Siete estrategias para reducir el consumo de azúcar de tus hijos e hijas
El azúcar añadido es uno de los principales enemigos de una dieta sana y equilibrada. Pero no es fácil evitarlos, especialmente en aquellos alimentos dirigidos a los más pequeños. Por esta razón los doctores Michael Goran y Emily Ventura han escrito «Stop azúcar: los peligros del azúcar y cómo afectan la salud de tus hijos» (Grijalbo). Sigue leyendo para conocer siete estrategias con las que reducir el consumo de azúcar en familia.
EQUIPO PENGUIN KIDS
Entendemos de libros que molan
Cómo y con qué alimentamos a nuestros hijos es de suma importancia para su salud. Pero hasta para los más preocupados por reducir nuestro consumo de azúcar, a menudo nos resulta complicado escapar a los azúcares escondidos en los alimentos que pueblan los lineales de los supermercados. Stop azúcar: los peligros del azúcar y cómo afectan la salud de tus hijos (Grijalbo), escrito por los doctores Michael Goran y Emily Ventura, nos ayudará a identificarlos para así poder reducir su consumo a niveles razonables y seguros de manera consciente.
Con el objetivo de facilitar este cambio de hábito, Goran y Ventura proponen diferentes dinámicas y desafíos para restringir el consumo de azúcares añadidos en nuestro día a día, con particular foco en los más pequeños de la casa.
Respaldadas por sus investigaciones, proponen siete estrategias que funcionan tanto en niños como en adultos, y que son todavía más efectivas cuando la familia entera las pone en práctica. Los autores sugieren empezar con una o dos o, para aquellos más convencidos, les animan a ponerlas todas en marcha simultáneamente. ¿Os apuntáis a este reto? Comenzamos.
Te recomendamos
1. Replantea los desayunos y básalos en proteínas y fibra
Si los niños se suben a la montaña rusa del azúcar a primera hora de la mañana, seguirán a bordo todo el día. Un subidón y un bajón de azúcar dan lugar a otro. Pasan el día entero en ese círculo sin saberlo. Un desayuno con proteínas y fibra resolverá ese problema y proporcionará a tu hijo energía constante todo el día. En lugar de un bollo o una tostada con mermelada, unos huevos revueltos y verdura y una tostada integral.
2. Di adiós al azúcar líquido (zumos, refrescos…)
El zumo de fruta suele considerarse un alimento básico del desayuno, pero proporciona una dosis elevada y rápida de fructosa. Si te has esmerado por equilibrar unos cereales o una tostada con proteínas para evitar el bajón de azúcar, el zumo echará por tierra tus esfuerzos. El reto es eliminarlos por completo de tu lista de la compra, pero si tus hijos están muy habituados a ellos puedes comenzar diluyéndolos con agua corriente o con gas hasta que sean capaces de sustituirlos por agua.
3. Evita la fructosa
Sí, la fruta entera contiene fructosa, pero no nos referimos a ella. Salvo que se den un gran atracón de golpe, la fruta nunca será un problema. Revisa las etiquetas de tu compra para evitar todo producto endulzado con jarabe de maíz con alto contenido en fructosa, concentrados de zumo de fruta, jarabe de agave o la propia fructosa.
4. Reorienta el picoteo hacia opciones saludables
Nuestros hijos pican entre horas. Esto es un hecho. Según las investigaciones de Goran y Ventura, el 90% pica al menos una vez entre horas. Hay que eliminar de la lista de la compra opciones como las patatas fritas, las galletas dulces, las galletas saladas, las barritas de cereales y las chucherías. Con el fin de ayudar al cambio, hagamos partícipes a nuestros hijos y elaboremos alternativas con ellos: por ejemplo, que nos ayuden a lavar verdura y a hacer pequeñas brochetas caprese ensartando tomates cherry, albahaca y mozzarella en palillos.
5. Sé racional y proporcionado con el dulce
No hay que prohibir por completo, pero sí replantear, puestos a tomar dulce ocasionalmente, cuando es el mejor momento. Para evitar picos de azúcar, siempre será mejor tomarlo como postre que con el estómago vacío. Y vigilemos las raciones: mejor compartamos un postre que no escoger uno por cabeza si vamos a un restaurante.
6. Fija pautas y acuerdos con tus hijos para evitar frustraciones
Hay que contar con la complicidad de nuestros hijos para este reto. Y que ellos entiendan que se trata de algo positivo para ellos, que no tenga connotaciones negativas. Tratemos de pautar, por ejemplo, comer postre dulce solo los fines de semana. O no tener helado en casa, aunque lo consumamos esporádicamente, y comprarlo solo una vez al mes.
7. Aprende a leer bien el menú en el restaurante
Si ya nos hemos convencido de reducir el consumo de azúcar en casa, también tenemos que vigilar cuando salimos a comer fuera. Y a menudo es complicado encontrar opciones saludables en muchos restaurantes. Aprendamos a rehuir el menú infantil —que habitualmente tiene más grasa y azúcar que la media— y si tenemos dos hijos optemos, por ejemplo, por que compartan un plato principal antes que escoger cada uno un menú infantil.
Si queréis saber más, Stop azúcar: los peligros del azúcar y cómo afectan la salud de tus hijos (Grijalbo) incluye propuestas de menús, tablas con aquellos productos que acostumbran a contener azúcar añadido o desafíos y dinámicas para hacer más llevadero este cambio de hábito. ¿Os animáis?