Cuando vas al colegio, la vida puede ser bastante penosa.
La mía lo es AHORA MISMO; penosa a niveles épicos.
¡¡¡Quiero morirme!!!, pero no es tan fácil suicidarme escondida en un baño: ¿cómo?, ¿meto la cabeza en el váter y tiro de la cadena hasta ahogarme? No, puaj, puaj (estoy desesperada, no idiota). ¿Cabezazos contra el lavabo? No, que eso seguro que duele (una cosa es morirte y otra sufrir).
Entonces veo la mochila que he tirado en una esquina al entrar y recuerdo que llevo dentro la DEATH NOTE.
Si quieres librarte de alguien (arpías que se meten contigo, malotes, profes motivados con los exámenes, hermanas chivotas...), anota su nombre en una Death Note. Automáticamente, ese humano morirá.
¿Lo hago...?, ¿me atrevo? Una vez escrito, ya no habrá vuelta atrás, ¡¡será definitivo!! A lo mejor estoy exagerando y no es para tanto...
(Ejemplos sencillos: ¿merece la pena enfadar a la persona que puede dejarte sin wifi...?, ¿comerte el donuts de Pablo Plasta si a cambio se te va a sentar encima...?)
Entonces pasa alguien con el móvil a toda caña y vuelvo a escuchar la maldita musiquita (y las carcajadas ).
¿Consecuencias?, ¿consecuencias? Está claro que no tengo alternativa.
Cojo el rotulador plata metalizado (si muero, que sea con estilo):
Llaman a la puerta. TOC. TOC. TOC. ¡¡Penny!! TOC. TOC. TOC. ¡¡Penny!! TOC. TOC. TOC. ¡¡Penny!!
Es Pollo. Ahora le ha dado por el «toque Sheldon» de The Big Bang Theory porque dice que él, también, es un genio incomprendido (sin comentarios).
Paso. Miro el reloj. No siento nada raro. NA-DA. Esta Death Note debe de ir con retraso porque ya han pasado 2 minutos.
TOC. TOC. TOC.
-Sara, soy Julia, tu abogada.
¿Mi abogada?
-Vamos a interponer una demanda por bulling que se van a cagar...
Paso.
TOC. TOC. TOC.
-¡Sara, sal! -ahora es Marina.
-Mira el lado positivo -chilla Marina a través de la puerta-, ahora sí que vas a ser popular, la más ¡¡popular!!. ¿No es lo que querías?
Es cierto, llevo dos meses intentando convertirme en popular porque una de las NORMAS No Escritas Que Nunca Fallan es:
Si no eres popular,
no vas a ligar.
(Ni te lo plantees. No, ni con los que tampoco son populares).
... pero quería ser popular a lo bueno, no así.
Vuelvo a mirar el reloj, ¿con qué hora funciona esta Death Note?, ¿con la de Japón?
Pillo otra vez el boli para especificar bien el huso horario... (hay que ser muy muy precisa al apuntar la muerte).
Me interrumpen a mitad. PUM. PUM. PUM. Jo, ni matarme en paz me dejan...
-¡¡¡Piraos!!! -chillo creyendo que son Marina o Pollo, pero la voz que me contesta es la de, la de... ADRIAN. ¿Adrian?, ¿qué hace aquí?
Entonces el corazón me da un vuelco: ¡¡¡madre mía, Adrian también lo habrá visto!!!
-¿Qué pasa, Cenicienta, han dado las doce y has vuelto a casa? -dice.
El cuerpo entero empieza a sudarme. ¿Es la Death Note? ¡NO, ahora NOOOOO puede empezar a matarme!!!, ¡¡¡quiero saber qué dice!!!
Arranco corriendo la página y la destrozo con las manos (también ¡ains! le hinco los dientes porque está un poco dura). Aunque creo que lo de los sudores y la taquicardia es por la emoción: él tiene la culpa de TODO lo embarazoso que me ha ocurrido en las últimas semanas.
¿No entiendes nada? Normal.
Espera, mejor te lo cuento desde el principio.