Quiénes son las «thought daughters» (o «hijas pensativas») y qué libros leen
Hace unos meses, en TikTok se comenzó a popularizar un nuevo término, «thought daughter», que en español podría traducirse como «hija pensativa». Con más de 70.000 publicaciones bajo el hashtag #thoughtdaughter, esta tendencia ha evolucionado hasta convertirse en una estética y un arquetipo con el que muchas jóvenes se sienten identificadas. Pero, ¿cómo surgió esta tendencia? Su origen se remonta a una polémica viral en redes sociales, donde comenzaron a circular vídeos en los que un entrevistador asaltaba a personas al azar con una pregunta provocadora: «¿Preferirías tener una hija tonta [thot daughter] o un hijo gay?». Este término, cargado de connotaciones negativas, fue transformado ingeniosamente mediante un juego de palabras: «thot» (tonta) pasó a «thought» (pensativa). Así nació el concepto de las «thought daughters», chicas que se describen como reflexivas, amantes de la soledad y la introspección. Así, lo que inicialmente surgió como una respuesta humorística para rechazar el término misógino original, pronto evolucionó en una estética que celebra el pensamiento profundo, el gusto por el arte y la independencia intelectual.
Por Carla Calvo
Thought daughter (Versión I). Crédito: Yolanda del Pino.
Hace unos meses comenzó a popularizarse en redes sociales, especialmente en TikTok, un nuevo concepto: thought daughter (en español lo podríamos traducir como hija pensativa). Con más de 70.000 publicaciones bajo el hashtag #thoughtdaughter, esta tendencia ya se ha convertido en una estética y en un arquetipo con el que muchas chicas se sienten identificadas en redes sociales. La mayoría de estos vídeos, además, suelen estar enfocados a recomendaciones literarias o centrarse en intereses artísticos como pueden ser la poesía, la música y el cine. Pero, ¿de dónde viene esta tendencia?
El origen de este término vino dado como respuesta a una polémica que se hizo viral en la misma plataforma, en la que se empezaron a popularizar una serie de vídeos entrevistando a transeúntes al azar a los que se les preguntaba qué tipo de hijo preferirían tener y en el que se usaba un término peyorativo para referirse a las hijas («¿Preferirías tener una hija tonta [thot daughter] o un hijo gay?»). A raíz de este vídeo y usando un juego de palabras (se cambió thot, tonta, por thought, pensante), nació la tendencia de las thought daughters, diciendo que sus padres se habían equivocado al elegir y habían acabado eligiendo una hija pensativa que disfrutaba pasando tiempo sola y dándole vueltas a todo. Pero lo que empezó como una serie de piezas breves en tono humorístico buscando separarse del término misógino inicial y alineándose más con la introspección y el intelectualismo, ha acabado por convertirse en un nuevo arquetipo o estética.
Y es que si hay algo que define a las hijas pensativas es una clara tendencia a darle demasiadas vueltas a las cosas y analizar, quizá con excesivo detenimiento y profundidad, su entorno y sus experiencias personales. Es una forma de expresar, en cierto modo, también una preocupación recurrente por la salud mental y darle una nueva luz a actitudes o comportamientos que normalmente eran vistos de forma negativa. Esta tendencia muestra que, entre otras muchas cosas, las redes sociales sirven como un punto de encuentro a la hora de crear una sensación de comunidad, haciendo que personas que comparten preocupaciones o hobbies pueden sentirse identificadas y entendidas.
Además de Sally Rooney, otras autoras que suelen verse recomendadas en este tipo de contenidos son Sylvia Plath, Joan Didion o Patti Smith. También, por supuesto, mitos como Alejandra Pizarnik o Virginia Woolf.
Estas hijas pensativas son chicas que, además, tienden a disfrutar de la soledad y de su lado más introspectivo, orbitando hacia actividades como la lectura o el journaling. Además, suelen compartir un deseo de ser verdaderamente comprendidas, ya sea por otras personas o por el arte que consumen, utilizando la música, la poesía, el cine y, por supuesto, los libros para darle un sentido a su vida. Quizá es por eso que gran parte del contenido en redes sociales en torno a esta nueva etiqueta se enfoca a la recomendación de libros con los que las hijas pensativas puedan sentirse identificadas.
