Palabras para crecer

Damián María Montes (@damianmariavoz)

Fragmento

cap-1

imagen

¡Hola!

Antes de comenzar, quería felicitarte. Felicidades por haber recibido este libro y tenerlo entre tus manos. Estoy seguro de que vas a aprender muchas cosas importantes para tu vida. ¡Felicidades, porque con este libro vas a crecer!

Crecer es la aventura más maravillosa que podemos vivir. Crecer es hacernos mayores poco a poco. Crecer es ir aprendiendo algunas cosas que antes no sabíamos. Crecer es participar poco a poco del mundo que nos rodea. Crecer es ir entendiendo cada vez más las cosas difíciles de la vida. Crecer es pensar cada vez más por nosotros mismos las cosas que aprendimos cuando éramos más pequeños. Crecer es ir siendo cada vez más responsables de lo que hacemos y de lo que decimos. Crecer es prepararnos para la aventura de la vida. Igual que un deportista necesita entrenar para estar en forma el día de la competición, las personas necesitan esforzarse para estar en forma en la vida cuando sean mayores. Para ello debemos estar dispuestos a esforzarnos y a aprender cada vez más; solo así tendremos todas las herramientas necesarias para vivir plenamente.

Crecer es ir consiguiendo algunas herramientas que necesitaremos más tarde. Me acuerdo de los famosos videojuegos de Mario Bros., en los que tenías que obtener algunas herramientas que se podían utilizar después en el momento más oportuno. Por ejemplo, se podía conseguir la capacidad de volar y se guardaba hasta que fuese necesario utilizarla. Crecer es muy parecido. Se trata de ir aprendiendo a usar algunas herramientas que nos servirán después. Esas herramientas hay que guardarlas muy bien y luego hay que saber utilizarlas en el momento oportuno. Normalmente, a partir de los nueve años ya estamos capacitados para crecer. No significa que ya seamos mayores. Significa que a partir de entonces ya podemos comprender algunas cosas difíciles que antes no éramos capaces de entender. Por esta razón, muchos niños y niñas de todo el mundo hacen su primera comunión a los nueve o diez años. Aunque todavía no son adultos, ya están preparados para comprender algunas cosas un poco difíciles de la vida. Así que, si tienes más de nueve años y quieres crecer, ¡este es tu libro!

Ya no eres tan pequeño o tan pequeña. Ahora comienzas a hacerte mayor de verdad. ¡Menuda aventura! Poco a poco irás siendo más responsable de todo lo que haces y de todo lo que dices. ¡Y eres muy valiente si quieres crecer de verdad! Es posible que te hayan regalado este libro en tu primera comunión. O quizá no, pero te servirá igualmente si tienes más o menos esa edad. A partir de la primera comunión, estamos un poco más preparados para vivir en el mundo que nos rodea. Es un gran paso, y por eso lo celebramos tanto, rodeados de las personas que más nos quieren. Es el momento en el que comenzamos a participar en la sociedad siendo un poco más responsables. Además, con la primera comunión empezamos a vivir la fe como los mayores. ¡Ya podemos celebrar la eucaristía y comulgar como ellos! ¡Y esto es un gran regalo! No se trata solo de una fiesta, como tantas veces te habrán dicho. Se trata, sobre todo, de una experiencia muy grande del amor de Dios, que se hace alimento para nosotros. Dios alimenta nuestra vida haciéndose pan. ¡Es el pan de la vida! Dios, que es lo más grande de este mundo, ha decidido hacerse pequeño y humilde como un trocito de pan para alimentar a todas las personas.

