, tras una década en el mercado, sigue sumando nuevos adeptos a sus filas año tras año.
La propia autora reconoce que la ambientación es una de las cosas que más destaca en sus novelas, pero también el cariño que le pone a la historia y a los personajes a la hora de escribir. «Para mí la creación artística es una cosa como muy genuina. Cuando escribo algo siempre es porque estoy absolutamente enamorada de esa historia y me he dado cuenta de que es algo que los lectores perciben». Especialmente en el caso de Dreaming Spires, por cuyos personajes la historia reconoce sentir un cariño muy especial, ya que, al final, llevan acompañándola más de una década. «Creo que los lectores perciben muy bien cuando tú realmente has disfrutado escribiendo algo y sientes auténtico amor por esos personajes. De hecho, me lo comentan mucho con Dreaming Spires».
Para Álvarez el proceso de escritura «es como un pequeño rompecabezas». Y es que, desde que una idea nace hasta que madura lo suficiente como para poder convertirse en una historia, pueden pasar años. Por lo que normalmente trabaja con varios proyectos a la vez. «Intento, mientras escribo activamente uno, leer, escaletar o planificar el siguiente, o empezar a leer sobre la documentación histórica de uno que va después».
Aunque mezclar historia con fantasía pueda resultar complicado, Álvarez admite que, en el caso de Dreaming Spires, fue bastante más sencillo «porque mucha literatura del siglo XIX juega con eso». Durante esa época era frecuente encontrar una gran fascinación por estos temas, cosa que se ve reflejada en muchos de los clásicos de la época, haciendo que no sea difícil imaginar «cómo habría reaccionado alguien en este caso, en Dreaming Spires de 1903, si le hubieran dicho que en ese castillo irlandés hay una banshee, por ejemplo».
En general, sus novelas cuentan con una fantasía que se encuentra más enfocada hacia lo paranormal, con fantasmas u otros elementos similares. «Creo que me influyó también el tipo de lecturas que yo tenía, que me lo pasaba tan bien. Me gustan mucho los relatos de terror y me encantan los relatos de fantasmas clásicos, la ghost story inglesa típica». No es de extrañar, entonces, que su elemento favorito a la hora de escribir fantasía siga siendo los fantasmas.
Esto queda también reflejado en su novela Hojas de dedalera, un romance paranormal en el que la protagonista, que es médium, se enamora de su espíritu protector. «Ahí salen fantasmas continuamente, pero no son fantasmas que den miedo, o sea, son simplemente personas normales que se han quedado como ancladas, son un poco transparentes, pero no es de terror», aclara Álvarez.
Para Victoria Álvarez, un buen ejemplo de una novela de fantasía que juega muy bien con el componente histórico es Jonathan Strange y el señor Norrell. En esta novela, considerada ya un clásico moderno, Susanna Clarke combina prodigiosamente la fantasía y la historia, creando un mundo en el que los magos conviven con personajes reales y planteando una historia alternativa de Inglaterra. Esta novela ha ganado multitud de premios y es constantemente alabada por su brillante ambientación, así como por el tono ligeramente distendido de comedia social.
Con Harry Potter empieza (casi) todo. Crédito: Getty Images.
El poder de la fantasía y el boom del romantasy
Y es que no toda la fantasía tiene que ser dragones y elfos, ni todos los libros tienen que ser de ficción contemporánea para ser relevantes, ya que la fantasía, al final del día, es una forma más de acercarse a temas de especial relevancia a través de otro prisma o con otra óptica. «Yo creo que en fantasía puedes abordar exactamente los mismos temas que se abordan en una literatura con una ambientación más histórica o, digamos, contemporánea o realista», afirma Álvarez. «Realmente puedes explorar muchísimas cosas aparte del alma humana: cuestiones de racismo, de clasismo, de xenofobia, de género... Muchísimas cosas a partir de ahí, simplemente trasladándolo a otros mundos».
Estamos ante un momento, sin duda, en el que el género de la fantasía ha cambiado y sigue en constante evolución. «Sobre todo por el impacto enorme que ha tenido en el panorama de la literatura juvenil el romantasy», señala Álvarez. Y es que, sin lugar a duda, este es uno de los géneros que ha tenido mayor impacto en el panorama literario global de forma reciente. El romantasy (término que combina los nombres romance y fantasy en inglés) es un subgénero de la literatura fantástica que combina la novela romántica con la fantástica. Así, estas novelas cuentan con una ambientación en un mundo fantástico y una elevada dosis de romance, siendo uno de los conflictos principales de la novela.
En los últimos años el romantasy ha supuesto todo un fenómeno entre las lectoras, especialmente en redes sociales. Solamente en TikTok, el hashtag #romantasy acumula más de 400.000 publicaciones. Y es que, como señala Victoria Álvarez, «es increíble lo que mueve a nivel de fandom, a nivel de amor auténtico de las lectoras».
«En fantasía puedes abordar exactamente los mismos temas que se abordan en una literatura con una ambientación más histórica o, digamos, contemporánea o realista (...) Puedes explorar cuestiones de racismo, de clasismo, de xenofobia, de género... Muchísimas cosas a partir de ahí, simplemente trasladándolo a otros mundos».
Porque son estas lectoras las que han hecho que nombres como Sarah J. Maas, con series como Ciudad Medialuna, o Lauren Roberts con su saga Powerless hayan copado los primeros puestos de las listas de los más vendidos con sus sagas de fantasía. Sobre todo a raíz de la explosión de BookTok (término que nace de unir book, libro en inglés, y tok, por TikTok), la comunidad de usuarios de TikTok que crea contenido relacionado con los libros, donde el romantasy es uno de los géneros más populares. Esta tendencia, ya extendida a escala global, es una de las razones por las cuales la lectura se ha popularizado de forma masiva entre los lectores más jóvenes.
Esto también ha dado lugar a una mayor presencia de nombres femeninos en un género que tradicionalmente había estado dominado sobre todo por autores. Es por todo esto que el romantasy, un subgénero en el que predominan sobre todo las autoras y lectoras, está suponiendo un antes y un después no solo en la literatura fantástica, sino en el mercado literario internacional.
Quizá sea una mezcla de varias razones o, quizá, simplemente es que el público se encuentra mucho más receptivo a recibir historias que, hasta hace poco, se concebían como algo solo para niños o para un tipo de lector particular. Pero, sea como fuere, es innegable que, actualmente, el género fantástico es uno de los más leídos y disfrutados a nivel global, ya sea volviendo a descubrir antiguos mundos como quien vuelve a casa tras un largo viaje o abriendo las puertas a multitud de nuevos universos aún por explorar.