Uno de los nombres que más veces podemos encontrar en estos vídeos es, sin duda, Sally Rooney. Esta novelista irlandesa, considerada una de las voces más emblemáticas del panorama literario internacional actual, suele escribir sobre personajes imperfectos y sus también imperfectas relaciones interpersonales. Y es que ya con sus dos primeras obras se coronó como la voz de toda una generación. Con una novela ambientada en la bohemia artística irlandesa centrada den dos chicas universitarias y lo que sucede cuando sus vidas se ven entrelazadas con las de un matrimonio acomodado, como es Conversaciones entre amigos; y una historia de amor, amistad y fascinación mutua entre dos personas que no consiguen encontrarse, en la que acompañamos durante años a dos protagonistas llenos de contradicciones, como es Normal People. O sus dos novelas más recientes, Dónde estás, mundo bello, que cuenta la historia de dos amigas que buscan el amor y la belleza ante un mundo incierto; e Intermezzo, una novela que sigue a dos hermanos afligidos por el duelo y a las personas que aman, llena de emociones y con un diálogo interno brillante que se hace la pregunta de cuánto puede contener una vida sin romperse.
Las historias de Rooney, posiblemente, resuenan con estas hijas pensativas porque se centran en la exploración de personajes y sus relaciones entre ellos. Y es que Rooney hace estudios de personajes como nadie y, además, nos muestra a personas con fallos y contradicciones, lo que les dota de mayor realismo y hace que los lectores puedan sentirse identificados con ellos.
Thought daughter (Versión II). Crédito: Yolanda del Pino.
Otras autoras que suelen verse recomendadas en este tipo de contenidos son Sylvia Plath, Joan Didion o Patti Smith. Mujeres que reflexionan, desde la autobiografía y el autoconocimiento, sobre el mundo que les rodea e intentan buscar respuestas a los problemas que les afligen, desde la poesía y la literatura. En esta línea, no podemos dejar de lado a Alejandra Pizarnik, convertida ya en toda una figura de culto y cuya poesía se caracteriza por este hondo intimismo que también se ve reflejado en esta tendencia. O, por supuesto, figuras de importante calado feminista como Virginia Woolf quien, a través de una de sus más conocidas obras, Una habitación propia, un ensayo que se ha convertido en un icono de la literatura modernista y del feminismo, habla de los efectos que tuvo la discriminación sexual en la creatividad de las mujeres, al tiempo que propone un camino liberador a través de la independencia económica.
Pero no todo es autobiografía o poesía, sino que las hijas pensativas también tienden en ocasiones hacia obras que se adentran en rincones más lúgubres y quizá inexplorados de la psique humana. En esta línea nos encontramos con Ottessa Moshfegh o Donna Tartt.
Pero no todo es autobiografía o poesía, sino que las hijas pensativas también tienden en ocasiones hacia obras un tanto oscuras que se adentran en rincones más lúgubres y quizá inexplorados de la psique humana. En esta línea nos encontramos con autoras como Ottessa Moshfegh, quien revolucionó el panorama internacional con Mi año de descanso y relajación. Con una protagonista que puede ser considerada una oscura bella durmiente, Moshfegh cuenta la historia de una joven que, asistida por una herencia ingente y por una gran cantidad de fármacos, decide encerrarse en su apartamento de Nueva York para dedicarse a dormir y ver películas de Whoopi Goldberg y Harrison Ford, cortando así todo vínculo con el mundo y las personas que le rodean. O Donna Tartt, autora de referencia cuya primera obra, El secreto, se ha convertido en un clásico moderno y libro de culto a partes iguales. Esta tragedia griega moderna sigue a Richard Papen en su llegada a un college de Nueva Inglaterra cuando se une a un grupo de cinco estudiantes capitaneados por un profesor de literatura clásica. Una historia de lujo, misterio, amores no correspondidos, llena de secretos y mentiras y que hace cuestionarnos nuestra moralidad y hasta dónde están dispuestos a llegar sus protagonistas para justificar sus acciones.
Además, también es habitual encontrar clásicos de la literatura universal en estas listas, desde autores rusos como Dostoievski con Crimen y castigo, con su profundo análisis psicológico de su protagonista, el joven estudiante Raskólnikov, cuya convicción de que los fines humanitarios justifican la maldad le conducen al asesinato; o también obras como Cumbres borrascosas, de Emily Brönte, considerada la novela romántica por excelencia, la cual narra la trágica e imposible historia de amor entre Catherine y Heathcliff. Es decir, clásicos atemporales cargados de tragedia y que indagan en dilemas morales.
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