Jesús mismo se hace alimento para darnos fuerza cada día. Como sabes, un coche necesita gasolina o electricidad para moverse. También nosotros necesitamos alimentarnos para poder caminar. Pero las personas necesitamos dos tipos de alimentos: el alimento que comemos y el alimento espiritual. El alimento espiritual son todas las cosas que no podemos ver, pero que nos dan la fuerza necesaria para vivir. ¡Las personas somos seres espirituales! Por eso necesitamos alimentos para nuestra vida entera, no solo para nuestro cuerpo. De nada sirve tener el cuerpo muy bien alimentado si vivimos sin alegría o sin esperanza. No solo tenemos cuerpo, también tenemos corazón, y necesitamos alimentarlo. Por eso, los amigos de Jesús no comemos un pan cualquiera en la comunión, sino que nos alimentamos con el pan en el que Jesús mismo ha querido quedarse. ¡El pan de la eucaristía, el cuerpo de Cristo! Es el pan que nos da la vida y hace crecer nuestra fe y nuestro corazón. ¡Con el pan que comulgamos en la misa alimentamos nuestra vida entera! Estoy convencido de que tú quieres alimentarte muy bien, no solo comiendo, sino también llenando tu vida de alegría, de esperanza, de paz interior, de fe… Este libro te ayudará mucho a crecer en ese sentido.

¡Felicidades! ¡Si estás leyendo este libro, eres un poco más mayor! A partir de ahora tienes que ir guardando en tu corazón y en tu memoria un montón de herramientas que irás necesitando en muchas ocasiones a lo largo de tu vida. ¡Las palabras que vas a encontrar en este libro son algunas de esas herramientas! No son solo palabras que hay que aprender, sino que… ¡hay que practicarlas! Imagínate que aprendiésemos a vivir solo leyendo… ¡Luego saldríamos a la vida y no sabríamos vivir! A vivir se aprende leyendo y practicando aquello que hemos leído y aprendido. Necesitamos practicar lo que vamos aprendiendo para descubrir cómo utilizar esas herramientas que hemos ido guardando. ¡Por eso, a lo largo del libro irás encontrando diferentes retos! Sí, una tarea para que practiques lo que has aprendido con las personas que te rodean o pensando un poco más. Hay retos que son de pensar, otros son de manualidades o de experimentos. Otras veces las palabras terminan con una pregunta a la que necesitamos dedicarle tiempo. Es muy importante que cumplas cada uno de los retos. ¡Verás como al terminar el libro te das cuenta de todo lo que has crecido! Si pones en práctica cada palabra, crecerás de verdad.

Una curiosidad de este libro es que puedes leer las palabras en el orden que tú elijas. ¡Tú decides qué recorrido quieres hacer! No tienes por qué leer las palabras en el orden que te propongo, pero es bueno que al final no te dejes ninguna sin leer. También es importante que tengas esto en cuenta: si al leer una palabra te digo que recuerdes otra palabra, ve a esa anterior y léela. ¡Te ayudará mucho para entender la palabra que estás leyendo! Lo mejor es que leas una palabra cada día para que luego puedas practicarla, pero tú decides cómo quieres leer este libro.

En las siguientes páginas te vas a encontrar con cincuenta palabras que necesitas conocer para comenzar a ser un poco más mayor. Algunas de ellas son muy difíciles porque hablan de cosas que no se pueden ver ni se pueden tocar. A todas esas cosas las llamamos valores. ¡Seguro que ya conoces algún valor importante! El valor del amor, el valor del perdón, el valor de la paz… Aunque ya los conozcas, en este libro aprenderás algo más de cada uno de ellos. Pero entre las palabras elegidas no solo hay valores, también hay palabras difíciles e importantísimas que utilizamos los creyentes en Dios y que no siempre conocemos bien. ¡Algunos mayores tampoco las conocen bien! Con este libro aprenderás el significado de esas palabras difíciles e importantes de la fe que te ayudarán a crecer. Ya sabes, las siguientes páginas están cargadas de valores y de palabras difíciles y muy importantes para los amigos de Jesús.

A lo largo de este li

Suscríbete para continuar leyendo y recibir nuestras novedades editoriales

¡Ya estás apuntado/a! Gracias.X

Añadido a tu lista de deseos